El jabalí se ceba con explotaciones de maíz en Padrón, Rois y Brión.

Javier Villaverde asegura que la zona de A Escravitude está muy afectada.

Ganaderos con cultivos en Padrón, Rois y Brión están «moi preocupados e enfadados» por los daños ocasionados por los jabalíes en sus fincas de maíz e hierba que, en el caso de otros vecinos, también se extendieron a las cosechas de patatas. Entre los ganaderos está Javier Villaverde que, junto con su madre, Isaura Rivas, regenta una explotación de vacas de leche en el lugar de Prada, en la parroquia de Cruces, en Padrón.

Hace una semana que comenzó a ver como los jabalíes dañaban sus cosechas de maíz de lugares como A Escravitude, en Padrón; O Sisto, en Rois o Bastavales en Brión. Él mismo vio una manada de 12 o 14, crías incluidas, en una finca de Rois. «É unha auténtica barbaridade o que está pasando», explica el ganadero, que considera que «alguén terá que facerse cargo dos danos que ocasionan estes animais».

Otros años sufrió el ataque de los jabalíes en una o dos fincas, pero nunca como esta vez. Cuenta que tiene sembrado en torno a unas 44 hectáreas de maíz y que, entre la sequía y los daños de los cerdos, tiene mucha superficie afectada. De hecho, calcula que, en torno al 10 % del maíz sembrado ya está perdido, pese a que «os danos están empezando; o peor é sempre este mes e o próximo, que é cando o millo está máis apetecible para o xabaril, antes de estar o gran completamente duro», explica.

El viernes y ayer llamó al teléfono 012 de la Xunta para comunicar lo sucedido, pero no dio hablado con nadie. «Hai máis gandeiros e veciños afectados», asegura el profesional de Prada en alusión a otro compañero de A Estrada con cultivos dañados en Carcacía, en Padrón.

«O que está pasando este ano non é nada comparable co que vivimos ata agora; non ardeu o monte nin hai comida nel, polo que os xabarís teñen fame e buscan que comer», cuenta Javier Villaverde, que reclama batidas u otras medidas para reducir la presencia de estos animales en la zona, así como que se hagan cargo de los daños ocasionados. «Cando as crías que hai medren vai ser unha auténtica animalada», asegura el vecino de Prada que añade que «aos que soltaron libremente os xabarís fóiselle o tema das mans».

«Estamos moi preocupados, porque unha hectárea de millo cústanos uns 1.000 euros entre sementala e recollela, e non nos podemos permitir que nola estraguen así», afirma Javier Villaverde. En Prada hubo otros vecinos perjudicados por los daños de los jabalíes, incluso en cosechas de patatas. Alguno también desistió de sembrar maíz, después de que el animal le comiera la semilla más de una vez.

La Voz de Galicia

Pontecesures quita el freno urbanístico a la implantación de nuevos negocios en el municipio.

En Pontecesures, el urbanismo no es una materia de fácil digestión. «Todas as afectacións que existen, menos a aeroportuaria, témolas aquí», dice el alcalde Juan Manuel Vidal Seage (PP). En Pontecesures hay zonas afectadas por Portos, por Augas de Galicia, por su proximidad a una carretera nacional o por el paso de las vías del tren. De todo ello da cuenta el PXOM del Concello, aprobado a principios de siglo: un documento que dejó fuera de ordenación «boa parte dos edificios do casco urbán», según relata el alcalde. Y eso supone que los locales que a lo largo de los años se han quedado vacíos, no puedan recuperar la actividad de ninguna manera. «Temos locais valeiros nos que houbo xente que quixo abrir negocios, e nós tivemos que dicirlles que non». Una situación kafkiana para la que el gobierno local parece haber encontrado una solución. Y es que en el último pleno de la corporación, el ejecutivo planteó -y aprobó- un «criterio de interpretación do réxime urbanístico aplicable ás edificacións en situación de desconformidade co Planeamento Urbanístico vixente».

Un cambio en la normativa urbanística de la Xunta abría la puerta a que «nas construcións en situación de fóra de ordenación se poidan implantar novos usos, de entre aqueles que a ordenanza urbanística permita para a zona» y siempre que los locales cumplan con el resto de requisitos exigidos para la actividad a desarrollar. «Mediante o criterio de interpretación, o que se pretende é, sen necesidade de acometer unha modificación puntual do PXOM, poder autorizar a implantación de novas actividades en aqueles locais que se atopan en situación de fóra de ordenación, que non son poucos».

Esa medida debería ayudar a reactivar el tejido económico en Pontecesures. «O que se elimina é a traba urbanística que ata o de agora tiña bloqueados moitos locais», explica el alcalde.

La RPT

El pleno de Pontecesures saldó también otro asunto con el que llevaba tiempo a vueltas, y que precipitó la moción de censura que en el pasado mandato apartó de la alcaldía al BNG: la Relación de Postos de Traballo. La RPT supondrá un incremento en el gasto laboral de 100.000 euros al año.

La Voz de Galicia

El albergue de Pontecesures es unos de los 29 de la red pública que están abiertos.

En la red pública de albergues del Camino de Santiago permanecen abiertos desde el 1 de julio los de A Gudiña, Betanzos, Boimorto, Carral, Castroverde, Lalín, Laza, Mesía, Miño, Monterroso, Mos, Neda, Ordes, Pontecesures, Pontevedra, Portas, Samos, San Cristobo de Cea, Sandiás, Teo, Trasmiras, Valga, Vedra, Verín, Vilar de Barrio, Xinzo de Limia y Xunqueira de Ambía. En los últimos días se han sumado el de Abadín, en el Camino del Norte, y el de Piedrafita do Cebreiro, en el Camino Francés.

La red de albergues cuenta con 70.

La Voz de Galicia

Los nacionalistas recuperan la plata en Pontecesures.

Durante varios mandatos, el BNG desempeñó la alcaldía de Pontecesures de la que fue apartado por una moción de censura en favor del PP. Los conservadores retroceden ligeramente en el municipio más pequeño de la comarca, pero sostienen una cómoda ventaja por encima del 50% de los votos. La segunda plaza de resuelve en favor del BNG, que crece 18 puntos. Loa socialistas, que son terceros, también incrementan su porcentaje ligeramente.

La Voz de Galicia

La piscina de Pontecesures es la única exterior abierta en Arousa.

Ir a la piscina nunca fue tan complicado, pero no queda otra que adaptarse a los nuevos tiempos. En Pontecesures no hay playa y la alternativa para darse un chapuzón es la piscina municipal, que abrió esta semana sus puertas, aunque de una forma muy distinta al año pasado. La prioridad es hacer cumplir las normas de seguridad y para ello se ha establecido un estricto protocolo que empieza por la petición de cita, vía Internet.

La aplicación diseñada para este fin se puede descargar a través de la página de Facebook del Concello. El usuario debe indicar turno y día, teniendo en cuenta que solo se puede reservar con 24 horas de antelación y que se han establecido dos horarios durante julio y agosto: 16 a 18.15 horas y 18.45 y 21 horas. La media hora que queda libre se emplea en limpiar y desinfectar las instalaciones. Cada adulto puede tener a su cargo a tres menores de doce años y los chavales de doce a dieciséis años solo pueden acceder al recinto con autorización de su tutor legal. Los usuarios deben aportar su nombre, dirección y teléfono con el fin de que, en caso de que haya sospechas de algún positivo en coronavirus, se pueda rastrear un posible brote.

Una vez cumplidos estos requisitos, todavía hay mucho protocolo por delante. Cuando el usuario llega a la piscina debe presentar el justificante de acceso mediante un código QR a través del móvil, pasar el calzado por una alfombra rociada con desinfectante, utilizar los dispensadores de gel hidroalcohólico y superar un control de temperatura. Se ha establecido un aforo del 75 %, lo que supone un máximo de 50 personas. En lo que va de semana, se está alcanzado una asistencia aproximada de 35 personas por turno. Además se han señalizado las zonas de tránsito para garantizar las distancias de seguridad interpersonal.

La adecuación de las instalaciones le ha costado al Concello alrededor de 5.000 euros, cantidad que el alcalde, Juan Manuel Vidal Seage, da por bien empleada. Abrir la piscina era una apuesta de su gobierno porque consideran que, tras el largo confinamiento, había que darles a los cesureños la oportunidad de ponerse el bañador, especialmente a los más jóvenes, y por eso, también, este verano el acceso es gratuito. «Levou moito tempo e moito traballo sacar isto adiante, pero estou moi satisfeito e moi orgulloso», apunta el regidor.

La de Pontecesures no será la única piscina municipal al aire libre que funcionará en Arousa este verano. En Catoira prevén abrir la suya en breve mientras que las de Ribadumia y Meaño permanecerán cerradas. Así lo han decidido los respectivos concellos siguiendo las directrices de la Mancomunidade do Salnés y con el fin de evitar posibles focos de contagio. Preparar las instalaciones para la nueva normalidad no es sencillo y han preferido no arriesgar.

La que también funciona, ya con horario de verano, es la piscina municipal de Cambados, aunque en su caso está cubierta. La de Vilagarcía, igualmente climatizada, seguirá cerrada hasta el otoño a la espera de unas obras.

La Voz de Galicia