Si hay alguien en la comarca del Ulla-Umia que sabe, y muy bien, vivir la fiesta esos son los cesureños. El ayuntamiento de Pontecesures celebró ayer una jornada repleta de actividades en la que no faltó ni la gastronomía ni el fervor religioso. La Festa da Lamprea y las celebraciones litúrgicas de San Lázaro coparon la agenda de todos aquellos que se acercaron a disfrutar de una jornada en la que el tiempo acompañó.
La amenaza de que había poca lamprea para la cazuela animó a aquellos que no querían perdérsela a visitar la gran carpa con tiempo de sobra para no quedarse sin ella. En poco tiempo se agotaron las 480 raciones que se prepararon y que, debido a la escasez, se vendieron a precios más caros que en ediciones anteriores. Una cuestión que no pareció importarles a los comensales.
Visita institucional
El rico manjar no solo fue degustado por el público de a pie, sino también por las autoridades que no quisieron perderse esta fiesta tan particular. Alcalde, concejales, diputados y también la conselleira do Mar, Rosa Quintana, dieron el pistoletazo de salida a la cita gastronómica que sigue sumando ediciones y, como no, con mucho éxito. Los comensales tuvieron oportunidad de degustar el peculiar pescado en diferente modalidades culinarias, a cada cual más sorprendente. Muchos advertían que para el año repetirán, y se espera que con más cantidad en el plato.
Lugar para la veneración
Además de la fiesta gastronómica en si en torno a la lamprea Pontecesures también disfrutó de la parte más litúrgica de la jornada. Ayer se veneraba a San Lázaro en una romería de las de siempre en la que no faltaron las rosquillas, los churros y las garrapiñadas. Las misas se celebraron a lo largo de todo el día y se prolongaron hasta bien entrada la tarde en una jornada en la que acompañó mucho la buena climatología.
Diario de Arousa