El IES de Valga, donde cada curso se desarrollan importantes programas en pro de la igualdad, volvió a concentrarse ayer como consecuencia de un terrible crimen machista. Esta vez los alumnos y profesores lloraban la muerte no solo de Elena Jamardo Figueroa, Sandra Boquete y su hermana Alba, que estudió en este centro. También mostraban su pesar por todas las víctimas de esta lacra social que no deja de sembrar desconsuelo en todo el país.
Antes de guardar un emotivo minuto de silencio, tres alumnos dieron lectura a otros tantos textos por la igualdad, entre ellos un poema de Luzmaría Jiménez Faro que habla de «una hilera de enlutadas sombras; siemprevivas calladas y siempremuertas».
Se trata de «Ellas, las asesinadas», una poesía del libro «Mujer sin alcuza» en la que se rinde tributo y homenaje a «mariposas de invierno en alfileres» y «alondras tristes para siempre mudas» a las que «sellaron sus bocas con pétalos de sangre», esculpiendo sus risas «sobre mármoles fríos».
Mujeres «que levantan sus voces en la ausencia esperando una luz que las redima del terror, de la injuria y de la fuerza» que, como Sandra Boquete, dejan a sus hijos «a solas en el aire».
Como igual de representativo fue el texto de Marta Dacosta leído a continuación. Ese que dice que «non é amor ese velo de sombra, non é amor a negación do soño, non é amor o desprezo estridente, non é amor a voz que todo o cala».
Tras esta muestra de cariño con las víctimas y este llamamiento desesperado a la implicación de la sociedad en la lucha contra la violencia de género, el alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, volvió a condenar el trágico crimen ocurrido el lunes en su pueblo; uno más.
Acompañado de otros miembros del gobierno valgués, y con un lazo negro en la solapa, el regidor aprovechó para recordar el crimen machista ocurrido hace seis meses en la localidad y decir que «nadie podía pensar que esto pudiera ocurrir de nuevo en un ayuntamiento tranquilo y sin problemas entre los vecinos como el nuestro». Aunque de inmediato insinuó que eso de las buenas relaciones vecinales no se daba en esta ocasión, en una clara referencia a la actitud de José Luis Abet con los residentes en el lugar de Carracido.
Confirmó también que «no existía denuncia previa por malos tratos» y mostró su cariño hacia los niños y ahora huérfanos de madre, de los que dijo que «la decisión adoptada es que sigan viviendo con sus familiares directos».
Faro de Vigo