Andrés Quintá e a Pulpería de Alfonso Mambís presentes na Festa do Pemento de Herbón.

A localidade coruñesa recuperou con ganas a súa festa máis saborosa despois de dous anos de ausencia

Ásombra dunha carballeira situada á beira do convento franciscano e do río Ulla e con pementos de Herbón no prato, acompañados de cachelos e pan de millo. Que mellor plan pode haber para o primeiro sábado de agosto? Sabíano ben os que neste día elixiron esta opción e asistiron á Festa do Pemento de Herbón, no concello coruñés de Padrón, que alcanzou a edición número 42 e se volveu celebrar tras dous anos de suspensión pola pandemia. Había ganas da festa, declarada de interese turístico, e de pementos de Herbón, tal e como quedou demostrado pola asistencia de público, pero tamén pola boa organización por parte dos veciños da parroquia xa que esta é, quizais, máis que outras, unha festa do pobo. Así, os produtores contribuíron aportando «moitos pementos e de calidade», tal e como sinalou o presidente da comisión organizadora, Alejandro Ferro, pero tamén o fixeron participando masivamente na procesión agrícola motorizada, que estivo formada por 25 tractores.

A previsión era servir unhas 4.000 racións de pementos de Herbón, os auténticos, eses que teñen firmes defensores e consumidores como o pregoeiro desta edición, o recoñecido cociñeiro Yayo Daporta, quen animou a seguir defendendo o pemento de Herbón ante as imitacións. «Ten que estar sempre por riba de todos os demais», dixo. Daporta loou a calidade e a excepcionalidade do produto, pero tamén o traballo de quen o cultiva e dixo que ese labor «fai mellor o traballo dos cociñeiros». O pregoeiro asegurou que baixo o nome de pemento de Padrón hai moitos en todas as partes e mencionou Cambados, Murcia ou Marruecos, pero «o auténtico é o de Herbón», proclamou entre os aplausos do público. Outros defensores presentes na festa foron o coronel Francisco Javier Jambrina e o empresario Andrés Quintá, ademais do propio presentador do acto, o locutor de Radio Valga Héctor Bermúdez. 

Á par que a lectura do pregón e a entrega dos premios aos tractores mellor engalanados, as tixolas xa estaban fritindo os pementos ante a atenta mirada de moitos ollos, entre eles os de turistas e peregrinos, aos que gusta especialmente a festa do pemento de Herbón. E se o prato de pementos con cachelos e pan de millo se facía pouco, tamén había pulpería, a de Alfonso Mambís, e mesmo rosquillas e xeados para o postre. 

La Voz de Galicia

Los pimientos de Herbón pican más por la ola de calor.


Con las altas temperaturas aumenta la presencia de capsaicina en los frutos del cultivo de Padrón

La ola de calor está afectando, y mucho, a los cultivos de huerta. En especial a uno muy conocido de la zona de Padrón: el pimiento de Herbón. El intenso calor estresa las plantas y estropea la producción, una vez que llega a quemar los frutos, y también los pone más feos, explicó la presidenta del Consello Regulador de la Denominación de Orixe Protexida (DOP) Pemento de Herbón, Milagros González.Regístrate gratis y recibe cada mañana en tu correo las principales noticias del díaREGISTRARME

Sin contar la forma del pimiento, hay otra características afectadas directamente por las altas temperaturas: el picor. El calor provoca que la planta genere durante su crecimiento una mayor cantidad de capsaicina, el compuesto químico que provoca que piquen. Ello obliga a los productores a tener que dedicarle más tiempo a la hora de seleccionar el producto, ya que muchos pican más de lo que deberían, aunque estén bien regados. La selección es, por tanto, fundamental para poner en el mercado el producto de la mejor calidad, el que ampara la Denominación de Orixe Protexida Pemento de Herbón.

Las cosechas de estas semanas de calor podrían aportar un extra de picor, aunque los productores, por experiencia y sabiduría, conocen a la perfección cuáles pican y cuáles no, sin contar que hay comensales a los que les gusta que lo hagan y, de hecho, hay vendedores que hasta despachan por separado los que pican.

Aunque haya gustos para todo, Milagros González, confirma que lo de estos días «é moita temperatura para o pemento». «Este calor ao tolo non é bo para nada», añadió. Algunos productores incluso han desecho parte de su invernadero para darle aire al cultivo. «É entrar no invernadoiro e pegarse a roupa ao corpo», señaló uno de los agricultores. A estas alturas, la producción se concentra en los invernaderos y en las fincas al aire libre.

La campaña con la DOP arrancó el 1 de mayo con normalidad en los invernaderos para después, en junio, tener unas semanas de frío, que «parou un pouco a produción», explica la presidenta. En julio comenzaron a producir las plantas al aire libre pero, con este calor, es preciso regar con abundancia, al tiempo que también frena la producción. Pero hay excepciones. Antonio Martínez, de la firma Evangelina y Gómez, dice que «nunca tivemos tantos pementos; este ano non paran de dar as plantas», quizás porque, añade, «colleunos as plantacións ben regadas».

La Voz de Galicia

Seis restaurantes presumen de lamprea en Padrón desde el 18.

Una pareja de valeiros muestra las lampreas capturadas a mediados del pasado mes de enero en el Ulla.

El Ayuntamiento de Padrón organiza la octava edición de las Xornadas Gastronómicas da Lamprea, coincidiendo con el remonte del pez Ulla arriba. Y serán seis restaurantes de la localidad los que ofrecerán menús degustación del 18 a 27 de marzo, de viernes a domingo.
Además, el Concello padronés diseñó un programa de actividades culinarias, divulgativas y de ocio para promocionar la lamprea y su pesca artesanal. La media docena de locales de hostelería se involucran en esta acción que quiere poner en valor un producto gastronómico singular.

Así, por 40 euros y previa reserva, se podrán degustar menús lampreeiros creados específicamente para esta cita en Restaurante O Secreto, Restaurante Scala, Pulpería Rial, Restaurante O Santiaguiño, Casa Farrucán y Bar Manolo/A Taberna da Matanza. Los detalles de cada uno de los seis menús y los teléfonos para hacer las reservas pueden consultarse vía página web (xornadasdalamprea.padronturismo.gal).
A juicio de la concejal de Turismo de Padrón, Lorena Couso, “estas son unhas xornadas que, en oito edicións, lograron consolidarse no panorama gastronómico galego”. “Cada ano son máis as persoas que nos visitan nestas datas, dado que a lamprea, ademais do seu sabor e das súas posibilidades culinarias, ten outra característica que a fai única: a súa estacionalidade”, trasladaba Couso.
En paralelo, la administración municipal organiza para los días 18 y 19 de marzo tres talleres en el auditorio municipal con los que se pretende dar a conocer mejor las posibilidades gastronómicas de la lamprea, que está en plena temporada. El taller PequeChef va destinado a público infantil de 5 a 11 años. Se llevará a cabo el sábado 19 de marzo a las 10.30 horas, y consistirá en la elaboración de dos platos, uno dulce y otro salado, siempre con lamprea.


Para la chavalada entre los 12 y los 18 años está pensado el taller LampreChef. Se trata de un divertido concurso para guisar la lamprea por grupo (de cuatro personas cada uno) en el que se deben superar distintos desafíos, que ponen a prueba los conocimientos gastronómicos de los participantes y que tienen de nuevo a este pescado como eje conductor. Se celebra también el sábado 19 en el auditorio, desde mediodía.
La actividad para adultos se llevará a cabo el viernes 18, 20.00 horas. Se trata de una cata maridaje con la lamprea en la que se probarán varios platos elaborados con este producto en combinación con vinos selectos de la zona.
Y dado el éxito de anteriores citas, el Convento franciscano de Herbón volverá a ser escenario de las Tertulias clandestinas de la lamprea de Padrón. Tertulias multidisciplinares que se centrarán en esta ocasión en las calidades únicas de este producto gastronómico, una actividad para todos los públicos que se celebrará el sábado 26, a las 11.00 horas.

Para asistir a cualquier actividad es necesario anotarse antes del 17 de marzo (en la oficina de turismo, tf 646 593 319 o turismo@padron.gal).

El Correo Gallego

“Me fuí a Madríd con una porquería de maleta vacía de ropa, pero llena de sueños.

Corría un ocho de octubre de 1942 cuando Rosa Solar, una mujer coraje casada con Antonio Castaño, dio a luz en una humilde casa de Lestrove (Dodro) a un niño al que llamaron José Domingo. Sería el segundo de una extensa familia de doce hermanos que se crió en las rúas de Padrón, el pueblo que en realidad corre por las venas de quien hoy es uno de los comunicadores de mayor prestigio de nuestro país, con innumerables premios y distinciones. Pepe Domingo Castaño se ha hecho a sí mismo, con tesón. Ahora lo relata en un libro de recuerdos de radio y vida, prologado por su buen amigo Julio Iglesias. ‘Hasta que se me acaben las palabras’ salió a la venta el jueves. El miércoles 26, a las 18.00 h, lo firmará en la Librería Pensamentos (Padrón); y el 27, a las 19.00 h, en El Corte Inglés de A Coruña.

He de reconocer, querido Pepe, que cuando me encargaron hacerte esta entrevista me invadió una sensación de entre miedo y respeto que no sabría explicarte… (carcajadas).

Pero, ¿por qué? Si tú y yo ya nos hemos tomado unas cuantas chiquitas juntos…

Quizás por eso… y porque eres un paisano al que admiro de manera especial. ¿Qué te parece si arrancamos?

Adelante.

Hasta que se me acaben las palabras es la historia de vida y radio de un niño que nació en Lestrove, se crió en Padrón y detestaba la lluvia eterna de nuestra Galicia. ¿Qué recuerdos guardas de la niñez?

Lo primero que recuerdo de niño es felicidad. Pese a que no éramos una familia de muchos posibles y teníamos nuestras privaciones y nuestros problemas para arrastrarnos en el día a día, todo lo que recuerdo de mis años de infancia es la palabra felicidad. Y es porque los niños de entonces, al contrario de los niños de ahora, jugábamos; y lo hacíamos donde hay que jugar, en la calle. No puedo olvidarme, y además lo cuento en el libro, de aquellas mañanas y tardes jugando a Tres marinos a la mar, al Pañuelo, a la Chenda, al Marro, a un montón de juegos que ya no existen, a los que los niños de hoy ya ni llegan ni saben cómo son. Es una pena.

Sé que la familia siempre ha sido importantísima para ti, un pilar fundamental en tu vida… Tus hermanos, pero sobre todo tus padres. Si te pregunto por Antonio y por la señora Rosa, ¿qué me contarías?

Bueno, de mi padre te puedo decir que era un señor que no podía atender mucho a la familia porque estaba siempre liado. Era un multitrabajador. Aparte de estar empleado en la Papelera Española, en aquellos terrenos que tenía en Cesures, a la orilla del río, era un hombre que vendía de todo. Recuerdo a mi padre vendiendo piedras de mechero, aceite, tabaco… O sea, hacía, entre comillas, un estraperlo familiar bastante potente. Y tenía poco tiempo para la familia. La imagen que tengo de él es la de verlo subido en la moto regresando de Herbón a las siete u ocho de la mañana, después de haberse despertado a las cinco, para ir a las seis a comprar las lampreas para luego enviarlas a Madrid.

Y de mi madre, ¡qué te voy a decir! A pesar de lo que parecía, era una mujer de mucho genio. Luego, cuando ya fue cumpliendo años, se fue amansando y se convirtió en una mujer entrañable a la que necesariamente tenías que querer. Ellos dos son un ejemplo para mí que he mantenido a lo largo de toda mi vida.

Una mujer a la que quiso todo un pueblo, todo sea dicho…

Sí, eso es un orgullo para todos los hermanos. Cuando se murió mi madre fue como si muriese un trocito de Padrón. Y eso a nivel familiar es muy grande. En su entierro sentí que el pueblo la quería. Cuando se murió mamá Rosa es como si hubiese muerto la mamá de Padrón.

Antes de llegar a la radio trabajaste en una peletería de nuestro pueblo, en la Picusa de Padrón…

Sí, pero yo no hacía pieles. Estaba en contabilidad, recomendado por mi tía Maruja, la de Casa Castaño, que era muy amiga de Ignacio Zaragoza, el dueño de Picusa. Había que trabajar y allí estuve un montón de años sufriendo; porque, a pesar de que la gente que me acompañaba era muy buena y todos se portaron muy bien conmigo, yo no era feliz. Sabía que aquello no era lo mío. Lo que pasa es que estaba esperando el momento para dar el salto a lo que yo quería, que era la radio, la música. En fin, digamos que un mundo que no tenía nada que ver con las contabilidades ni con las oficinas. Hasta que lo conseguí, fue una época muy complicada.

Pegaste el salto a Radio Galicia, en Santiago; y también comenzaste a cantar. Eres uno de los fundadores del Orfeón Terra a Nosa del recordado padre Feijóo…

Una vez que llegas a Santiago y te metes en una emisora, Radio Galicia, que era como la portavoz de la ciudadanía compostelana, ya te metes en Santiago de verdad. Y entonces, no solamente fui locutor de Radio Galicia. A mí ya me encantaba cantar. El padre Feijóo vino un día a la radio y me habló de que quería montar el Orfeón Terra a Nosa. Me dijo que sabía que yo cantaba, porque me oía en la radio, y que quería que fuese el solista del coro. Y como yo era un buen acicate para que se apuntase mucha más gente… Me apunté y, conmigo, un montón de amigos míos. Y así nació Terra a Nosa. Además, en aquella época conocí a Agustín Magán, que era un hombre que dirigía un grupo de teatro que se llamaba Ditea. Me metió también el gusanillo, y me dediqué a hacer teatro. En las escaleras de A Quintana montábamos unas obras de teatro maravillosas. O sea, que hacía en Santiago un poquito de todo. Y eso me fue curtiendo para todo lo que lo que vino después.

A veces te he escuchado decir que cuando te fuiste a Madrid lo hiciste con una maleta vacía…

Vacía de ropa, pero llena de sueños. La maleta que me llevé a Madrid era una porquería. Pero dentro estaban todos los sueños de un chaval que quería ser algo más de lo que era. Y yo creo que eso es lo que me ha motivado toda mi vida. Cuando me fui a Madrid… no lo piensas, porque si lo piensas de verdad con la cabeza, no te vas. Yo lo pensé con el corazón. El corazón en mi vida ha sido el que ha mandado. Se ha equivocado un montón de veces, pero alguna vez también ha acertado. Y creo que hice bien yéndome a Madrid.

¿Cómo fue?

Me pareció horrible aquella mañana que llegué, un 31 de diciembre de 1966. Hacía un frío tremendo. No me conocía nadie, paseaba por la Gran Vía y… acostumbrado a que en Santiago todo el mundo me dijera en la calle… ¡adiós, Pepeeee! En Madrid no me saludaba nadie. Fue muy complicado. Pero creo que las cosas que te cuestan son las que luego más agradeces. Si no me hubiera costado tanto, a lo mejor hoy no le estaría tan agradecido a la vida.

Y luego llegaron los programas musicales en la radio y la tele… De eso también hablas en el libro.

Es un poco un libro de sentimientos. No son unas memorias. A mí no me gusta la palabra memorias. No, son mis sentimientos convertidos en palabras. Hablo de la tele, de la radio, de cuando llegué, del trabajo que me costó entrar en la Ser. Allí hice El gran musical, y cuando me dieron el Premio Ondas en el 75 fue una de las mayores alegrías de mi vida. Luego me di cuenta de que la música ya no me gustaba y pedí un cambio a la Cadena Ser para hacer otro tipo de cosas. Porque yo en cada momento sé que, cuando algo por dentro no te genera ilusión, tienes que dejarlo y cambiar. Y como El gran musical ya no me generaba ilusión, cambié; y me fui a Magazine. Luego vino Carrusel Deportivo, que fue el lanzamiento definitivo de una idea que me rondaba en la cabeza: hacer una publicidad distinta a la que se hacía entonces en España.

¿Y hablas de la canción?

Cómo no voy a hablar de la canción, de cuando grabé Neniña, Viste pantalón vaquero, de cuando me propusieron irme a México y logramos ser número uno allí. Cuando nadie, ni yo, lo esperaba; porque, ¿cómo un tío con la voz que yo tengo podía llegar a ser número uno en toda América? O sea, una locura que no esperaba ni yo ni nadie.

Neniña se ha convertido en un himno, al menos en nuestro pueblo, ¿qué sientes cada vez que vienes a Padrón y compruebas que todos, mayores pero también tantísimos chavales muy jóvenes, se saben y cantan con euforia Viste pantalón vaquero y la camisa de cuadros?

Pues que vale la pena hacer cosas. A mí cuando me dicen: oye, ¿por qué has cantado si no tenías necesidad de cantar y, además, no eres cantante? ¿Y qué pasa? ¿Que yo no puedo hacer lo que me apetezca? Cuando lo hice, lo hice con la seguridad de que era una canción estupenda. Si yo no supiese que esa canción iba a triunfar no la hubiera grabado. Y cuando ahora voy a la romería del Santiaguiño do Monte y veo que a mi lado hay montado un tinglado de gente muy joven, que te llama a gritos para que vayas allí con ellos a beber un vaso de vino y a cantar Neniña… Eso es maravilloso. No hay cosa más bonita. Eso es muy grande.

La transición de Ser a Cope, de Carrusel a Tiempo de Juego, ¿cambió en algo a Pepe Domingo Castaño?

Claro. Tiene que haber un cambio, porque no cambias solo de emisora, sino de vida, de objetivos, de todo. Recuerdo que cuando nos fuimos de la Ser a Cope a mí me acojonaba de verdad que íbamos a tener veinte clientes a los que había que buscarle el truquillo. Cuando nos fuimos a Cope no llevamos ningún cliente de la Ser, porque no queríamos perjudicar a la emisora, y fueron todos clientes nuevos. Y con cada uno de ellos tuve que inventarme eso que me invento yo con cada publicidad. Sirvió para removerme por dentro totalmente. O sea, me limpió todo lo que había hecho hasta ese instante y me animó para recuperar toda la fuerza que yo podría conseguir en el futuro. Un Pepe Domingo completamente distinto.

Y lo habéis vuelto a conseguir, porque hoy sois la radio líder en información deportiva, ¿verdad?

Ahora mismo, sí. Llevamos un año entero en el que nos han dado, por fin, el número uno del EGM, en tres EGMs. Eso demuestra que lo somos de verdad, que no hay engaño. Digamos que para mí era lo que me quedaba por conseguir, ser número uno también en una aventura que todos tachaban de locura.

De todas formas, me imagino que tú con lo que te quedas es con esa gran familia que es Deportes Cope, y que te ha bautizado como La leyenda de la radio...

Bueno, familia teníamos también en la Ser. Los cimientos estaban ahí. Luego, como nos fuimos de Carrusel más de cincuenta personas, en Cope no cambió demasiado. El concepto de familia siguió; y las costumbres habituales siguieron: los jueves de juerga, tomar copas juntos, contarnos todo, no engañar al que trabaja contigo, ser respetuoso con todo lo que te rodea, querer mucho tu programa y a su gente… Eso te va metiendo dentro una sensación de complicidad que termina en el éxito. La familia es la base y lo que transmite Tiempo de Juego no es un engaño, es la verdad: si somos así tenemos que demostrar también que lo somos con la palabra.

Nunca has tenido pelos en la lengua delante de un micrófono para decir lo que piensas, ¿cuáles han sido las consecuencias?

He dicho toda mi vida lo que pienso. Lo que pasa es que en los tiempos de la Ser no tuve mucha oportunidad. Me generó algún problema, porque hubo algún ministro que alguna vez llamó para decir… a ver ese señor que está diciendo estas cosas… hay que cortarle. Eso no lo he contado nunca, pero ha pasado. Sin embargo, fíjate que en Cope yo no he tenido nunca ningún problema. Nadie me ha llamado para decirme nada sobre lo que haya dicho o dejado de decir. Eso para mí es maravilloso, por supuesto.

Me consta que Pepe Domingo es muy amigo de sus amigos, ¿qué representa para ti la amistad?

Es que sin amistad, dime tú qué vida puede haber. Si no tienes amigos, qué te queda. Los amigos son la base de tu vida. El poder confiar en alguien, el tomar una copa con alguien, el contarle tus secretos a alguien, el ahogar tus penas con alguien, el compartir alegrías tuyas y de la gente que te rodea… Eso es la amistad: respeto, cariño…

Julio Iglesias, que es buen amigo tuyo y prologa tu libro, suele decir que lo que más desea en la vida —por ejemplo, más tiempo— no lo puede comprar con dinero. ¿Qué opinas?

Me parece una frase maravillosa. Porque ahora mismo yo gano dinero, sí. Estoy en un momento estupendo económicamente, pero, ¿en qué ha cambiado mi vida? Digo, no ha cambiado en nada. Tengo lo mismo que tenía hace veinte años. Lo que me falta es lo que Julio pide: tiempo. Porque sabes que, aunque tienes todo lo de atrás, delante te queda poquito. Y, a veces, cuando estás solo y lo piensas, es duro, muy duro.

¿Crees que llegará el día en que Julio nos visite en Padrón?

Pues no lo sé. Me lo ha prometido tantas veces y luego me ha llamado para decirme que no podía… que el día que lo vea sentado en Rial tomando un pulpo y pementos no me lo voy a creer. Espero que este año pueda venir y que, además, aprovechando que sale el libro, pueda darle un abrazo en mi pueblo.

Sé que Tere, tu mujer, es otro pilar indispensable en tu vida, ¿qué hay de ella en este libro de sentimientos?

Está en la dedicatoria del libro: A Tere, por todo. Y todo es todo. O sea, yo empecé a nacer a la normalidad cuando llegó Tere. En el momento que ella llegó a mi vida era un tipo muy famoso, porque hacía de todo: estaba en El gran musical, iba a sacar un disco, hacía televisión… Y yo pienso que el Pepe Domingo de aquel tiempo era un Pepe Domingo muy creído. La llegada de Tere supuso bajarme a la altura del suelo y decirme: ¡Ehh!, que esto no es para siempre, que tú lo que tienes que ser es tú. Y cuando me dijo eso, me di cuenta de que estaba equivocado. A partir de ese momento nunca más creí que lo que me rodeaba lo había conseguido yo. Nunca lo consigues tú. Lo consigues gracias al equipo que trabaja contigo y a la gente que te acepta o no te acepta. Tere es el faro que mantiene mi vida en los parámetros que yo quiero que esté.

El tuyo es un libro solidario: donas los beneficios a Cáritas y Aeslema.

Cuando la editorial me propuso sacar el libro, pensé: ¿y esto qué me va a producir? ¿Más dinero? ¿Para qué quiero yo más dinero, si no voy a ser más feliz? Entonces recapacité y dije: siempre, desde que nací en Lestrove, me crié en Padrón y terminé en Madrid, la vida me ha dado todo lo que le he pedido. No puedo quejarme de lo que me ha dado la vida. Tengo que compensar a la vida por todo esto; y la mejor forma es dedicarle el beneficio de este libro a gente que lo necesita mucho más que yo.

¿Se le acabarán algún día las palabras a Pepe Domingo Castaño?

Ahí está el título del libro. Es la última frase de la obra. Termina así: hasta que se me acaben las palabras. No iba a ser ese, sino Callejón de dos salidas, que es un callejón que tú bien conoces y que está en Padrón, al lado de la casa donde yo viví. Porque de pequeñito dije: si algún día escribo un libro, lo voy a titular así. Pero luego, cuando la editorial recibió el último capítulo me dijo que el título debería ser Hasta que se me acaben las palabras. Y estoy de acuerdo. Y cuando me preguntan, ¿hasta cuándo? Pues les respondo: hasta que haga el mejor programa de mi vida o hasta que se me acaben las palabras. Que sea cuando Dios quiera.

Ya por último, Pepe, ¿cómo te gustaría ser recordado?

Como un hombre que pasó por la vida intentando hacer felices a todas las personas con las que se cruzó.

El Correo Gallego

…Cuando se fabricaban grandes barcazas de forma artesanal para la pesca de la lamprea en el río Ulla.

Varios hombres trabajando en la construcción de grandes barcazas de madera para la pesca de la lamprea en el río Ulla, en Herbón.

La imagen del siglo pasado que acompaña estas líneas refleja el arte de la pesca de la lamprea en el río Ulla, concretamente en la parroquia padronesa de Santa María de Herbón. Allí, cada año a partir de enero los baleiros se enfrentaban (y lo siguen haciendo) a las bravas aguas del río para hacerse con el preciado agnato. Para ello utilizaban grandes barcazas (algunas todavía se conservan), como la que se ve en proceso de construcción en la imagen que hoy protagoniza esta sección, que les permitían llegar hasta las pesqueiras, las construcciones históricas donde se capturan las lampreas. Herbón sigue siendo famoso por mantener la forma tradicional de pesca de esta culebra que no deja indiferente a nadie, bien por su particular aspecto, bien por su característico sabor, incomparable. Además de en Herbón, también son famosas las lampreas de Pontecesures y las de la parroquia de Carcacía, también en el Ulla, y luego las que se capturan en el río Miño.

El Correo Gallego

Carreteras no permitirá la venta de pimientos en la N-550 de Padrón.

A cambio, el Ayuntamiento ofrece la plaza de abastos del municipio de forma gratuita para que los productores le den salida al pimiento.

Carreteras no permitirá la venta de pimientos en la N-550 de Padrón

La Demarcación de Carreteras del Estado en Galicia ha informado que no permitirá la venta en determinados puntos de los márgenes de la N-550 por ser terreno de dominio público. De acuerdo con La Voz de Galicia, Carreteras marca una serie de condiciones para que la venta sea posible o no en algunos puntos de la N-550.

De este modo, como si se tratase de una actividad ambulante, la venta obedece a la distancia desde la carretera, que depende de si se trata de un tramo con acera (se tendrá que vender hacia dentro de la misa) o sin acera (se tendrá que poner el puesto a unos ocho metros de la tajea.

Como solución, el Ayuntamiento ha ofrecido la posibilidad de vender en el interior de la plaza de abastos sin coste alguno para los productores, siempre y cuando coticen como autónomos y posean el carné de manipulador de alimentos. También se permitirá la colocación de carteles en el exterior de la plaza para publicitar la venta de pimientos.

“No somos ilegales”

Esta decisión ha pillado por sorpresa a algunos de los vendedores. Estos mismos aseguran que desde una reciente inspección de Trabajo solo quedaban tres o cuatro productoras como autónomos y con todos los impuestos al día, de acuerdo con La Voz de Galicia. “No somos ilegales y no entiendo por qué no se nos deja vender como siempre”, ha asegurado una de las productoras afectadas.

“¿Quién va a ir a la plaza del mercado? No es lo mismo que estar al lado de la carretera” asegura una vecina de Hebrón, que también cree que a la plaza se va “a propósito” y muchos “no se desviarán de la carretera para ir”.

El Consello Regulador de la DOP Pemento de Herbón también se manifestó en su día en contra de la venta a pie de la vía N-550, por la mala imagen para el producto y por las condiciones en las que se vende. En cambio, para algunos productores es la mejor manera para comercializar el pimiento fresco: se recolecta por la mañana y se vende por la tarde.

Diario As