Ni el mal tiempo fue capaz de aliviar los atascos en la semana más crítica del año en la ría de Arousa. Con motivo de la festividad del 15 de agosto, las fiestas de San Roque en Vilagarcía y otras muchas citas culturales y gastronómicas que se celebran en la ría, el tránsito en la antigua carretera C-550 se convirtió casi en tarea imposible para los veraneantes y playeros que evitan la vía de O Salnés porque su objetivo está en las playas y en los pueblos que jalonan el vial que discurre a lo largo de una de las más apreciadas costas.
Los límites de velocidad, el tráfico y las rotondas convierten en un suplicio el viaje por la orilla sur de la ría de Arousa. A lo largo de la última semana fue necesario invertir algo más de setenta minutos en el recorrido que va desde Cesures hasta O Grove, y que traducido a kilómetros se queda en 65. Es decir, la velocidad media en el tramo es inferior a los 50 kilómetros por hora.