Unos vecinos del lugar de A Ponte-Padrón, vieron sobre las 14 horas de ayer el cuerpo sin vida de un hombre flotando en aguas del río Ulla. Dieron aviso inmediato a los servicios locales de emergencia, que tras recuperar el cadáver con una lancha lo trasladaron hasta el muelle existente en las proximidades de Finsa. El hombre, de entre 40 y 50 años, no llevaba documentación, por lo que no fue posible indentificarlo. Un dato que sí ha transcendido es que tenía puesto un casco de ciclismo.
Al cierre de esta edición, las fuerzas de seguridad todavía desconocían la identidad del fallecido, habida cuenta de que aún no se había cursado denuncia alguna por desaparición, ni en la provincia de A Coruña ni en la de Pontevedra. En cualquier caso, lo que parece inicialmente descartado es que el hombre fuese víctima de un acto violento. Según fuentes de la investigación, la hipótesis más probable ahora es que el hombre terminase en el río tras sufrir un accidente.
En el lugar de los hechos se presentó el alcalde de Padrón y miembros del gobierno pontecesureño, pero nadie conoció al varón, por lo que se cree que no reside en ninguna de estas dos localidades, y que su presunta caída al Ulla se produjo en alguna zona del curso alto o medio del río. También se cree que llevaba en el agua al menos desde última hora de la tarde del viernos. Participaron en el operativo la Policía Local, el GES de Padrón y la Guardia Civil.
El cuerpo corresponde al de un hombre de entre 40 y 50 años, y llevaba puesto un casco de ciclismo.
Efectivos de emergencias cubren el cuerpo aparecido en el Ulla.
La Guardia Civil investiga en estos momentos la aparición de un cadáver en el río Ulla, en las inmediaciones de Padrón y Pontecesures. Se trata de un varón de entre 40 y 50 años, y aún se desconoce su identidad, pues no llevaba documentación. La única pista que ha trascendido hasta el momento es que llevaba puesto un casco de ciclismo.
En
el lugar de los hechos se presentó el alcalde de Padrón y miembros del
gobierno pontecesureño, pero nadie reconoció al varón, por lo que se
cree que no reside en ninguna de estas dos localidades, y que estaba
haciendo deporte en alguna población del curso medio o alto del río
cuando se precipitó al río por las razones que todavía se están
investigando.
El
cuerpo fue localizado flotando en el río poco después de mediodía, y
tras ser rescatado por una lancha lo llevaron hasta el muelle de Padrón,
donde se procedió al levantamiento del cadáver poco antes de las cuatro
de la tarde.
En el operativo participaron miembros del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Padrón, de la Policía Local de Padrón y de la Guardia Civil.
Los servicios ferroviarios se redujeron durante el estado de alarma y ahora cabe la posibilidad de que ya no se restablezcan – De diez al día en cada sentido podrían pasar a solo cuatro.
Un tren, a su paso por el centro de Pontecesures.
Preocupación e indignación. Es lo que sienten los vecinos de localidades como Pontecesures, Catoira y Padrón ante la posibilidad de que se vea notablemente reducido el número de servicios ferroviarios que se prestan en ellas.
Ya
se hizo, por cuestiones obvias, durante el estado de alarma propiciado
por el coronavirus. Pero ahora parece que ya nunca volverá a ser lo
mismo. Todo indica que de diez servicios diarios se pasará a solo
cuatro, lo cual limita considerablemente las posibilidades de
desplazamiento en el territorio del Ullán.
Esta
hipótesis, y la preocupación existente al respecto, ya son de
conocimiento del presidente de la Xunta y los líderes de todos los
grupos políticos con representación parlamentaria. Al igual que son
conscientes de ello los alcaldes de Catoira, Alberto García; Pontecesures, Juan Manuel Vidal Seage; y Padrón, Antonio Fernández Angueira.
Lógicamente, las quejas de los vecinos también han sido puestas en conocimiento de Renfe
y del Gobierno de España, con la esperanza de que se mantengan
operativos el mayor número de trenes de cercanías posible y se garantice
que seguirán deteniéndose, al menos como hicieron hasta la pandemia, en
los apeaderos del Baixo Ulla.
El
temor radica en que a partir de ahora «en lugar de tener diez, solo
vamos a contar en Catoira, Padrón y Pontecesures con cuatro servicios en
cada sentido, eliminándose, por ejemplo, los trenes de primera hora de
la mañana», de tal forma que los más madrugadores «partirán sobre las
11.00 horas». Asimismo, el último, procedente de Santiago, «saldrá antes
de las 20.00 horas de la capital gallega».
Así
lo explican los denunciantes de la situación, abanderados siempre por
Luis Sabariz, exconcejal pontecesureño y exmiembro de la plataforma en
defensa del tren de proximidad.
Consideran
que el citado recorte, y más aún si se produce en horarios considerados
«esenciales», resulta del todo «inconcebible» , pues advierten de que
«va a impedir el uso del ferrocarril a trabajadores, estudiantes
universitarios, pacientes de hospitales y un largo etcétera de
usuarios».
Ni que decir tiene,
argumentan los defensores del tren de cercanías que piden la
implicación de todos los partidos políticos en esta causa, que reducir
la frecuencia de los trenes «va a afectar muy negativamente a la
actividad económica de toda la zona».
Por
si fuera poco, «los trenes regionales en todo el eje A Coruña-Vigo se
quedan solo en cuatro, suprimiéndose los que salían desde Santiago, A
Coruña, Vilagarcía y Pontevedra, lo cual supone un golpe definitivo a las cercanías ferroviarias o trenes de proximidad».
En resumen, que «nunca se puso en marcha en Galicia
un servicio de cercanías como tal, pero es que ahora los pocos tramos
que tenemos con algo parecido se pretenden eliminar», explica Sabariz a
los representantes políticos y a Renfe.
Todo
esto le lleva a decir que «resulta descorazonador que se aproveche una
tragedia sanitaria para acometer un recorte tan brutal y se tomen este
tipo de decisiones en contra del medio de transporte más ecológico,
económico y seguro».
Por
cierto, que la amenaza que pesa sobre la presencia del tren y su
vinculación con el Ullán sigue latente a pesar de que el balance oficial
de Renfe referido a 2019 deja patente la existencia de una gran
cantidad de pasajeros en la línea Vigo-A Coruña, con una muy importante actividad en sus estaciones, donde el número total de subidas y bajadas fue de 102.647.
Puede decirse, además que en Pontecesures se apearon 18.355 personas en 2018 y 19.047 en 2019; en Catoira pasaron de 21.554 a 24.355 usuarios; y en Padrón la cifra subió de 21.929 a 23.301 pasajeros.
El PSdeG-PSOE de Valga cree que el PP local y el alcalde, José María Bello Maneiro, «miran para otro lado» y se «desentienden» de los problemas de los vecinos en plena crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus».
Saca esta conclusión después de que los conservadores, con mayoría absoluta, rechazaran en pleno la moción socialista para trazar un «plan de reconstrucción», que sí fue arropada, aunque inútilmente, por el representante electo de Valga Viva.
María Ferreirós, la portavoz del PSOE, recuerda que su propuesta planteaba unir a los tres grupos políticos en «la creación de ayudas
económicas y sociales para paliar los daños del Covid-19 en empresas,
autónomos y familias, pero el gobierno del PP, como ya hizo en marzo
ante la creación de una mesa de seguimiento de la pandemia, se opuso a
nuestro plan de reconstrucción», alegando que ya trabaja en esa misma
dirección.
La socialista dice que para su grupo es «prioritario» que todos los valgueses «puedan salir de la crisis sin dejar a nadie atrás, que las familias puedan conciliar y que las empresas y autónomos se sientan apoyados económicamente y arropados por el Concello».
El gobierno
tripartito de Pontecesures se dispone a mejorar las redes de saneamiento
y abastecimiento de la localidad. Lo hace con cargo al Plan Concellos de la Diputación y con una inversión prevista de casi 34.000 euros que se destinará a calles como Carlos Maside y Ullán.
En
el gobierno de Juan Manuel Vidal Seage indican que la primera de ellas
tiene una red de saneamiento que presenta problemas de capacidad,
mientras en el abastecimiento de Rúa Ullán se producen constantes
roturas.
También va a actuarse sobre la calle Borobó,. en el cruce con Camiño Infesta, donde se registran también importantes roturas «y es necesario iniciar un ramal de pluviales». Asimismo, en la avenida de Vigo -cruce con Rúa Ullán- van a corregirse las roturas en la tubería de abastecimiento que suelen inundar la zona baja de un edificio.
Pescadores y mariscadores que operan en el Ulla, ya sea capturando anguila, lamprea o solla entre Carril y Pontecesures,
o bien extrayendo almeja y berberecho en Os Lombos do Ulla, alertan
nuevamente de la proliferación de especies foráneas que son una amenaza.
Se trata de especies
exóticas, como se denomina a las que se establecen fuera de su rango de
distribución nativo o autóctono, y de especies invasoras, que es como se
las considera cuando inciden negativamente sobre la zona en la que se
asientan.
Ya
se advirtió de esta circunstancia en ocasiones anteriores, pero la
preocupación no deja de crecer. Sobre todo ahora que, con la desescalada
tras el confinamiento por el coronavirus, parece constatarse que esa
amenaza foránea sigue en aumento, tal y como atestiguan los pescadores
de río.
La almeja asiática ( Corbicula fluminea) y el cangrejo rojo americano ( Procambarus clarkii) son dos de esas especies que acechan a la flora y la fauna del principal aporte fluvial de la ría de Arousa.
En
el primer caso, se trata de un bivalvo que empieza a colonizar el curso
bajo del Ulla. Y si no hace mucho el investigador Fernando Cobo,
director de la Estación de Hidrobioloxía Encoro do Con (Vilagarcía),
daba cuenta de su presencia entre la playa fluvial de Vilarello (Valga)
y Pontecesures, ahora los pescadores deportivos resaltan que empiezan a
verse importantes poblaciones aguas arriba, muy significativas a la
altura de Herbón.
En cuanto al
cangrejo rojo americano, durante la pasada campaña de la lamprea los
valeiros que opera en aguas de Pontecesures ya informaron de su nutrida
presencia. Y ahora los pescadores deportivos recogen el testigo de las
quejas y lamentaciones, tras detectar nuevos ejemplares en las últimas
semanas.
Puede
recordarse que la almeja asiática llegó al estuario del río Miño a
finales de los años ochenta y se instaló con rapidez y facilidad en
dicho cauce fluvial. Pudo haberse introducido en el Ulla cuando, hace
unos años, la Xunta de Galicia acometió trabajos de regeneración de bancos marisqueros en este río arousano aportando arena extraída en el estuario del Miño.
A
juicio de Fernando Cobo, aquello propició la expansión de este bivalvo
asiático de agua dulce, capaz de formar densas poblaciones de individuos
como las detectadas en Herbón, y capaz, también, de modificar el lecho
fluvial, cubriéndolo de conchas como las detectadas por los pescadores
en las últimas semanas.
El
cangrejo rojo americano, también conocido como cangrejo de las marismas,
es una especie oriunda del Noroeste de México y la zona central y sur
de Estados Unidos que ha logrado extenderse por amplias zonas de
América, África, Asia y Europa.
Por
su resistencia y su impacto en los hábitats que ocupa, figura en el
Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras del Ministerio de Medio Ambiente,
donde se hace constar que «tolera un amplio rango de condiciones
ambientales, incluyendo aguas salinas y llegando a soportar periodos
temporales de desecación en los que permanece en cuevas que excava como
refugio y que también utiliza cuando hace frío».
Llegado en 1974
Parece
que llegó a España en 1974, cuando se introdujo en las Marismas del
Guadalquivir con fines comerciales. Más tarde se destinó al comercio, el
consumo local y se usó como cebo. En 1978 se localizaba ya en la
Albufera de Valencia y un año después en el Delta del Ebro. En Medio Ambiente
apuntan que «su expansión se ha debido, además de a las sueltas
ilegales, a su capacidad de dispersión por las cuencas, llegando a
recorrer hasta 3 kilómetros diarios».
Respecto a su expansión por Galicia, puede recordarse que en 2010 ya se sabía de su presencia en los ríos Xallas y Umia; mientras que cinco años después se localizaba en la laguna de una antigua cantera en Barro.