Un cobertizo situado en Padrón resultó ser el escondite donde los ladrones guardaban el botín de los robos perpetrados en Pontecesures durante las últimas semanas y el material sustraído en la Biblioteca Municipal en la madrugada del pasado viernes resultó ser lo primero en recuperarse. Sin embago, de momento no se conoce la identidad de los delincuentes.
Así lo informó ayer el concejal de Relacións Institucionais cesureño, Luis Sabariz, quien explicó que «un labrego atopou nun alpendre da súa propiedade en A Ponte (Padrón) diverso material acopiado». Este lugar se encuentra a escasos metros del límite con la provincia de Pontevedra, a un paso del puente que comunica la villa con Pontecesures.
«Había bastante tempo que o propietario non ía por alí e, ante o achádego, avisou á Garda Civil, que trasladou os obxectos ao cuartel de Iria, en Padrón», apuntó el concejal.
Fue en la tarde de ayer cuando personal de la Biblioteca de Pontecesures; la alcaldesa, Maribel Castro, y la Policía Local de Pontecesures identificaron en el cuartel los ordenadores y la estufa que fueran robados del inmueble de la calle Raimundo García Domínguez ??Borobó??. «En consecuencia, pódese dicir con ledicia que se recupera integramente o material substraído, que será tradaladado á instalación canto antes», anunció Sabariz Rolán.
Asimismo, precisó que también es «moi posible» que se haya encontrado en el cobertizo el material robado en el pub Tribal de Pontecesures a principios del mes de febrero, entre ellos el proyecto y otros objetos del equipo tecnológico del local. Así, el propietario acudirá mañana a comprobar si efectivamente se trata de parte del botín, que entonces le supuso unas pérdidas de 5.000 euros.
Sin detenidos
La Guardia Civil de Pontevedra no tenía constancia de este hallazgo horas después de confirmar que, mes y medio después de iniciarse la oleada de robos en más de una decena de establecimientos de Valga y Pontecesures, «no hay ningún detenido ni avances en la investigación».
Mientras el goteo de damnificados continúa (ayer le tocó el turno al ultramarinos Casa Chaves y no se descarta la intencionalidad del robo en la autoescuela Pontecesures), las primeras víctimas manifiestan su inquietud a pesar del teórico aumento de vigilancia policial por las noches. «Tranquilidad non pode haber ningunha, aínda que como aquí nos entraron xa tantas veces…», comentan en el bar Sol y Mar, donde en la madrugada del 20 de enero robaron cuatro encapuchados. Otro individuo, también con la cara tapada, agredió la noche siguiente al dueño del bar Galicia, Sergio Campañó, para llevarse 1.000 euros. Casi dos meses después afirma sentirse «tan inseguro coma antes» y lamenta la carencia de pistas. «Non se sabe nada nin se saberá».
DIARIO DE PONTEVEDRA, 17/03/09