Instalaciones de la fábrica de Novo y Sierra en la parroquia valguesa de Campaña.
La crisis económica, que afecta muy especialmente al sector de la construcción, ha provocado una nueva suspensión de pagos en otra empresa de la comarca del Ulla-Umia. En este caso es la compañía de fabricación de ladrillo Novo y Sierra, radicada en Valga, la que acudió al juzgado para solicitar un concurso de acreedores debido a la mala situación financiera por la que atraviesa como consecuencia de la drástica reducción de los pedidos de materiales. Los propietarios de la empresa mantuvieron el lunes una reunión con parte de la plantilla a la que comunicaron la suspensión de pagos, una decisión a la que podría seguir un expediente de regulación de empleo para reducir los trabajadores, que llegan a casi cuarenta.
La empresa valguesa Novo y Sierra presentó hace unos días en el Juzgado de lo Mercantil una solicitud de suspensión de pagos también conocida como concurso de acreedores. La compañía de fabricación de ladrillo, ubicada en la Rúa Nova de Campaña, acude a la vía concursal como consecuencia de la crisis por la que atraviesa el sector de la construcción.
La disminución de la carga de trabajo ha provocado que la situación financiera de la empresa se haya deteriorado de forma importante en los últimos meses, hasta el punto de no poder hacer frente a parte de las deudas que tiene contraídas con sus acreedores. En esta situación también ha influido la fuerte bajada de precios que se está produciendo en el sector debido a la reducción del mercado, de manera que algunas empresas están vendiendo productos por debajo del coste de producción, lo que es inasumible para otras compañías y les impide competir en igualdad de condiciones.
A comienzos de esta semana, directivos de la empresa mantuvieron una reunión con parte de la plantilla para comunicarles su decisión de acudir a la vía concursal para tratar de sanear las deudas. En principio parece que la pretensión de los propietarios no es, ni mucho menos, la de cerrar la fábrica, sino ajustar a la compañía a la situación actual del mercado. Por ello no se descarta que la suspensión de pagos llegue acompañada de un expediente de regulación de empleo para adelgazar lo máximo posible la plantilla, que actualmente está formada por casi cuarenta personas. Esta situación ha despertado entre los empleados la lógica preocupación de saber qué ocurrirá con sus puestos de trabajo y el temor tener que engrosar las listas del paro, especialmente teniendo en cuenta precedentes como el de Cedonosa, en Catoira.
Más de 130 años > Novo y Sierra, considerada como una de las empresas gallegas más versátiles dentro del sector de la cerámica, cuenta con más de 130 años de historia. Su creación, como almacén de coloniales y ultramarinos, se remonta a 1875 y comenzó a diversificar su actividad a principios del siglo XX con una fábrica de licores, la explotación de molinos y la adquisición de una fábrica de curtidos en Padrón que más tarde daría lugar a la fundación de la empresa Picusa. En la década de los años 20 adquirió una ??telleira? en la zona y comenzó a fabricar materiales cerámicos. Su capacidad de producción, según indica su página web, es de 90.000 toneladas al año, no sólo de ladrillo sino también de otros productos como bloques o bovedillas. Su mercado se centra a las comarcas más próximas, aunque también vende a otras zonas de Galicia y tiene clientes en Portugal y Asturias.
DIARIO DE AROUSA, 05/03/09