Urovesa suma contratos con el Ministerio de Defensa por valor de 170 millones de euros.

De la fábrica de Valga salen los Vamtac, vehículos blindados de alta movilidad táctica empleados por el Ejército | La empresa prevé un crecimiento de la demanda del 50 por ciento debido a la inestable situación política mundial

Justo Sierra (segundo por la izquierda), junto al almirante Gonzalo Villar, Pedro Blanco y el general Marcial González. |  Noé Parga
Justo Sierra (segundo por la izquierda), junto al almirante Gonzalo Villar, Pedro Blanco y el general Marcial González.

Urovesa ha firmado en los últimos años contratos con el Ministerio de Defensa por valor de 170 millones de euros. La mayor parte del dinero (146 millones) corresponde a la fabricación de los Vamtac, unos vehículos blindados de alta movilidad, empleados por el Ejército español.

La planta de Valga recibió ayer la visita del delegado del Gobierno, Pedro Blanco, y de altos mandos del Ejército de Tierra y de la Armada. Tras una reunión con el presidente de Uro Vehículos Especiales S.A. (Urovesa), Justo Sierra, y una visita a la fábrica, asistieron a una exhibición del funcionamiento de estos automóviles con tracción a las cuatro ruedas y otras características que les permiten operar en condiciones extremas.

El blindado, en una de las pruebas de circulación. |  Noé Parga
El blindado, en una de las pruebas de circulación.

Sierra apuntó además, al término de la visita, que la compleja situación geopolítica actual incide directamente en los planes de la empresa, hasta el extremo de que sopesan acometer un aumento de personal e inversiones en Valga del 50 por ciento, «de aquí a dos años» ante el incremento de la demanda.

El presidente de Urovesa apunta que vehículos como los que se fabrican en Valga son «esenciales» para la defensa de Europa, y que la empresa «tiene que tener capacidad de reacción ante las amenazas que todos estamos viendo», en referencia a la guerra de Ucrania y la posibilidad de que Estados Unidos retire su apoyo militar a Europa.

Preguntado por el gasto militar, Justo Sierra afirmó que prevé «incrementar el trabajo en el mercado español» ante «ese aumento de presupuesto» anunciado por el Gobierno para colmar las peticiones de la Unión Europea de mejorar la defensa. «Nosotros tenemos que estar preparados, tener el músculo suficiente para tener personal formado, tener instalaciones preparadas para dar respuesta a esos incrementos de los presupuestos», añadió. «Nosotros vamos a estar en primera línea para poner nuestras capacidades al servicio del Gobierno de España».

Un camión de extinción de incendios. |  Noé Parga
Un camión de extinción de incendios.

Además, apuntó que Urovesa «tiene que estar preparada porque la demanda a nivel internacional está creciendo, no solo por la circunstancia geopolítica actual, sino porque de alguna forma muchos de los países en que llevamos tiempo trabajando ahora mismo están reaccionando con demanda superior».

En la actualidad, la plantilla se compone de 330 personas, según sus datos, «y por cada trabajador de Urovesa hay cuatro o cinco más trabajando en la industria auxiliar cercana». «Tenemos todos que estar preparados para crecer», incidió Justo Sierra.

«Estamos previendo que, probablemente, tengamos un incremento de la demanda de un 50 por ciento a lo mejor de aquí a dos años. Y por tanto nosotros, nuestros proveedores, tenemos que invertir en instalaciones, en personas, en capacidad, porque si esos incrementos se reflejan en incremento de demanda finalmente, tenemos que estar preparados y son además incrementos de capacidad que no se pueden improvisar, no se hacen en pocos meses», ha expuesto.

El último acuerdo marco con el Ministerio de Defensa contemplaba la entrega de 700 vehículos, de los cuales fueron entregados 150 el pasado año. La previsión en este 2025 es que entreguen otros 150.

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Por su parte, el delegado del Gobierno, Pedro Blanco, destacó el compromiso del ejecutivo central para «consolidar la industria de defensa como motor del desarrollo económico de Galicia». Para el delegado, Urovesa «representa la capacidad innovadora e industrial de Galicia, liderando proyectos estratégicos con el apoyo del Gobierno para responder a los desafíos del futuro». Pedro Blanco ensalzó asimismo la apuesta por la «innovación» con la puesta en marcha del proyecto Vamtac de hidrógeno (Vamtah) con un contrato de 700.000 euros para el desarrollo de un prototipo con propulsión mediante pila de hidrógeno.

Faro de Vigo

Náutico de Pontecesures y CP Portonovo se proclaman campeones gallegos infantiles.

Náutico de Pontecesures y CP Portonovo se proclaman campeones gallegos infantiles
Claudia Cerqueiras y Adela Rial,del Náutico de Pontecesures, se colgaron la plata y el bronce en Infantil B K1.

Castrelo de Miño acogió el sábado el Campeonato Gallego de Invierno Individual para Jóvenes Promesas, reuniendo a 558 deportistas de 38 clubes para competir sobre las distancias de 3.000 metros en categoría infantil y 5.000 metros en la cadete.

Por equipos, el Cofradía de Pescadores de Portonovo se impuso en infantil masculino y el Náutico de Pontecesures en la femenina. Fueron bastantes los jóvenes representantes de los clubes arousanos los que lograron posiciones de podio. En Infantil A K1 ganó Santiago Alonso Guerra Rengel, del Club Cofradía Pescadores Portonovo, con su compañero Gael Sánchez Vidal, tercero. En la prueba femenina el primer puesto fue para Sofía Vallejo, del Club Cofradía Pescadores Portonovo, con un tiempo de 15:04. La plata fue para su compañera de club Ainoa Feijoo (15:05). 

En la categoría Infantil A C1, Pablo Castiñeiras y Xian Casal, ambos del Club As Torres Romería Vikinga, acabaron segundo y tercero. En Infantil B K1, el segundo y tercer puesto fueron para las palistas del Club Náutico Pontecesures, Claudia Cerqueiras (15:33,04) y Adela Rial (15:42,32), respectivamente.

Diario de Arousa

Cerámica Celta, la aventura cesureña en la que se enrolaron los grandes talentos artísticos de Galicia.

Castelao fue una de las muchas figuras que colaboraron en un proyecto que pretendía contribuir a sentar las bases de una iconografía gallega; ayer se ahondó en la historia de aquel proyecto que cumple cien años, como el Concello de Pontecesures

Cien años atrás, mientras se fraguaba su nacimiento como Concello independiente, Pontecesures era una localidad vibrante. Tenía puerto, tenía tren y tenía, también, una burguesía culta e inquieta, dispuesta siempre a apostar por el progreso. Aquella efervescencia intelectual, cultural e industrial se tradujo en la celebración de la primera feria del automóvil de ocasión, en el nacimiento de sociedades o en la creación de la que Borobó llamaría la «universidad artística de Galicia», la Cerámica Celta. De esta empresa vanguardista se habló ayer en Pontecesures, en la primera tertulia organizada por el Concello para celebrar el centenario de la independencia municipal.

La Cerámica Celta nació como Cerámica Artística en la mente de Eugenio Escuredo, un emprendedor incansable que, poco tiempo después de haber hecho realidad el proyecto, decidió abandonarlo para irse a comerciar con maderas exóticas. Comentó sus planes, como solía hacerlo, en la tertulia de Casa Castaño, donde se reunía con sus amigos: el médico, otros industriales e intelectuales de la localidad… Todos, «personas que nunca se cansaban de plantear ideas y proyectos», según relata Fina Diéguez. Ella es la nieta de Ramón Diéguez, el hombre que iba a tomar el relevo de aquel proyecto artístico que pasaría a ser rebautizado como Cerámica Celta.

«Se llama Cerámica Celta por lo mismo que el Celta de Vigo se llama así, o la ‘tortilla celta’ de Casa Castaño. En las primeras décadas del siglo XX había una inquietud, una afán por la reconstrucción de la identidad de Galicia, un sentimiento de pertenencia a la nación celta, y por eso se eligió ese nombre», explica Fina Diéguez. Relata que su abuelo era un hombre formado, que empezó Farmacia y Químicas, pero que después se fue aprender cómo funcionaban las fábricas de cerámica por España adelante. «Cuando volvió aquí montó los hornos de las Caleras del Ulla; también era fabricante de la piedra Pote [una piedra que no podía faltar en ninguna casa, ya que se usaba para limpiar las cocinas de hierro] y llegó a crear en Catoira una fábrica de tubos de gres», señala su nieta.

Diéguez era un empresario inquieto, está claro. Y también comprometido. «O máis interesante deste home é que empezou a facer en cerámica iconografía galega. Todas as nacións teñen a súa iconografía propia, o seu propio código visual», explica el presidente de la Fundación CastelaoMiguel Anxo Seixas Seoane. Para ello contó con la ayuda de los grandes artistas de su tiempo —Castelao, Asorey, Bonome, Maside, Sobrino, Torres…— que supieron ver en aquella aventura cesureña una oportunidad de divulgar su trabajo, su obra, su forma de ver Galicia.

«Las colaboraciones de todos aquellos artistas eran completamente altruistas, desinteresadas. Sabemos que Asorey decía que se sentía pagado por la trascendencia que cogió en barro su obra O Tesouro, porque así entró en muchísimos hogares», recuerda Fina Diéguez. Y la divulgación, la difusión de la cultura, la democratización de la belleza y del arte eran denominadores comunes a todos aquellos creadores que en muchos casos «llegaban en el tren de Santiago, iban a la cerámica, paraban después en la tertulia de Castaño y de vuelta al tren», señala Fina Diéguez.

Aquel proyecto era «un experimento». «Tenía una base industrial y artística, pero funcionaba por afinidades y relaciones de amistad… Alguien tenía un boceto y decían, ‘vamos a pasarlo a bulto redondo’. Era otro tiempo, otra vida que hoy parece impensable. Yo creo también que este proyecto era como un juguete para todos; ninguno vivía de esto, a mi abuelo de hecho le costaba dinero la Cerámica Celta. Podía mantenerla porque tenía la cal, la piedra Pote y el gres», contaba la representante de la Fundación Herederos de Ramón Diéguez.

Castelao llegó a la que iba a ser bautizada como universidad artística de Galicia de mano de Víctor García, el médico de Pontecesures. Habían coincidido estudiando Medicina y, sobre la sensibilidad artística que ambos poseían, fue creciendo su amistad. García iba a ser otro de los colaboradores de la Cerámica Celta, sobre todo en aquellos primeros años luminosos y dinámicos, que se vieron interrumpidos, como todo en este país, por el golpe de estado de 1936 y la Guerra Civil. Fueron años de sangre y fuego tras los cuales arrancó una «longa noite de pedra». «La Cerámica Celta seguía trabajando, pero en la posguerra no estaban las familias para comprar cerámica… Había que comer, vestir y salir adelante», explica Fina Diéguez. Las ventas bajaron y su propietario también tuvo que mantener un perfil bajo: quienes habían protagonizado las tertulias de Casa Castaño, quienes habían mantenido una relación entusiasta con figuras como Castelao, se vieron obligados a ser discretos, a hacerse casi invisibles para sortear la feroz represión.

«Mi abuelo podría haberse ido. Pero cómo se iba a ir… Qué iba a ser de toda la gente que trabajaba en sus empresas», razona Fina. Ella, en su intervención de anoche, quiso recordar a todas aquellas personas que trabajaron en la factoría. «Manos muy hábiles que trabajaron en la cerámica y que fueron tan importantes como los autores gallegos». Se refiere a torneros, a moldeadores, decoradores… En esa nómina de recuerdos no podían faltar Antonio Fabeiro, Pepe Llerena, Carlos Bóveda, José Jamardo, Concha Vázquez, Oria Moreno…

Artistas y artesanos, convocados alrededor de la figura de Ramón Diéguez, dieron forma a una cerámica vidriada y en cuya decoración se utilizan unos colores muy característicos que llenan diseños que en algunos casos tenían el sello de Castelao, como la abstracción que el de Rianxo hizo del manteo gallego, o de la flor de la camelia…

La Cerámica Celta atraviesa en los últimos años una nueva etapa. Los herederos de Ramón Diéguez han restaurado la nave de la cerámica, han adaptado las paletas de colores, han catalogado los moldes originales, han hecho otros nuevos con nuevos materiales, han recopilado piezas e historias, y se han dedicado a la divulgación cultural para evitar que el pasado caiga en un olvido del que no pueda volver. 

El acto celebrado ayer en la biblioteca de Pontecesures, y en el que además de Fina Diéguez y de Miguel Anxo Seixas participaron también Alejandro Palicio y Elena Vidal, contribuye también a traer al presente la historia de uno de los proyectos artísticos y culturales más originales desarrollados en Galicia y que cumple, como Pontecesures, cien años.

La Voz de Galicia

Uno de los migrantes acogidos en Valga: “Soy electricista, pero puedo trabajar de lo que sea”.

Uno de los migrantes acogidos en Valga: “Soy electricista, pero puedo trabajar de lo que sea”
Uno de los grupos de chicos subsaharianos que acoge desde el lunes el municipio.

Valga recibió el pasado lunes a cerca de 120 personas migrantes, que ya están instaladas en un conocido establecimiento hotelero en la parroquia de Campaña, que acogerá un total de 173 personas —la mayoría, pendientes de la concesión del estatuto de refugiados— que llegarán de forma escalonada. Su llegada ha sido posible gracias a la gestión de la ONG Rescate y la coordinación del Gobierno central con el Concello de Valga.

En su mayoría, proceden desde países en guerra o con conflictos violentos en marcha, como Mali, o en situación de pobreza extrema, como pueden ser Mauritania, Senegal, Gambia, o Níger, entre otros países sub­saharianos; tienen entre 18 y 40 años y llevan en España entre dos y seis meses. Es el caso de Mbaye, de 21 años, que llegó a las costas de Canarias hace cinco meses desde Senegal buscando mejores oportunidades. Lo hizo en una embarcación y tras ocho días a bordo en unas condiciones duras. Así lo explicó a este diario en un buen español, que aprendió tras su paso por otro centro de acogida en Alcalá de Henares (Madrid), desde donde fue trasladado en la noche del lunes a Valga. “Quiero vivir en España”, señaló, por lo que desea empezar a trabajar “cuanto antes”. “En Senegal era electricista, pero puedo trabajar de lo que sea”.

Un deseo que comparten la mayoría de los migrantes llegados a Valga. Tienen diversos tipos de estudios, pero todos los chicos coinciden en que les sirve cualquier trabajo. Mismo caso que Hassan, que llegó a Tenerife hace unos tres meses desde Gambia. Desde allí fue trasladado también a Alcalá de Henares, aunque, indicó que no tiene ganas de hablar mucho del pasado y lo que dejó atrás en su país de origen. Tiene 26 años y manifestó, en su caso en inglés, que “aquí estamos muy bien” y que, de momento, la acogida ha sido muy positiva.

En ambos casos, su objetivo es el de quedarse de forma indefinida en España una vez consigan trabajo, aunque otros desean continuar su ruta migratoria hasta Francia u otros países de Europa, algunos tienen allí amistades o familiares, con los que desean reencontrarse. No es así para Mbaye, que señala que llegó él “solo” al país y que espera conseguir un empleo y la residencia para instalarse en España.

Hassan
Hassan es uno de los migrantes que ya se han instalado en el hotel.

Cabe señalar que, según señalaron desde la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, todos ellos han presentado una solicitud de protección internacional y, a la espera de que se resuelva este proceso (que se puede dilatar varios meses), podrán recibir un permiso de trabajo. De momento se desconoce cuantos meses durará el dispositivo de acogida en el municipio y, durante su desarrollo, la ONG se encargará de su integración en la sociedad española. Así, al igual que en otros municipios, como en el caso más inmediato de Sanxenxo en Arousa, se brindarán acciones formativas, especialmente en cuanto a nociones básicas sobre el idioma, ya que la mayoría de los migrantes que acoge el municipio no hablan español, sino que tienen conocimientos de francés y, algunos, de inglés. Con estas acciones formativas se busca así mejorar las posibilidades de inserción en el mercado laboral, en un municipio en el que abunda sobre todo el empleo en el sector del metal.

Día a día

A la espera de que esas clases y, también, las actividades lúdicas comiencen, en la tarde lluviosa de hoy, disfrutaban de su estancia de Valga jugando al ajedrez en la entrada del establecimiento hotelero o con diferentes juegos de cartas, matando así el tiempo y aprovechando para entablar relación entre ellos. 

Asimismo, pueden pasear por la localidad y conocer los rincones del municipio. Así, tienen libertad para moverse libremente, siempre y cuando estén presentes en el hotel entre las 22 y las 7 horas, así como durante las acciones formativas que se vayan a organizar. Del mismo modo, el hotel garantiza la comida, limpieza y lavandería durante la estancia de los migrantes en el establecimiento, el Hotel Corona de Galicia. En la localidad de Padrón también se ha habilitado un centro de acogida para personas migrantes, que cuenta con recibir otros 65 subsaharianos de entre 18 y 40 años.

Solidaridad

Lo cierto es que en un momento en el que los discursos extremistas están ganando adeptos dentro de la sociedad, el Concello de Valga —al igual que hizo anteriormente el de Sanxenxo— vuelve a mostrar el lado más humano y solidario de Arousa al colaborar en el Programa de Atención Humanitaria, dirigido a las personas que llegan a las costas españolas y que huyen de la violencia, las inestabilidades políticas de sus países o de la pobreza extrema. Así, el Gobierno central agradeció recientemente, a través del subdelegado en Pontevedra, Abel Losada, la disposición del Ayuntamiento, de apenas 5.671 habitantes (según los últimos datos de padrón del INE), para acoger a los migrantes, “porque estamos viendo como en el conjunto de España, lamentablemente, no se está produciendo esa misma solidaridad a nivel autonómico”. 

Diario de Arousa

Valga recibirá entre mañana y el día 16 un total de 173 personas migrantes.

Un conocido hotel del municipio acogerá a un total de 173 personas migrantes pendientes de la concesión del estatuto de refugiados

Valga recibirá entre mañana y el día 16 un total de 173 personas migrantes
Varios municipios gallegos, como Sanxenxo o Porriño (en el caso de la imagen) ya han colaborado con este programa.

Valga recibirá a partir de hoy y de forma escalonada hasta el día 16 a un total de 173 personas migrantes procedentes de países subsaharianos en conflicto y que están pendientes de la concesión del estatuto de refugiados. Así lo anunció esta mañana la Subdelegación del Gobierno, que agradeció la colaboración del ejecutivo local y el establecimiento hotelero por colaborar en el Programa de Atención Humanitaria, dirigido a las personas que llegan a las costas españolas.

La encargada de gestionar este traslado será la ONG Rescate, bajo la tutela del Ministerio. En su mayoría, los migrantes que llegarán a Valga tendrán entre 20 y 40 años, llegados de diferentes países subsaharianos, especialmente de Mali, escapando de la guerra y de otros episodios violentos. Además de la apertura de este centro de acogida en Valga, el Gobierno ha habilitado otras 110 plazas en Burela y 65 en Padrón para atender la crisis humanitaria.

Pese al anuncio de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, ni el hotel que acogerá a los migrantes ni el Concello tienen aún constancia de cuándo se producirá el traslado, según han comunicado a este diario

Diario de Arousa

Valga acogerá a “máis de 100” migrantes para atender la crisis humanitaria.

El subdelegado del Gobierno, Abel Losada, agradeció la disposición del Concello para colaborar en el programa.

Valga acogerá a “máis de 100” migrantes para atender la crisis humanitaria
Una de las formaciones de español impartidas a los migrantes en Sanxenxo.

Un conocido establecimiento hotelero de Valga acogerá, previsiblemente en las próximas semanas, a “máis de 100” personas migrantes, según anunció el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, que agradeció la disposición del Concello de Valga y su alcalde, José María Bello Maneiro, para colaborar en el Programa de Atención Humanitaria, dirigido a las personas que llegan a las costas españolas.

“Quero agradecer a colaboración e a solidariedade aquí porque estamos vendo como no conxunto de España, lamentablemente, non se está producindo esa mesma solidariedad a nivel autonómico”, incidió el delegado estatal —según recogió Europa Press— antes de destacar experiencias en otros municipios gallegos, como el caso de Sanxenxo, donde “a colaboración foi total”.

Pese a que de momento “non hai unha cifra oficial”, el número será “máis de 100”, según avanzó Losada, que tampoco concretó en qué fecha comenzarán a llegar los migrantes al municipio. La encargada de gestionar este traslado será la ONG Rescate.

En cualquier caso, desde la Delegación del Gobierno ya han advertido que las plazas “poden variar en función das necesidades e dos imprevistos que xurdan no desenvolvemento”. Así, ya la próxima semana el Ejecutivo anunciaba la creación de este centro de acogida en Valga y señalaba que podría acoger hasta 172 migrantes. A ellos se suman 110 en Burela y 65 en Padrón, además de ampliarse las plazas existentes en Santiago y otros municipios del territorio.

En su mayoría, los migrantes que llegarán a Valga tendrán entre 20 y 40 años, llegados de diferentes países subsaharianos, especialmente de Mali, escapando de la guerra y de otros episodios violentos. La mayoría de ellos ya están en diferentes centros de acogida en España a la espera de ser trasladados al municipio bañado por el Ulla. 

Diario de Arousa