Un mercado de ocasión para la Festa da Bicicleta de Pontecesures.

El 12 de septiembre está marcado en el calendario de Pontecesures. Se celebra el Día da Bicicleta, una fiesta que cada año llega a más localidades como medio para promocionar el uso de este vehículo, sano tanto para el ser humano como para el medio ambiente. La cita arrancará a las cinco y media de la tarde en A Plazuela, el punto de encuentro por antonomasia de los cesureños.

La celebración de esta jornada festiva incluye la tradiconal marcha en bicicleta, para la que es obligado el uso de casco, recuerda el Concello. Además está previsto que se celebre un mercadillo de ocasión para los ciclistas y, en general, para los amantes de los pedales. Además está previsto que se realice una yinkana infantil con pruebas de habilidad.

La Voz de Galicia

Valga traza un ambicioso plan para presumir de caña y anguila.

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Preparación de tapas de anguila en el bar O Belén, de Valga.

El Concello de Valga hace historia al celebrar las bodas de plata de la “Festa da Anguía e Mostra da Caña do País”. Ante tal conmemoración se ha diseñado un ambicioso programa de actividades lúdicas y culturales dirigido a todos los públicos en el que se incluyen tanto paseos a caballo como exhibiciones de cetrería, música y, por supuesto, los habituales concursos y degustaciones de los dos productos motivo de orgullo en esta localidad ribereña.

Todo empezó el pasado fin de semana con la ruta-concurso de tapas de anguilas en una veintena de establecimientos del municipio, además de organizarse actividades como la visita del jurado a los sitios participantes en el concurso “El lugar más hermoso”.

Pero lo fuerte empieza el jueves y el viernes, con el concurso en el que se eligen los mejores destilados en las categorías blanca, hierbas y tostada.

También el viernes se inaugura la “Feria Pirata”, en el Parque Irmáns Dios Mosquera; se celebra el “Cañarock”, con actuación de los grupos locales “Sleepewalker”, “Black Soul Motard” y “Músculo”; y las entidades del municipio muestran los trabajos realizados a lo largo del año y ofrecen diversos productos a los ciudadanos, con la “caña do país” como protagonista.

Ya para el sábado se anuncia una concentración motera y una demostración de destilado, de tal forma que los “cañeiros” mas veteranos o representativos del municipio, Fermín y Tucho, enseñan como se elabora “la mejor caña de Galicia”.

Esta jornada -que arranca a las 10 horas- se completa con la actuación del grupo foclórico Algueirada, la lectura del pregón a cargo del actor Xosé Antonio Touriñán y la entrega de premios de los diferentes concursos llevados a cabo.

El sábado es, en realidad, la jornada central de esta celebración, de ahí que también se incluya la degustación de anguila -tanto frita como en empanada- y de cócteles de caña, además de actuar la Banda de Música Municipal de Valga y celebrarse la recepción oficial de autoridades y el almuerzo.

Se incluye una comida campestre que por 22 euros ofrece un menú a base de empanada mixta, pulpo á feira, carne ó caldeiro, postre y café con gotas, reservándose para la tarde el entretenimiento infantil, con “Festa da Auga”, discoteca móvil y talleres.

Esa misma jornada las motos clásicas recorrerán el territorio de la Asociación de Cazadores San Huberto, “portando el santo en un sidecar” y dando paso a la actuación de “Quercus Folk”, una recreación de la batalla de Casal de Eirigo -contra los franceses- y un buen número de juegos populares.

Una verbena con la orquesta “Ledicia”, queimada popular gratuita y concierto de Roi Casal completan esta esperada jornada en el Parque Irmáns Dios Mosquera.

El domingo será el turno de un paseo a caballo y en carrozas desde A Medela, tiro y caza con arco, misa y exhibiciones de perro en circuito agility y de cetrería, además de un concierto jazz a las 22 horas.

Faro de Vigo

La anguila y la caña del país dan para mucho en Valga.

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Durante el último fin de semana de agosto, conciertos y exhibiciones redondearán la 25 edición de estas celebraciones.

En Valga se han tomado a pecho que la Festa da Anguía y la Mostra da Caña do País hayan sido declaradas de interés turístico de Galicia. El año pasado, el Concello hizo un esfuerzo para intentar dar un nuevo aliento a estas convocatorias, que parecían haber decaído. Y de aquel esfuerzo nació la edición de este año, la número 25, que llega llena de sorpresas y, sobre todo, muy crecida.

Empecemos por el principio. Vayámonos, pues, a este fin de semana, cuando en 16 establecimientos de Valga se desplegará el «Tapa a Anguía», un concurso de tapas elaboradas a partir de este producto.

Demos ahora un salto en el tiempo. Serán solo unos días, porque ya el jueves habrá actividades enmarcadas en la gran cita gastronómica del sábado. El jueves, en el Concello, se hará una primera criba de las cañas que se han presentado a concurso. El viernes, a las cinco de la tarde, se inaugurará la feria pirata que estará funcionando todo el fin de semana en el parque Irmáns Dios Mosquera. Después, a las ocho, tendrá lugar la cata final. Y a las nueve, cada asociación del municipio abrirá los puestos con los que animan, también ellos, el cotarro festivo. A las diez y media llega el Caña Rock, esta vez con los grupos locales Sleepwalker, Black Soul Motard y Músculo.

Al día siguiente habrá demostración de destilado, se leerá el pregón -será cosa de Touriñán-, y se entregarán los premios y distinciones de la edición número 25 de la fiesta. La música de la banda municipal abrirá boca para la degustación de anguila, de cócteles de caña, y para la comida campestre. Por la tarde habrá fiesta infantil -con toboganes de agua y discoteca móvil incluida-, concentración de motos clásicas, y sonarán la música de Quercus Folk y las armas de la batalla de Casal de Eirigo. Juegos populares y más música conducirán hasta la una de la madrugada, cuando Roi Casal tomará el escenario.

El domingo habrá una serie de exhibiciones: de caballos y carrozas, de tiro y caza con arco, de agility y cetrería. La música la pondrá a media mañana la banda y por la noche se celebrará el festival Anguiando Jazz (22 horas), con la Big Band de Valga y Hot Seven.

La música se multiplica con el Caña Rock, Roi Casal y el Anguiando Jazz.

La Voz de Galicia

Carta aberta de Luis Sabariz.

COMO VECINO de Pontecesures quero mostrar a miña estrañeza pola nota feita pública polo Concello de Pontecesures solicitando fotografías antigas aos seus veciños para celebrar no próximo mes de outubro os noventa anos de vida que ten este concello.
Todos lembramos, eu máis porque era concelleiro daquela na Corporación municipal, como o goberno de 20011/2015 solicitou aos veciños que se facilitasen fotografías a unha asociación de Vilagarcía de Arousa que foron devoltas aos propietarios unha vez escaneadas e cumpridas a súas funcións. Estas fotografías foron expostas logo en varios actos organizados polo Concello de Pontecesures mercé á colaboración da devandita asociación (actos de Nadal, Festa da Lamprea, festas patronais, etc..).
Con todo o material fotográfico recollido xa en 2011 e 2012, ninguén entende a que ven pedir outra vez as fotos orixinais aos veciños. Evidentementemente pode que haxa aínda fotos de interese que non foron achegadas no seu día, pero a maior parte xa foron escaneadas naqueles anos.
Dende esta tribuna quero preguntar á alcaldesa de Pontecesures, Cecilia Tarela, que daquela ocupaba unha tenencia de alcaldía, onde se atopa o material fotográfico escaneado e recolllido en 2011 e 2012, si este é de titularidade do concello e si se vai utilizar en outubro no noventa aniversario do municipio.
Non sabemos se o material é da asociación de Vilagarcía de Arousa, pero se é así, tamén quero preguntarlle que convenios ou acordos houbo con esa entidade cultural en canto ás fotografías que procederon deste concello; que xestións se van a realizar para recuperar as imaxes e que responsabilidades teñen os membros da Corporación que permitiron estas prácticas, pois resulta moi triste que a reproducción duns documentos importantes da historia do noso pobo non estean en poder da institución municipal.

Tribuna Libre
El Correo Gallego

Josefa Blanco en Santiago: “Santa Rita é a mellor festa para vender rosquillas”.

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Seguindo os pasos da súa familia, leva dúas décadas levando doces caseiros por romarías de toda Galicia.

Van daquí para alá, levando as receitas de sempre de festa en festa. A eles tócalles levar o azucre ata as portas das igrexas cando o santoral manda e poñer o sabor máis doce ás romarías. A súa tamén é un das facianas anónimas que agocha o crebacabezas das 1001 caras de Compostela.

Josefa Blanco ten 52 anos e leva desde os 20 percorrendo festexos coas rosquillas ás costas. Onte tiña cita na porta de San Roque. O seu marido, a outra metade do negocio, foi para a parroquia de Sar. “Sempre imos os dous xuntos, pero hoxe (por onte) coincidiron as dúas festas e dividímonos”, conta. Veñen de Valga e a noite anterior estiveron metidos na cociña facendo doces. “En Santiago, a xente prefire o produto caseiro”, confesa Josefa mentres sinala unha cesta chea de rosquillas. As clientas saen da misa e páranse a preguntar. Proban o que lles ofrece a rosquilleira e, pouco a pouco, van baleirando o posto. A ducia custa tres euros. Os paquetes que lles envían da confitería valen o mesmo, pero as que se fan na casa sempre teñen máis éxito. Segredo ten máis ben pouco, pero Josefa prefire non variar a receita que sempre fixo súa nai: ovo, manteiga, azucre, anís, sal e levadura.

“O día vai bastante regular. A San Roque non ven moita xente. Imos a moitas, pero Santa Rita é a mellor festa para vender rosquillas, engade Josefa. Celébrase cada 22 de maio na igrexa do Santo Agostiño e, como atrae moito público de Compostela e comarca a tendeira sáelle máis rendible. En xornadas como a de onte, se a cousa vai ben, saca uns ingresos de cen euros máis ou menos. Santiago é un dos concellos máis económicos e, para poñer o posto, bástalle con abonar cinco euros. A cantidade inclúe a autorización para a venda ambulante e o seguro de responsabilidade civil. O esforzo compensa porque, con crise ou sen ela, é difícil que alguén resista a tentación. Eso sí, nas festas gastronómicas o asunto cambia e poucos son os que mercan doces.

“O das rosquillas é unha axuda. Nós non vivimos disto”, continúa. Ela e o seu marido tamén rexentan un negocio de arranxo de calzado en Poantecesures. Seguindo os pasos da familia de Josefa, as fins de semana percorren Galicia coa súa furgoneta vendendo doces. Aínda que a súa avoa e despois a súa nai eran caras ben coñecidas nas vilas galegas, á rosquilleira parécelle pouco probable que os seus fillos, de 30 e 32 anos, manteñan o negocio. “Teñen os seus traballos, véxoo moi difícil, pero nunca se sabe”.

El Correo Galego