El convento de Herbón avanza en la recuperación de espacios.

El convento franciscano de Herbón, en Padrón, celebró ayer la festividad de San Antonio de Padua, con misas en la iglesia durante todo el día y la presencia constante de fieles, que renovaron su fe en la imagen que se venera en el monasterio padronés.

Detrás de la organización del programa de actos y del propio convento está el fraile Francisco Honrubia, prior desde diciembre del 2014, que abrió una nueva etapa en la vida del monasterio, declarado bien de interés cultural (BIC) en el año 2013.

Esta declaración le valió para acceder a importantes ayudas, como la conseguida a través de la Dirección Xeral de Turismo para la restauración del retablo mayor de la iglesia, además de su iluminación. Ayer, el prior anunció que espera poder rehabilitar el claustro principal del convento, una «joya» que está en muy mal estado de conservación.

Para ello, está en trámites con la Consellería de Cultura, a través de la Subdirección Xeral de Conservación e Restauración de Bens Culturais, que le confirmó la posibilidad de ejecutar un proyecto de restauración.

La intención de la Orden Franciscana es rehabilitar este espacio del monasterio y abrir, en la parte alta, un museo con piezas importantes de toda la provincia. Entretanto, el prior ya tiene permiso de Patrimonio para talar las especies foráneas de árboles que crecen en la huerta del convento, con el fin de dejar solo las autóctonas, como los robles o castaños. La idea es abrir espacio en el exterior para, de cara al próximo año, habilitar un lugar para las tiendas de campaña para los campamentos de acogida de colegios religiosos, que tiene previsto poner en marcha el convento en 2018. Para ello, dentro de las obras menores, está con la mejora de los dormitorios del antiguo colegio, que no dará tiempo a poner en uso este verano, tal y como explicó ayer el superior Francisco Honrubia.

Una vez rehabilitado el claustro, quedaría pendiente la renovación del tejado del convento, otra de las obras más urgentes, al estar muy deteriorado en algunas zonas. El prior también quiere renovar la iluminación de la iglesia.

Todo ello, mientras, en mayo, comenzaron las visitas al recinto, siempre con cita, ya sea a través de la Oficina de Turismo de Padrón o del propio monasterio. Asimismo, también funciona el albergue de peregrinos en instalaciones independientes del mismo, gestionado por la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago. Así, paso a paso, el prior avanza en su idea inicial de conservar las instalaciones para darles uso y ponerlas en valor.

La Voz de Galicia

Asistencia psicológica a los familiares del fallecido en Herbón.

Actualmente un equipo de psicólogos acompaña a la familia del joven, de 22 años de edad. Se lo confirmó la Guardia civil al 112 Galicia. Con esta información, el personal del Centro de Atención a las Emergencias del 112 alertó al Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias (GIPCE), que envió un equipo de psicólogos al domicilio familiar de la víctima.

Diario de Arousa

Una pérdida que une en el dolor a las villas de Rianxo y Padrón.

Cristian Quintela (Herbón, 1994)

Un fatal accidente de tráfico se llevó por delante la vida de Cristian Quintela Magán, con apenas 23 años de edad, y unió en el dolor por esa pérdida a Padrón y a Rianxo. El joven era natural de la capital del Sar, donde era conocido por ser componente de la charanga O Santiaguiño, pero su familia es muy popular en la localidad rianxeira, ya que allí regentan un establecimiento de hostelería.

Aunque el accidente se produjo en Padrón, la noticia de la muerte del joven se extendió como la pólvora por Rianxo, causando una gran conmoción entre los clientes del restaurante de sus padres, a pesar de que Cristian no era tan conocido en el municipio como sus progenitores o su hermana. También los comerciantes de la zona de A Martela quisieron trasladar su tristeza por lo ocurrido a la familia y amigos a través de las redes.

El último adiós a Cristian Quintela será esta tarde. Sus restos partirán del tanatorio Iria Flavia hacia la iglesia de Herbón a las 16.30 horas.

La Voz de Galicia

Los primeros pimientos de Herbón se venden a 6 euros en Padrón y Santiago.

A 11 de mayo, en las plazas de abastos de Padrón y Santiago se pueden encontrar a la venta los auténticos pimientos de Herbón, los primeros de una temporada que está adelantada por el buen tiempo de los meses de marzo y abril. La firma Evangelina y Gómez es, un año más, de las primeras en comercializar los pimientos de Herbón que crecen en invernadero, donde las plantas están grandes, bonitas y llenas de flor para comienzos de mayo.

José Antonio Martínez Vecino y su mujer María del Pilar Gómez Méndez pusieron a la venta los primeros pimientos a finales de abril, después de plantarlos en el mes de enero. Prendieron bien y, según cuenta el productor, «este ano houbo pouco que repoñer». Ahora, lo que quiere el cultivo es calor y temperatura estables, sin grandes contrastes entre el día y la noche. «Os cambios de temperatura non lle favorecen as plantas», cuenta Antonio Martínez, de 52 años, que añade que el cultivo quiere «noites quentiñas» para su normal desarrollo y producción.

También asegura que los mercados «estaban esperando polos pementos de Herbón». De momento, Evangelina y Gómez solo los vende en las plazas de abastos de Padrón y Santiago, pero las fruterías y bares ya les llaman para que les sirva, aunque «non hai para todos», dice Antonio Martínez, pese a que esta semana ya comenzaron a recoger frutos un día sí y uno no, cuando hasta ahora lo hacían cada tres días. Recogen unas 40 bolsas cada jornada.

En cuanto al precio de venta, los primeros pimientos de Herbón se comercializan al precio de hace muchos años, 6 euros el ciento. «Iso non cambia», lamenta el productor. Pese a ello, asegura que «os pementos que hai non chegan a nada», en alusión a la demanda que ya tienen.

La firma Evangelina y Gómez, adherida a la Denominación de Origen Protegida (DOP), cultiva unos 3.000 metros de superficie a cubierto. En estos momentos está, como otros productores, con la plantación al aire libre, donde favoreció la lluvia caída.

La Voz de Galicia

La lamprea desaparece de las mesas tras la “peor campaña de la historia” en el Ulla.

Poco a poco la lamprea deja de estar presente en los restaurantes especializados en su preparación, que este año la pagaron más cara de lo habitual debido a su escasez. Y ya no hay repuesto posible, pues tanto los pescadores que emplean las nasas butrón desde embarcación como los que sitúan las redes en las tradicionales pesqueiras que ya usaban los romanos, aguas arriba, han cerrado la campaña.

Y ha sido, coinciden unos y otros, “la peor de la historia”, ya que “nunca antes se había visto tan poca cantidad de lamprea en el río”. Es, no cabe duda, “un año para olvidar que ojalá no vuelva a repetirse”, explican los pescadores, ahora ya dedicados a otros menesteres.”Es cierto que hubo jornadas en las que parecía que la pesca iba a repuntar, pero fue solo algún espejismo, de ahí que el balance global sea desastroso”, sostienen los integrantes del colectivo de valeiros.”Hubo un par de días buenos que parecían indicar que la lamprea empezaba a remontar el río, pero volvió a desaparecer y nunca más se supo”, apostillan los titulares de las pesqueiras de Herbón. “Horrible”, “ruinoso” o “lamentable” son algunos de los calificativos que emplean estos pescadores cuando hacen repaso de lo que dio de sí la campaña.

Y no solo coinciden en tales apreciaciones, sino también en que “la escasez de lluvias ha sido determinante: el río baja sin agua y cuando el caudal no acompaña la lamprea no aparece”.

Faro de Vigo

Una discusión por la poda de unos árboles acaba en el juzgado y el fiscal pide 21 meses de cárcel.

Un año y nueve meses de cárcel y una indemnización de 3.080 euros es la pena a la que se enfrenta el acusado de un delito de lesiones que juzgará el próximo miércoles la Audiencia en Santiago, un caso derivado de una discusión entre vecinos en Padrón por la poda de unos árboles.

Los hechos se produjeron hace ahora un año, sobre las 16.30 horas del 7 de abril del 2016. C. G. O. estaba en una finca situada en la padronesa parroquia de Herbón cuando se le acercó J. M. P. G. para recriminarle que las ramas de los árboles que estaba cortando estaban dentro de su terreno. Según la Fiscalía, tras intercambiar unas palabras, el acusado le propinó varios puñetazos en el rostro y en el pecho, por lo que el agredido cayó al suelo.

Como consecuencia de los golpes, J. M. P. G. sufrió traumatismo y fractura de la nariz, heridas de las que tardó 35 días en curar, de los que ocho estuvo de baja. Además, le ha quedado como secuela un ligero hundimiento en el tercio medio de la cara lateral izquierda de la pirámide nasal.