El legado de Camilo José Cela.

Alerta el dicho y el sentido común de las nefastas consecuencias de pretender matar moscas a cañonazos como, por lo que se sabe, acaba de suceder en el seno de la Fundación Cela con esa drástica solución de trasladar a la Cidade da Cultura buena parte del legado personal y literario del Nobel padronés como consecuencia de que sus gestores actuales, los de la Fundación, no dan salido de los balances negativos, que ya tiene mérito.

Y siendo esta la causa de la desazón, no se entiende en qué puede mejorar la economía de la Fundación la circunstancia de que se gestione desde el monte Gaiás y no desde Iria, como correspondería. Salvo que las razones obedezcan a otro conocido dicho de desvestir un santo…

Es difícil encontrar en la historia reciente de este país mayor desplante que el que la decisión supone para el respeto que debiera merecernos la memoria de uno de los más grandes escritores de la literatura española, que dejó dicho (y escrito) dónde y por qué quería que se custodiase su valioso (también en lo material) legado: Esa Iria Flavia que amó por encima de muchas personas y cosas y que siempre le conmovió, hasta los postreros días de su vida.

Que la Fundación Cela no haya encontrado todavía el rumbo económico y social no es más que culpa directa de quienes la han venido gestionando, pero en absoluto implica que no pueda dar pingües rentabilidades a poco que se ponga algo de interés y saber en el empeño. Sólo es cuestión de acertar con la persona adecuada.

Por contra, tomar la determinación de trasladarla no hace sino agrandar injustificadamente la supuesta debacle de la institución iriense y, a la par, mostrar las grandes debilidades (estas sí) que el proyecto de la Ciudad de la Cultura sigue teniendo en cuanto a definición y contenidos, pese a lo ya andado y debatido por supuestos entendidos de dentro y de fuera.

No es por el camino del pillaje cómo la Ciudad de la Cultura debe asentar su futuro, como tampoco es por la senda de la violentación de la voluntad del fallecido cómo mejor podemos honrar la memoria de Camilo José Cela y agradecerle su excepcional legado.

Debieran pensarlo el pueblo de Padrón, sus dirigentes y los demás representantes institucionales. Seguir adelante no es más que la constatación de dos fracasos. El de Iria y el del Gaiás.

Carta de Juan Salgado al director de TIERRAS DE SANTIAGO. 01/06/10

La Cidade da Cultura salva el legado de Cela.

La decisión estaba tomada y el traslado del patrimonio de la entidad de Iria ya es un hecho. Mientras el Concello se rebela, la fundación calla, el Gaiás espera.

Parecía inevitable y así fue. Tras una reunión de más de tres horas de duración, a última hora de la tarde de ayer la decisión del patronato de la Fundación Camilo José Cela marcaba el nuevo rumbo de la institución tras el acuerdo entre la Xunta y la fundación para trasladar a la Cidade da Cultura del monte Gaiás la mayor parte de los contenidos de la institución que el Nobel padronés dejó en Iria Flavia.

Ni unos ni otros dijeron absolutamente nada antes de entrar pero a juzgar por las escasas manifestaciones de las partes la decisión estaba tomada de antemano.

El alcalde de Padrón, Camilo Forján fue el único que mostró su desacuerdo con la decisión y a la conclusión de la reunión emitió un comunicado en el que la corporación rechaza da forma unánime el traslado de los fondos. El Ayuntamiento padronés abunda en que el patrimonio de Cela “debe y tiene que permanecer en Iria” tal y como fue el designio de su impulsor y que si el traslado es debido a problemas económicos debe promoverse un plan de viabilidad. “No estamos dispuestos a consentir que se repita la historia y a engrosar el contenedor vacío de la Cidade da Cultura” concluyen.

El Nobel había dejado claro que si la institución se disolvía los fondos pasarían a poder de la Universidad pero si la entidad pasa a convertirse pública cambia la hoja de ruta.

Lo cierto es que las negociaciones entre ambas partes -fundación y Xunta- ya se remontan a meses atrás aunque nunca se han reconocido abiertamente y ahora el Gaiás ya espera con los brazos abiertos uno de los legados culturales más importantes del mundo, en el que además el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo ha mostrado especial interés.

Aunque esta es una senda un tanto sinuosa. Hay que pensar que el pasado año, el 2009, fue uno de los más tormentosos para la Fundación Cela: términos como ahogo contable, crisis interna o deterioro en el patrimonio se repitieron de forma continua hasta el punto de que el gerente Tomás Cavanna llegó a anunciar su dimisión, aunque, oficialmente, continúa en el cargo, con un salario millonario y pese a que reiteradamente desde la fundación se rechazaban las acusaciones que llegaban sobre la crisis económica que le afectaba, tras arrastrar año tras año un descenso alarmante en el número de visitas y de patrocinios. A ello, se sumó la inestabilidad laboral por la que la fundación se vio obligada a readmitir a dos trabajadores despedidos por el propio gerente.

Por si fuera poco, en diciembre de 2009, Camilo José Cela Conde, el hijo del escritor, coincidiendo con el 20 aniversario de la concesión del Nobel, creó una fundación en Palma de Mallorca con el legado de su padre y su madre Rosario Conde, encaminada a la investigación e integrada por un amplio patrimonio y una biblioteca de libros de arte. Cela Conde, que siempre se ha pronunciado en favor de la difusión de la obra de su padre, se ha mantenido apartado desde hace años de la institución de Iria y ha repetido que no coincide con las fórmulas que rigen esta fundación.

Ahora, de todas formas los padroneses quizás deban entender el corto viaje de este legado cultural al Gaiás como un mal menor, ya que a finales del pasado año, se habló incluso en determinados foros de que la presidenta de la FCJ, Marina Castaño, a la vista de la situación, inició contactos fuera de la comunidad gallega, que no llegaron a cristalizar.

El temor a perder el legado fue un punto de inflexión para que algunos patronos aceleraran las gestiones ante la Xunta y salvar para Galicia los principales recuerdos del galardonado escritor.

Definitivamente, el Parlamento de Galicia dio luz verde a la transformación de la FCJ en entidad pública en su declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) ante la coyuntura económica negativa, ya que entre el 60 y el 70% del presupuesto era sostenido por fondos públicos, ya que las firmas privadas retiraron poco a poco su apoyo.

Los fondos de un extraordinario tesoro

??? Fondo bibliográfico: Más de 40.000 volúmenes, 70 cartas constituyen el grueso del fondo documental, unos fondos sobre el que todos los expertos coinciden que es único en la historia de la literatura.

??? Pinacoteca: Más de 500 obras originales, entre los cuales hay doce pinturas de Picasso; siete de Miró; seis de Ulbricht; ocho de Zabaleta, cuatro de Vicente y más de una veintena del propio CJC.

??? Sala de las botellas: Contiene la colección de cien botellas fi rmadas por personajes como Hemingway, Menéndez Pidal, Miró, Robert Graves o Miguel Ángel Asturias y Picasso.

??? Hemeroteca: Está compuesta por un total de 48.200 ejemplares, y que corresponden a 1.200 títulos de revistas y periódicos como: Papeles de Son Armadans, Revista de Occidente, El Mono Azul o Caballo Verde, entre otros.

Herencia de Cela Conde

“Ignoraba la noticia y comentarla no me parece oportuno pero haré todo aquello que esté en mi mano para que las intenciones originales de mi padre se vean satisfechas de la mejor manera posible”. Esas fueron las palabras ayer de Camilo José Cela Conde. El año 2010 comenzó con una noticia tempestuosa para la Fundación: un juzgado condenaba a Marina Castaño y a la Fundación Cela a pagar cinco millones de euros al hijo de Cela por su legítima herencia. La sentencia, que salpica de pleno a la Fundación Cela, fue recurrida por su presidenta Marina Castaño al Tribunal Supremo.

EL CORREO GALLEGO, 28/05/10

La Xunta asume el control de la Fundación Cela para evitar la quiebra.

El Museo Ferrocarrilero está cerrado actualmente. A la derecha, Marina Castaño ayer, a su llegada a la fundación.

La viuda del nobel, Marina Castaño, podría dejar la presidencia, que ocuparía el conselleiro de Cultura

Poco trascendió ayer de las importantísimas reuniones que celebró el patronato de la Fundación Camilo José Cela de Padrón y que ocuparon durante buena parte de la tarde. Los patronos aprobaron, con el único voto en contra del alcalde de Padrón, un plan de viabilidad expuesto por el conselleiro de Cultura Roberto Varela, en virtud del cual la Xunta pasa a hacerse cargo de la Fundación Cela. Marina Castaño cede así el control de la institución de la que todavía es presidenta para evitar su quiebra.
El documento de la Consellería de Cultura contempla medidas estructurales, de modificación de estatutos, de naturaleza laboral, de recorte de gasto y de redistribución de fondos. Todo ello con el objetivo de salvar de la desaparición a la fundación. El plan es una especie de hoja de ruta consensuado previamente con un amplio sector del patronato que, una vez que entre en marcha por completo, implicará que la Xunta tome el control de las decisiones ejecutivas de la entidad. Tras la aprobación por parte del patronato, ahora le toca al Gobierno de Alberto Núñez Feijoo firmar el documento, quizás en la reunión del Consello de la Xunta de la próxima semana, aunque también podría suceder en alguna de las dos siguientes.
El plan de la Consellería de Cultura estaba muy consensuado y la única voz contraria fue la del alcalde de Padrón, Camilo Forján, en representación del Ayuntamiento. El regidor, que el miércoles se reunió con Roberto Varela en Santiago, se opuso a todos los puntos que implican el traslado de fondos de Cela a una sede fuera de Padrón, en este caso a la Cidade da Cultura.
En un comunicado, la corporación municipal reclama que los fondos documentales, la biblioteca y los manuscritos originales de Cela permanezcan en Iria Flavia, tal y como fue el deseo del escritor. Asimismo, la corporación pide que, si el traslado se justifica en problemas económicos, se haga un plan de viabilidad al objeto de hacer rentable la puesta en valor de dicho patrimonio, pero siempre en Padrón. De lo contrario, señalan desde la corporación padronesa, sería «repetir a historia (en alusión a lo que sucedió con los restos de Rosalía de Castro y su traslado a Santiago) e permitir que o patrimonio depositado en Padrón pase a encher o contedor baleiro da Cidade da Cultura».

LA VOZ DE GALICIA, 28/05/10

Clamor por la lengua gallega en la entrega de los Pedrón.

Decenas de políticos y personalidades vinculadas a la cultura respaldaron el reconocimiento a las trayectorias de Camilo Nogueira y Fermín Bouza

El historiador Xusto Beramendi glosó la figura de los dos galardonados

La defensa de la lingua galega, como “elemento clave de la supervivencia de un país y de la autoestima de un pueblo”, y el rechazo al “decretazo” del actual gobierno gallego, centraron ayer gran parte de los discursos en el acto de entrega de los premios Pedrón de Ouro, que este año recayeron en el político, economista y ensayista Camilo Nogueira y en el sociólogo Fermín Bouza Álvarez. Decenas de personalidades vinculadas al nacionalismo, la política yla cultura gallega respaldaron al acto celebrado en la Casa Museo Rosalia (Padrón) en el que Nogueira y Bouza recibieron galardones.

El acto se abrió poco después de las 12.30 del mediodía con sendas ofrendas florales al monumento de la poetisa. Posteriormente el secretario y patrono de la Fundación, Xosé Ramón Fandiño, y el catedrático de Historia Contemporánea, Xusto Beramendi, fueron los encargados de abrir los discursos y glosar las figuras de los dos premiados, mientras que el cierre, tras la intervención de los premiados, lo puso el presidente de la Fundación, Manuel Caamaño.

En su 46 edición, el Pedrón de Ouro, que distingue a una personalidad o entidad viva y residente en Galicia que destaque en la defensa de la cultura gallega a lo largo de un año (o en la trayectoria de una vida) recayó en Camilo Nogueira (Vigo-1936), un personaje del que los miembros de la Fundación destacaron su pertenencia a las generaciones gallegas de postguerra comprometidas “con su desgalleguizado país en los tiempos de la dictadura” y su participación en el proceso que desembocó en el actual Estatuto de Autonomía y en leyes, como la de Normalización Lingüística.

El de Honra, que se destina por los mismos motivos a una persona o entidad residente fuera de Galicia, lo recogió Fermín Bouza (Compostela, 1946), hijo de otro insigne galeguista y Pedrón de Ouro, Fermín Bouza Brey, del que destacaron su largo recorrido, como activista político, ensayista, narrador y poeta. Beramendi se refirió a la “personalidad poliédrica de este autor santiagués”, promotor también del blog El voto con botas en el que hace una “defensa irreductible de la lengua gallega”.

Entre otras personalidades acudieron al acto, que se cerró con una comida de homenaje en el Hotel Scala, Xosé Manuel Beiras, el escritor estradense. David Otero, los alcaldes de Teo y Boiro, y la presidenta de la Fundación Rosalía, Helena Villar

REACCIONES Camilo Nogueira

Político y ensayista

“Queda moita tarefa que facer, e eu seguirei lointando polo recoñocemento da identidade galega … En Brasil, cando te escoitan falar bó galego dinche: que parte de Brasil é a vosa”

Fermín Bouza

Sociólogo

“Son dunha xeración, que loitou contra o fascismo e non puido seguir eiquí, aínda que non olvida do seu… A nosa lingua estase a perder a unha velocidade vertixinosa”.

EL CORREO GALLEGO, 24/05/10