Los valeiros cierran una campaña de lamprea marcada por la Covid y el cangrejo americano.

Un cangrejo americano capturado ayer en Pontecesures. // FdV

Oficialmente, la campaña de pesca de lamprea en el río Ulla finaliza hoy, cuando aún podrían largarse las nasas butrón que emplea el colectivo de valeiros. Pero estos pescadores hace tiempo que decidieron desistir y dedicarse a otra cosa con sus embarcaciones. Los que más aguantaron ya ni siquiera dejaron ayer sus aparejos en el agua.

La causa no es otra que la carencia de compradores. Fue, como se explicaba hace días, una temporada fantástica en cuanto a presencia de lampreas en el Ulla, sin duda gracias al importante caudal conseguido con las lluvias del pasado otoño y el invierno.

Pero el estado de alarma decretado por el avance del coronavirus Covid-19 provocó el cierre de los restaurantes, y estos son los principales compradores del cartilaginoso pez capturado en aguas de Pontecesures


Así pues, y dado que el coronavirus Covid-19 fue un lastre demasiado pesado como para salvar la positiva y esperanzadora temporada, ésta se tornó en pésima para los intereses de la flota.

Tanto es así que se cierra antes de tiempo. Y no solo eso, sino que lo hace con otra preocupante noticia, como es la creciente presencia en el Ulla de una especie invasora, el cangrejo americano.


Uno de los cangrejos capturados en el Ulla.


De ello dan cuenta los propios valeiros, que en lo que va de temporada de lamprea encontraron en sus nasas una decena de esos crustáceos que amenazan a las especies autóctonas.

«Y si entraron diez en las nasas, que se sepa, quiere decir que hay muchos más y que pronto acabarán con todo como no se haga algo rápido», proclaman los pescadores que faenan en Pontecesures.

Faro de Vigo

Una fantástica campaña de lamprea arruinada por el virus.

La «dama del Ulla» es abundante este año, pero ya casi no queda quien la compre.

Un pescador de lamprea de Pontecesures introduce un ejemplar en un saco.

Un pescador de lamprea de Pontecesures introduce un ejemplar en un saco.

La campaña de pesca de lamprea en el río Ulla, que comenzaba el 2 de enero y debería finalizar el próximo día 15, estaba resultando fantástica, pero se ha convertido en una ruina. Había abundancia de producto, y de hecho la sigue habiendo. Pero los principales clientes de los valeiros, el colectivo que se dedica a su captura desde embarcación, son los restaurantes, y están cerrados.

Además, las medidas preventivas derivadas del estado de alarma obligaron a suspender la fiesta de exaltación de la lamprea del Ulla que estaba prevista en Pontecesures el pasado 29 de marzo. Dicho de otro modo, que sin esa degustación festiva y con el sector de la restauración inoperativo, el primitivo pez no tiene salida.

Faro de Vigo

Cae la pesca de lamprea por la falta de venta y el cierre de restaurantes.

Algunos valeiros del Ulla abandonaron, un mes antes del cierre, la que se esperaba como una de las grandes campañas de los últimos años // Las capturas ya están prohibidas desde principios de mes para las pesqueiras artesanales.

Tras los dos primeros meses en que se presagiaba que iba a ser una de las mejores campañas de los últimos años por la abundancia de capturas, la pesca de la lamprea en el Ulla también se ha visto arrastrada por la crisis sanitaria. Aunque algunos valeiros siguen soltando sus nasas en el río, la escasa venta, tras el cierre de plazas y restaurantes, hace que algunas embarcaciones, como las de Rianxo, hayan dado ya por terminada una temporada que, además, quedó prohibida a principios de este mes para las pesqueiras artesanales.

Hasta una media de once embarcaciones de las cofradías de Carril y Rianxo han estado faenando desde que se abrió la campaña, a principios de enero. La temporada de pesca de la lamprea en el Ulla se abría oficialmente el día 2 y finalizará a mediados de abril. Los valeiros vivieron un arranque exitoso con las decenas de piezas capturadas en sus nasas de butrón en las primeras jornadas. Los primeros ejemplares del preciado y gelatinoso pez llegaban desde el principio al puerto de Pontecesures para pasar los controles rutinarios de peso y empezar a negociar su venta con los dueños de los restaurantes.

La satisfacción se podía apreciar hablando con dos de los pescadores, los hermanos Miguel y José Manuel Barreiro Blanco, que el primer día capturaron en las lanchas con las que faenan 14 y 15 lampreas, respectivamente. «Las siete embarcaciones hemos cogido piezas y de buen tamaño», explicaba a este diario Miguel, que se congratulaba de lo lleno que iba el río, lo que predecía que este año la pesca iba a ser cuantiosa. La abundancia, en esta ocasión, no ha facilitado que se paguen cifras astronómicas por los primeros ejemplares como otros años, en los que se han llegado a abonar hasta 150 euros por una pieza. Y las primeras se han pagado a 50 y 40 euros.

Pero ya desde finales de febrero, cuando todavía quedaban cerca de dos meses para el cierre de la campaña, los buenos presagios se han ido disipando, y ahora hay preocupación. «Quedamos seis ou sete barcos. O mercado está como está e vendemos o peixe a contagotas, e moitas veces a particulares», explica Antonio Pesado, uno de los valeiros de Pontecesures. Quienes ya no pueden capturar más lamprea son los de la pesca artesanal en las pesqueiras del río Ulla a su paso por Padrón y Teo, algo de lo que no hablan abiertamente pero que sí satisface a los valeiros, que ven una competencia muy desleal en esa captura.

Precisamente la lamprea iba a ser protagonista este mes de unas jornadas y menús-degustación en los que, con el apoyo del Concello de la villa rosaliana, participaban ocho restaurantes de Padrón. Pero todas las actividades han quedado suspendidas tras decretarse el estado de alarma.

{ CORTINA DE HUMO }

Manjar en cuarentena

es por esta Época la gran protagonista de jornadas gastronómicas y menús; de esas reuniones de amigos que al menos se ven una vez al año con la excusa de degustar ese manjar que sus paladares no perdonan. Pero este año se ha cruzado en su camino otro bicho, quizá estéticamente igual de feo, pero que no se degusta, causa daño y es letal. Un bicho raro y todavía no muy definido, que nos ha puesto a todos en cuarentena, también a la lamprea; que ha anulado cualquier otro protagonismo a nivel mundial, y que está poniendo a prueba la capacidad del ser humano para hacer frente de modo colectivo a una pandemia mundial.

EL PROTAGONISTA

Antonio Pensado

Valeiro

«A cousa foi a peor e todo está parado»

Antonio Pensado es uno de los valeiros de Pontecesures que lleva toda la vida dedicándose a la misma pesca que ya practicaban su padre y sus abuelos. Él lo sigue intentando, pero le preocupa la situación. «Empezamos moi ben, pero a cousa foise complicando e agora está todo parado. Ademais, levamos dúas semanas sen capturas. A lamprea é así, ben toda xunta e, de repente, pasas días sen nada», se lamenta el valeiro, que reitera que «en principio foi moi boa para todos, pero non sei como terminaremos a campaña, porque si capturas pero non vendes, telo que tirar. Non é como outros peixes, que os levas á lonxa», señala.

El Correo Gallego

Suspendida la captura artesanal de lamprea en las pesqueiras del río Ulla.

La lamprea iba a ser estos días la estrella de los menús en ocho establecimientos de hostelería de Padrón.

Una de las actividades suspendidas por el estado de alerta ante la pandemia del coronavirus es la pesca artesanal de lamprea en las pesqueiras del río Ulla a su paso por Padrón y Teo, al estar considerada pesca deportiva. No sucede lo mismo con la técnica de las nasas que practican los llamados valeiros en el municipio vecino de Pontecesures, calificada esta de pesca profesional.

Precisamente, la lamprea iba a ser estos días la estrella de los menús en ocho establecimientos de hostelería de Padrón, dentro de las jornadas gastronómicas organizadas por el Concello. Pese a estar todo suspendido, hay locales hosteleros que siguen ofreciendo la oportunidad de degustar este plato, como pueden ser Chef Rivera, A Casa dos Martínez o Casa Farrucán, previa encarga, según informan en sus respectivos perfiles de las redes sociales.

Así, por ejemplo, el primero prepara lamprea ahumada rellena de lacón con grelos; a la bordelesa o timbal de lamprea, esta última una forma de cocinarla muy típica de Padrón. Casa Farrucán mantiene el servicio de comida para recoger, incluida la lamprea. Las encargas hay que recogerlas en el local de hostelería, que garantiza las medidas de prevención. José Antonio Rivera contó ayer que «hai que facer algo do que se poida», en alusión a preparar la lamprea para recoger en el local. El chef Rivera explicó que, si no fuera por la pandemia del coronavirus, estarían trabajando bien dentro de la temporada de la lamprea, sin contar las reservas del hotel, que ya está recibiendo cancelaciones.

La Voz de Galicia