El PP de Pontecesures va a presentar sendas propuestas en el Pleno para solicitar la recuperación del proyecto de reforma integral de A Prazuela y de su entorno y la ejecución de diversas mejoras en las infraestructuras deportivas al amparo de los dos nuevos planes de inversiones extraordinarias de la Diputación, que pueden suponer hasta 680.000 euros.
Así, la formación liderada por Manuel Vidal Seage, presentará una moción para reclamar que el bipartito retome este proyecto de “reconexión peonil, segura e amable” de su núcleo urbano. De este modo, se planteaba la recuperación de la conexión peatonal entre el centro y las dotaciones públicas (colegio, biblioteca, centro de salud, escuela infantil y el pabellón municipal de deportes) que discurren por la calle Miguéns Parrado, limitando el tráfico rodado a una velocidad máxima de 10 kilómetros por hora.
En esta línea, Vidal Seage lamenta que la alcaldesa, Maite Tocino, renunciara al proyecto “alegando incomprensiblemente falta de fondos e problemas para o cumprimento cos prazos de execución e xustificación”. Así, ahora la idea de los populares pasa por que esta actuación opte al nuevo Plan Provincia Extraordinaria, con el que la Diputación puede llegar a invertir hasta 590.000 euros en Pontecesures.
“A rexedora ten unha oportunidade magnífica a nivel de financiamento e tamén para demostrar que as súas xustificacións eran certas, xa que a Deputación ofrece aínda máis cantidade da que estaba concedida e ten todo o tempo do mundo para reformar a Plazuela e o centro da vila”, explicó el portavoz popular.
Asimismo, el PP va a presentar otra moción para que se acometan mejoras en diversas instalaciones deportivas al amparo de la segunda edición del Plan Extraordinario de Infraestructuras Deportivas (PEID), que dotará al Concello de casi 90.000 euros. Así, la propuesta consiste en la ejecución de diversas mejoras en el Campo de Fútbol Ramón Diéguez, en el pabellón municipal y en la pista deportiva anexa al muelle.
“Teñen case o dobre de cartos e tempo para executar a mellora da Prazuela e a súa contorna, así que veremos se tamén teñen gañas de levalo a cabo ou optarán por enterralo como fixeron co Náutico, o parque empresarial, a Festa da Lamprea e tantos outros”, concluyó el edil popular.
El “Pacto da Devesa” permitió que el ayuntamiento se independizara en 1925.
En medio de la villa quedó una parcela de 1.200 metros cuadrados que pertenece al municipio vecino.
Muchos piensan, en el Ayuntamiento de Pontecesures, que un buen regalo para conmemorar su primer siglo de existencia como administración local sería recuperar una parcela de terreno que, aún estando situada en el corazón de la villa, pertenece al municipio vecino de Valga.
Es lo que en la geografía política se denomina enclave, es decir, una porción menor del territorio de una circunscripción territorial que está completamente rodeada por el territorio de otra.
Un terreno de unos 1.200 m2 que, a modo de isla quedó situado en la zona portuaria, entre el río, su zona lúdica, los edificios orientados al Ulla y la plaza de abastos.
Para aquellos que no conozcan el lugar, puede decirse que es una gran explanada de tierra y baches usada como aparcamiento y convertida, con demasiada frecuencia, en un gran lodazal.
El mismo espacio en el que solían colocarse las carpas de la Festa da Lamprea, cuando en el río había pescado suficiente para celebrarla, que no es el caso este año
Mucho se ha hablado en el último siglo de la necesidad y conveniencia de recuperar este enclave, y a punto estuvo de lograrlo, durante el anterior mandato, el alcalde conservador Juan Manuel Vidal Seage. Pero las elecciones del pasado año colocaron en su puesto a la nacionalista Maite Tocino, y desde entonces aquel procedimiento parece haberse frenado, según denuncia el exregidor.
De ahí que reclame del actual ejecutivo bipartito que retome aquel expediente y busque la fórmula adecuada para recuperar ese enclave, «que además de afear todo el entorno provoca una evidente falta de seguridad», espeta Seage.
El mismo que en el anterior mandato propició el proyecto para abrir Pontecesures al río y a la ría, impulsando la transformación de la fachada fluvial con la creación de una zona de ocio que ayuda a la llegada de más peregrinos, al desarrollo del sector hostelero local y a ofrecer zonas de paseo seguras y alternativas lúdicas para niños y el conjunto de la población.
Pero esa apuesta por modernizar y embellecer Pontecesures se quedo a medias, precisamente a causa de la existencia de ese enclave de Valga al que no se le puede tocar, ya que depende del gobierno vecino. Incluso para celebrar allí cualquier evento hay que pedirle permiso.
Y eso a pesar de que Valga no puede sacarle ningún provecho ya que desde 2003 es un terreno catalogado en el PXOM como zona verde.
Así pues, con la ley en la mano, hay tres opciones posibles, como la expropiación forzosa, aunque determinar el precio a pagar no parece sencillo, establecer algún tipo de convenio con Valga o acometer la permuta de terreno. lo cual resulta aún más complicado, ya que Pontecesures no dispone de terreno público con el que negociar.
Teniendo en cuenta todo ello Seage llegó a contemplar una partida de 150.000 €, «aunque incluso puede resultar excesiva» para negociar con Valga y hacerse con el enclave. «Pero todo aquel procedimiento se está dejando morir por el actual gobierno», censura.
Ante lo cual, el líder del PP insiste. «Hay que reabrir este procedimiento, llegar a un acuerdo razonable para buscarle encaje económico y cumplir la ley, solucionando así un problema que se arrastra desde hace casi cien años».
Dicho de otro modo, que «el gobierno bipartito de Pontecesures debe coger el toro por los cuernos para evitar perder una magnífica oportunidad y recuperar un terreno insalubre».
Una parcela, dicho sea de paso, que «una vez que sea nuestra puede ayudarnos a potenciar todavía más la fachada litoral», sentencia Juan Manuel Vidal Seage.
El título de villa en 1881, y el proceso independentista de 1925 marcan su historia.
En 1881, el rey Alfonso XII, concedió el título de Villa de San Luis de Cesures a la parroquia de San Julián de Requeijo, perteneciente hasta 1883 al Ayuntamiento de Padrón, con el que sigue unida a través del puente romano que se reformó en la Edad Media y que en 1911 se convirtió en la estructura que es actualmente y soporta el tráfico de la N-550.
Fue tras la reorganización territorial que situó al río Ulla como frontera territorial entre A Coruña y Pontevedra, cuando San Luis de Cesures pasó a formar parte del Ayuntamiento de Valga, alcanzando su independencia en 1925, con José Novo Núñez como primer alcalde.
Un proceso que no resultó tan complicado como podría pensarse ahora, cuando se habla permanentemente de las ansias independentistas catalanas. Lo que se hizo a orillas del Ulla fue firmar el «Pacto da Devesa», entre los representantes de las villas valguesa y pontecesureña.
Llegaba así la segregación de Pontecesures, que dejó de depender de Valga y pasó a funcionar como municipio propio el 9 de octubre de aquel mismo año, es decir, hace casi un siglo.
Hay quien cree que el puerto fluvial de Pontecesures, en su momento pieza clave para la descarga de buques areneros y la implantación en la villa de empresas como Nestlé y Calera del Ulla, ahora punto de arribada de peregrinos, fue el germen de aquella independencia. En cierto modo impulsada por la burguesía de comerciantes e industriales que se habían ido formando en torno al río.
En ese movimiento empresarial hay que situar la existencia de un enclave de Valga dentro de Pontecesures, ya que el terreno en cuestión habría estado ocupado por una empresa perteneciente a Valga que, la desaparecer había dejado esa parcela en manos del concello vecino.
Fue el 29 de marzo de 1925 cuando la corporación municipal de Valga, reunida en sesión extraordinaria, analizó e impulsó el informe emitido por la comisión nombrada por el propio ayuntamiento para establecer las bases de la «Entidad Menor de Pontecesures» y determinar la «administración de la misma, separación de su patrimonio y deslinde de su instalación».
Así se recoge, por ejemplo en el libro «Historia de Pontecesures» publicado en 1980 por el que fuera cronista oficial y alcalde de la localidad, José Piñeiro Ares.
En el que se habla también de otro de los grandes ejes del proceso independentista pontecesureño, como fue la feria del automóvil que en 1925 permitió proyectar a esta localidad ribereña a nivel nacional.
Y eso que en aquel año, el censo de este municipio de apenas 7 km2 de extensión era solo de 1.645 habitantes. Que se estrenaron como ayuntamiento con un presupuesto municipal de 20.500 pts y un crédito bancario para adquirir la finca que iba a ocupa el actual consistorio presupuestado en 23.750 pts,
El ex alcalde popular lamenta que el gobierno local «eliminara» la Festa da Lamprea de San Lázaro “despois de que, durante 25 anos, gobernos de todas as cores deran o mellor de si para sacar adiante esta celebración tan identitaria para Pontecesures”
El ex alcalde y portavoz municipal del PP de Pontecesures, Manuel Vidal Seage, alerta del “grave esmorecemento” que, a su entender, está padeciendo el Concello “polo inexistente investimento público de novos proxectos realizados polo bipartito y por la “parálise que está a aplicar ao desenvolvemento dos seis grandes proxectos estratéxicos deseñados polo anterior goberno local”.
“O actual executivo está a subsistir da resaca de proxectos herdados do PP que, a duras penas, é capaz de rematar. Pero é que ademais, no que vai de lexislatura non se investíu nin un só euro de obra pública en iniciativas promovidas polos actuais rectores, o que confirma que a actual coalición ‘de progreso’ segue instalada na rutina mentres, a xeito da orquestra do Titanic, seguen tocando unha estrana melodía mentres o noso barco chamado Pontecesures se afunde pola súa incompetencia e desidia”, lamenta el popular.
Seage ironizó con que uno de los grandes “fitos” del bipartito fue “rematar uns parques infantís impulsados polo anterior executivo, pero o da rúa Carles acabouse con 17.000 euros sen executar polo prazo, o de Carreiras non ten as dotacións previstas e innumerables retrasos e o de Condide atópase asolagado e impracticable”.
«Proxectos freados»
Además, acusa al gobierno local de “loitar con todas as súas forzas e probada incompetencia para que Pontecesures afunda por completo”. Esto se debe explica, “ás súas medidas de freo” a los proyectos del polígono de Tarroeira, a la mejora del Náutico, a la recuperación del terreno de Valga en el centro de la villa, a la renovación de la Plazuela, a la dotación del saneamiento municipal o a la Festa da Lamprea.
Así, en el caso del parque empresarial, admitió que “aínda se sostén pola aposta da Xunta”, que presentó un recurso contencioso frente a “inxustificable” informe técnico del Gobierno de España, “e malia o intento da alcaldesa de desenvolver un proxecto alternativo, consistente nun debuxo a catro cores sen ningún dato técnico e urbanístico” que se conoció tras recurrir a la Valedora do Pobo.
Seage también lamenta que no se avanzara nada en la modernización del Náutico, “que é o proxecto deportivo de maior envergadura da historia do municipio”, y que tampoco se consiguiera recuperar finalmente la parcela propiedad de Valga en el centro urbano, “malia que o anterior goberno deixou o proceso iniciado e o orzamento reservado”.
Finalmente, el portavoz popular critica que se renunciara al financiamiento para la renovación integral del entorno de la Plazuela, “que xa tiña as cesións de terreo e que permitiría poñer en valor o lugar máis emblemático da vila posibilitando a necesaria seguridade peonil para os alumnos do CPI”; que se paralizara la dotación del saneamiento municipal que disponía de un presupuesto de 390.000 euros; y que se “eliminara” la Festa da Lamprea de la tradicional festividad de San Lázaro “despois de que, durante 25 anos, gobernos de todas as cores deran o mellor de si para sacar adiante esta celebración tan identitaria para Pontecesures”.
El Concello de Pontecesures anuncia que la escasez de producto provocará que, como mínimo, el emblemático evento gastronómico no pueda celebrarse hasta mediados de abril.
Una de las fiestas gastronómicas de mayor relevancia de la provincia de Pontevedra corre serio peligro de no celebrarse, al menos con su formato habitual. La organización de la vigésima sexta edición de la Festa da Lamprea de Pontecesures está en el aire. Así lo reconoció el martes pasado el Concello, que explica que la escasez de capturas, más preocupante aún que en años anteriores, en los que tampoco hubo precisamente abundancia, impide su desarrollo en el Día de San Lázaro, con el que coincidía habitualmente el evento. De esta manera, el Gobierno local está a la expectativa de que se produzca una mejora en el número de ejemplares para poder trasladar la cita gastronómica a mediados de abril, los días 13 y 14. Son estas fechas que coinciden, precisamente, con el último fin de semana de la temporada de esta especie.
La alcaldesa cesureña, la nacionalista Maite Tocino, explica que los contactos con los «valeiros», si bien se mantienen de manera periódica desde principios de año, se fueron intensificando en las últimas semanas. «O que nos trasladan é que, se nos último catro anos as capturas xa estaban á baixa, nunca acontecera algo coma na actualidade», reconoce, señalando incluso que «teñen volto a casa sen obter ningún exemplar». No es esta una situación que afecte a Pontecesures, ya que este déficit de lamprea también lo están a padecer las «pesqueiras» de Herbón e, incluso, en el Miño. Así las cosas, no se ha podido acumular materia prima suficiente para garantizar la organización de la Festa da Lamprea. La única posibilidad para poder celebrar la fiesta en sus fechas habituales pasaría por adquirir lamprea francesa «a prezos prohibitivos», indica Tocino, que quiso dejar claro que esta opción ha sido descartada por el Gobierno municipal, ya que «non sería ético nin coherente, xa que esta cita o que pretende é poñer en valor o produto autóctono do país».
Las próximas semanas resultarán decisivas para saber si Pontecesures puede volver a celebrar con su formato habitual, que tanto éxito tuvo durante un cuarto de siglo, un evento que en años pretéritos tuvo que ser suspendido por la pandemia de la COVID-19.La opción de «Tapalamprea»En caso de que no se reúna la cantidad suficiente para que la fiesta pueda celebrarse en toda su extensión, el Concello ya está estudiando otras alternativas. Una de ellas podría ser una versión más reducida, la «Tapalamprea», que consistiría en servir «petiscos nos locais de hostalería do municipio». Así lo reconoce la alcaldesa, que señala que esta opción requeriría de menos ejemplares y que «a restauración a vería con bos ollos, porque a materia prima parte da actividade, ao tempo que atrae ao público».
De esta manera, todo queda pendiente de la evolución de la actividad del sector en las próximas semanas. El Gobierno local se pone como fecha límite finales de marzo para tomar la decisión final. En todo caso, se tratará de seguir ensalzando a la conocida como «dama do Ulla».
La ya tradicional Festa do Churro estrenó su nueva fecha en el calendario festivo cesureño por la puerta grande. Y es que, qué mejor fecha para degustar uno de los productos estrella de la localidad, donde el gremio churrero es muy numeroso, que con las fiestas en honor a su patrón, San Xulián. Miles de personas abarrotaron desde las 18 horas las inmediaciones de A Prazuela para hacerse con las raciones gratuitas de churros con chocolate caliente que dan nombre a esta emblemática celebración.
Niños, jóvenes y mayores pasaron por los expositores en una fiesta intergeneracional que, parece, viene para quedarse en su nueva fecha invernal, que aporta un mayor impulso al Día do Patrón, con el objetivo —así lo decían desde el gobierno local— de complementar la programación de uno de los festejos con mayor entidad del municipio, con permiso de la Festa da Lamprea o la del Carmen.
Tampoco faltó —como buena fiesta que se precie— la música, que corrió a cargo del Dúo Nueva Era, que animó la fresca velada y que dejó a los vecinos con buen sabor de boca y con ganas de repetir el próximo año.
La organización ofreció un menú de 30 euros con más de 350 raciones preparadas en escabeche con albariño blanco, a la bordelesa y en empanada.
Colas para hacerse con el menú de degustación.
Una ración de empanada, otra a la bordelesa y una tercera en escabeche integraron el menú de 30 euros que Pontecesures ofreció para conmemorar la XXV edición de la Festa da Lamprea do Ulla, que confía en obtener más pronto que tarde la distinción de Festa de Interese Turístico Galego. El bullicio que se vivió ayer en la localidad avala esta propuesta que gira alrededor de las fiestas de San Lázaro pero que cada año cuenta con un mayor tirón como pudo observar la conselleira de Pesca Rosa Quintana que aceptó la invitación de un “valiente” alcalde Juan Manuel Vidal Seage quien dominó al escurridizo pez.