La iglesia de San Xulián estrena imagen del mártir local, que vivió en la ciudad siria de Alepo y fue asesinado en la Guerra Civil.
El sacristán de la parroquia de San Xulián junto a la imagen del beato Francisco Jesús Carlés.
La iglesia parroquial San Xulián de Pontecesures celebra este sábado a las 18 horas la bendición de la imagen del beato originario de este municipio, Francisco Jesús Carlés González, en un acto religioso que estará presidido por el arzobispo de Santiago. De esta forma, los feligreses de esta parroquia podrán solicitar la protección del santo ante los conflictos armados que preocupan en la actualidad, ya que el beato fue un monje franciscano que vivió en la ciudad siria de Alepo, que fue asesinado durante la Guerra Civil española
El párroco de San Xulián, Arturo Lores Santamaría, recordó que este templo ya atesora las reliquias del beato desde noviembre de 2011 y también hay un cuadro con su retrato, pero hasta ahora no había una imagen del religioso franciscano natural de Pontecesures, que fue beatificado en Roma en el año 2007.
Los acontecimientos político-sociales que se están viviendo en los últimos tiempos, con la guerra de Siria y los atentados terroristas, han llevado al párroco de San Xulián a decidir encargar una imagen de Francisco Jesús Carlés González, que ya está en la iglesia, pero que será bendecida y presentada a todos los feligreses en los actos litúrgicos del próximo sábado por la tarde.
«La idea de encargar la imagen del beato Francisco Jesús Carlés viene a raíz de la situación que estamos viviendo. Este religioso franciscano nacido en Pontecesures en 1894, fue ordenado sacerdote en 1917 y posteriormente estuvo viviendo en la ciudad siria de Alepo, donde aprendió el idioma árabe y perfeccionó el italiano y el francés. Posteriormente volvió a España y en la localidad de Fuenteovejuna murió asesinado durante la Guerra Civil», recordó el párroco de San Xulián.
Como miembro del Colegio de Misiones para Tierra Santa y Marruecos, el franciscano natural de Pontecesures estuvo en Jerusalén, donde como misionero tuvo entre sus funciones la de custodiar lugares santos como Belén o el sepulcro de Jesucristo. En Siria vivió de la caridad y estudió lenguas árabes que, según sus historiadores, dominaba casi a la perfección. Ya en España, Francisco Carlés, a la edad de 42 años, formaba parte de la fraternidad de Fuenteovejuna junto a otros seis religiosos que a finales de 1936 fueron ajusticiados por unos milicianos, al negarse a blasfemar.
Desde entonces la iglesia los consideró mártires y en 2007 fueron beatificados.
Faro de Vigo