José M. Cajaraville, dcha., junto a su padre, Antonio, y el retrato de este.
Es la primera vez que sale de su pequeño círculo y se aventura a mostrar su arte en solitario, en el transcurso de una exposición con sello propio, pese a que lleva pintando desde chico. Hasta la fecha, su producción pictórica, conocida en un círculo íntimo, formó parte de muestras colectivas, como el Arte Mostra Santiaguiño. José Manuel Cajaraville es pintor autodidacta que encontró su musa en una caja de lápices que le regaló siendo muy niño una «señora cordobesa», madre de uno de los niños que estudiaban en el antiguo colegio de los huérfanos del Ejército de Padrón (hoy Flavia).
«Aquellos lápices de colores me parecieron un mundo; pero el surtido se me quedó pequeño y pronto empecé a mezclar colores para tener más variedad», dice. Sus limitaciones físicas -lleva pegado a una silla de ruedas casi desde que nació- no le han impedido superarse como persona y como artista, ni participar activamente en la vida social, cultural y deportiva del municipio padronés a lo largo de todos estos años. «Nunca dibujé con líneas perfectas, porque no tuve ni tengo un pulso perfecto, pero he intentado arrancarle a cada cuadro alma y espíritu», apunta este singular artista padronés.
«Me gusta profundizar en mi obra y soy muy exigente conmigo mismo y quizá tenga un punto de inconformismo. Exploro en cada cuadro nuevas sensaciones». En su formación hubo una persona clave: el pintor Carlos Bóveda. «Conocerlo fue determinante para mí, porque siempre me animó a seguir adelante y a impregnarle a mi obra espíritu».
José M. Cajaraville pinta con espátula y rechaza el pincel «porque me lleva a hacer trazos más gruesos. Cada cuadro que hago me lleva mucho tiempo y es un proceso muy delicado». Dice que para realizar esta exposición, que hoy se inaugura (19.00 horas) en el Liceo de Betanzos, dentro del Festival de Santa Cecilia, trabajó al límite de abril a octubre. «Llegué justo al límite. Pero ahí están los 24 cuadros al óleo (hay retratos, paisajes, bodegones… )». Son obras realistas, fotografías en pastel con alma y mensaje propio, como su autor, y como él mismo, superan barreras. La muestra podrá verse hasta el día 30.
EL CORREO GALLEGO, 15/11/08