Finou Honorina Leocadia Balseiro Pardal.

Aos 80 anos de idade finou onte esta veciña de San Xulián, viuva de José Manuel Lorenzo Barreiro “Checho o Bexairo”. O velorio está instalado na sala 2 do Tanatorio Iria Flavia de Padrón. Hoxe 23 de outubro, ás 17 horas, terá lugar o funeral na Igrexa de Pontecesures. De seguido, os restos mortais recibirán sepultura no cemiterio parroquial de San Xulián.
Descanse en paz.

Un detenido en Pontecesures por tráfico de drogas y atentado a los agentes de la autoridad cuando conducía ebrio.

La Guardia Civil anuncia la detención en Pontecesures de un vecino de Bertamiráns (A Coruña) “cuando conducía un vehículo en cuyo interior se encontraron diversas cantidades de estupefacientes”.
Se trata de OA.V.G., de 34 años, al que se considera supuesto autor de un delito contra la salud pública, por tráfico de drogas, y otro de atentado a los agentes de la autoridad. Además, “debido a los evidentes síntomas de embriaguez que presentaba, se le realizaron también las preceptivas pruebas de alcoholemia, que dieron resultado positivo, por lo que también fue denunciado por una infracción administrativa al Reglamento General de Circulación”, indican en el instituto armado.

Anteayer, de madrugada.

Sucedió ayer, de madrugada, “en un punto de verificación de vehículos que tenía establecido la Patrulla Fiscal y Fronteras de la Guardia Civil de Vilagarcía de Arousa en el puente interprovincial” que une Pontecesures con Padrón.
Eran las 2.30 horas cuando los agentes “interceptaron un vehículo que les había resultado sospechoso, y al inspeccionar el habitáculo del motor encontraron una bolsa que contenía algo más de 200 gramos de marihuana”.
Parece ser que “a raíz de este hallazgo el conductor propinó un empujón al componente de la patrulla que estaba realizando el registro y trató de darse a la fuga a pie, siendo alcanzado y reducido unos trescientos metros después, con la colaboración de otra patrulla se seguridad ciudadana del Puesto de Caldas de Reis”.
Finalmente pudo completarse la inspección del turismo, por lo que se localizó “otra bolsa que contenía algo más de 4 gramos de cocaína”.
Tanto las sustancias estupefacientes aprehendidas como el vehículo y los 65 euros que el detenido llevaba en efectivo le fueron incautados.
El conductor apresado en este operativo fue trasladado al Juzgado de Instrucción de Caldas de Reis, que decretó su libertad provisional con cargos.

Faro de Vigo

El feísmo de Padrón lastima los ojos.

Además de varios edificios inacabados desde hace años, un recorrido por la carretera N-550 muestra varios inmuebles en ruina en algún caso y muy deteriorados en muchos otros.

Padrón se presta para una segunda entrega de información sobre feísmo urbanístico, tras una primera dedicada a edificios empezados a construir hace años pero que nunca se acabaron, como sucede en A Ponte, Extramundi o en pleno casco urbano. Frente a obras inacabadas, están los edificios de todo tipo que quedaron en desuso y se deterioran con el paso de los años, alguno incluso en riesgo de acabar en ruina.

Para este segundo recorrido por el feísmo padronés hay que tomar como referencia la carretera N-550, que cruza el concello y que es su escaparate para lo bueno y lo malo. Así, la primera parada está en A Ponte, puerta de entrada a Padrón por la provincia de Pontevedra, donde se levanta una casa de más de cien años que, precisamente por su antigüedad, se salvó de la demolición que afectó en su día a otros inmuebles para las obras de urbanización de la travesía. A la vista de su estado, más de uno se pregunta «¿para qué deixaron iso a pe?»

Desde el Concello, el edil de Urbanismo José Ramón Pardo confirma que se le requirió a la titular para que tome medidas en la casa, en cuyo interior ya crece la maleza. La siguiente parada es en el centro de la villa donde un antiguo hostal y restaurante, sin actividad hace muchos años, se deteriora al lado de casas y edificios habitados. Uno de sus propietarios confirma que la intención es edificar en el terreno, en el que por cierto aparecieron restos arqueológicos en la zona del aparcadero, cuando el sector de la vivienda se recupere un poco.

Parada de caballos

Fuera del casco urbano, en la zona de Muíños, en A Escravitude, se levanta un inmueble que fue una conocida casa de citas pero que está sin uso desde hace unos quince años, según recuerdan algunos vecinos. Su deterioro es evidente, sobre todo porque, según cuentan, ya sufrió más de un robo en el que se llevaron hasta las ventanas. A ello hay que sumar las llamativas pintadas que tiene en la fachada. Aún así, su titular le renovó el tejado hace alrededor de un año, según dicen algunos vecinos y confirman desde el Concello.

Además, parece que el sótano del edificio se usa aún para guardar animales, como ovejas, aunque en su día fue parada anual de los caballos sementales del Ejército en León, para realizar cubriciones de yeguas de toda la comarca.

El último punto de este recorrido es a poco metros de la antigua casa de citas y se trata de un edificio en desuso desde hace años, que fue el taller inicial de construcción de ataúdes, además de vivienda de los titulares del negocio. No es el que peor estado presenta pero se aprecia su deterioro en la fachada y en las ventanas. Siguiendo la vía N-550 en dirección Santiago, están las casas en ruina de A Escravitude, que deslucen un lugar que en su día debió destacar por la grandeza de sus construcciones de piedra.

Y si tomamos como referencia la carretera N-550, buena parte de los edificios sin acabar, deteriorados y en ruina son vistos por los miles de conductores que usan esta carretera a diario, pero también por un elevado número de peregrinos que recorren la última etapa del Camiño Portugués.Andamios en las últimas semanas en pisos más recientes del casco

Los peregrinos son testigos también de la ruina que hay en el casco histórico de Padrón que, pese a pequeños avances, no acaba de sacudirse la imagen de decadencia. Mientras imponentes casas de piedra se deterioran e incluso arruinan en la zona vieja y en otros puntos del municipio, los titulares de inmuebles de construcción más recientes situados en el centro echan mano de ellos, de modo que en estas últimas semanas se puede ver mucho andamio en Padrón. Se trata, según confirma el concejal de Obras y Urbanismo, de trabajos de mejora de fachadas, ventanas, canalones y tejados, aunque también hay alguna obra de rehabilitación integral en marcha, como sucede con un impresionante edificio de la Rúa Longa.

La Voz de Galicia

Dos gasolineras en Pontecesures.

Cuando hablamos de gasolineras de repostaje de vehículos terrestres la oferta en la banda sur de la Ría de Arousa se dibuja escasa, y demasiado concentrada. Especialmente en el Baixo Ulla, con una única estación de servicio en Catoira (Baiuca, Repsol), inaugurada en 1968, y dos en Pontecesures, al pie del puente hacia Padrón, también de la década de los 60 y con bandera de Repsol, y la independiente abierta en 1996 en el límite con Valga. Este último, el único de los once concellos de la zona sin punto de repostaje comercial, si bien con tres muy cerca rodeándolo en sus municipios vecinos.

La Voz de Galicia

Comuneros de Padrón convierten un basurero del monte Lapido en mirador.

La Comunidade de Montes Veciñais en Man Común de Lapido, en Padrón, está adecentando en sus terrenos un mirador con vistas al río Ulla y al monte Castro Valente. La entidad, integrada por 75 comuneros de seis aldeas de la parroquia de Carcacía, quiere convertir un espacio que estaba siendo usando de forma no autorizada como basurero en un área de ocio para vecinos y foráneos, una vez que el mirador está ubicado a un margen de la carretera AC-242.

Los trabajos están financiados con una subvención de la Consellería de Medio Ambiente, así como con fondos europeos del programa Feder. Tienen un coste de 12.000 euros y, por ahora, llevan invertidos unos 6.000, en la limpieza y preparación del terreno, incluido el depósito de tierra negra; colocación de bancos y mesas, además de toda una valla perimetral. De esa inversión total, los comuneros tienen que pagar el 21 % de IVA.

Queda pendiente sembrar césped y plantar algunos árboles, como roble autóctono y abedul, e instalar papeleras y un cartel informativo sobre las vistas al río Ulla y al monte Castro Valente, según explican desde la directiva de la comunidad de montes de las aldeas de Cruxeiras, Sobrerrivas, Casal, Lamas, A Igrexa y Xoane, todas ellas en Carcacía.

«Cando empezamos a mover o terreo, todo era lixo», cuenta la presidenta de la entidad, Ana Belén Castro, quien habla de que «é importante que a xente respecte este espazo, sobre todo que non se tire lixo». Incide en ello porque, en plenas obras para el mirador, ya hubo quien dejó basura depositada en el espacio que ocupa y que está situado de lado de una carretera lo que, sin duda, contribuye a que se dé este mala práctica.

La presidenta de los comuneros explica que para la entidad «é un esforzo facer este tipo de actuación», teniendo en cuenta además que no dispone de medios para mantener el área en buenas condiciones. Por ello, la comunidad ya contactó con el Concello de Padrón para que colabore en este sentido y se ocupe, por ejemplo, de vaciar las papeleras. Incluso se plantean instalar un contenedor de basura, para todos los restos que puedan quedar para quien decida comer o merendar en el espacio.

Por otra parte, la entidad está con los trabajos de limpieza de una franja de seguridad en el entorno de las aldeas y con la recuperación de otros espacios de monte ya que, como explica la presidenta, «hai que aproveitar o que hai». En esta línea, otro de sus proyectos futuros es adecentar un camino que, desde el mirador, baja hasta el río Ulla, para recuperar y poner en valor toda una zona de gran belleza natural.

La Voz de Galicia

Los Diéguez, fuerza familiar en la verbena.

El padre y dos hijos gemelos triunfan desde Padrón con su trío musical, al que se sumará otro hermano.

Los Diéguez de Herbón, en Padrón, son una familia de verbena. Moncho Diéguez y sus hijos gemelos Samuel y Valdo son músicos y cantantes del trío Unión y Fuerza y el hermano mayor, Danny, del dúo Salsa. El padre, de 60 años, lleva desde los 17 vinculado a grupos de música, una pasión que transmitió a sus hijos. Con los gemelos de 23 años formó hace seis el trío Unión y Fuerza, que este verano triunfó en las verbenas gallegas y que espera seguir haciéndolo y más con la incorporación del hermano mayor, Danny Diéguez, de 28 años, que deja el grupo Salsa para unirse a su familia.

El germen musical es Moncho, que a los 17 años era el cantante del grupo original de Unión y Fuerza. Desde ese primero hubo muchos más, como la orquesta Finisterre o Los Españoles, antes de retirarse en Capitol. Fue la primera de las tres retiradas de las que habla Moncho, que luego formó el dúo Óbice Capital, en el que estuvo 14 años antes de fundar el trío, que se convirtió en toda una revelación en el mundo de las verbenas.

«Os comezos foron bos, pero duros; empezamos pouco a pouco e fomos subindo e subindo», asegura el padre. Su hijo Valdo añade que «sentímonos aceptados polo público moi rápido», a lo que su hermano Samuel precisa que «cando montamos o grupo nunca pensamos que íamos chegar a onde chegamos e que nos sentiríamos tan queridos polo público», algo que agradecen.

De hecho, hay verbenas a las que asisten todos los años desde que empezaron, como en Muxía; otras que hasta cambiaron el día de la fiesta para poder contar con su presencia, como en Ribadumia y hasta hay novios le consultan la agenda antes de poner la fecha de la boda.

Este verano estuvieron en numerosas verbenas de la comarca, después de actuar en las fiestas de Pascua de Padrón. «Todos pensan que a Pascua é unha gran promoción pero a mellor publicidade é o traballo de cada día e en calquera sitio», asegura el padre. Los gemelos reconocen que estar en la Pascua fue «especial».

Moncho se considera «autodidacta» mientras que sus hijos estudiaron canto y piano y, en un caso, también trombón. «Eu non quixen estudar un instrumento para non estar ata os 60 anos no escenario», dice el padre que, en cambio, ahí está con esa edad.

Vivir encima del escenario

Al trío musical aún le quedan actuaciones este año pero, de cara a la próxima temporada, harán una incorporación muy especial: Danny Diéguez deja el grupo Salsa y entra en la familia de Unión y Fuerza aunque, realmente, «sempre estivo vinculado ao grupo», explican sus hermanos.

Viven encima del escenario una parte del año (en 2017 el trío tuvo 140 fechas) y el resto, trabajan. Danny lo hace todo el año en una cerrajería de Padrón y Samuel y Valdo en empresas de la comarca, de seis a ocho meses, al tiempo que cumplen con sus compromisos y preparan la nueva temporada. «É duro, pero se te organizas chegas a todo», aseguran.

«Os meus fillos en canto ven xente diante non hai quen os pare», afirma el padre en alusión a la pasión que le ponen a su trabajo sobre los escenarios. Así lo deben ver también sus fans, que hasta crearon grupos de wasap. «Cando imos a unha festa, nós somos uns máis do pobo», aseguran.

En cuanto a trabajar en familia, está claro que les encanta. «Eu teño subido ao escenario enfadado con meu irmá pero na segunda ou terceira canción xa me pasou», cuenta Valdo. «Meu pai sempre quere ter a razón pero ás veces tamén se equivoca, aínda que leve toda a vida nesto», añade entre risas Samuel.

De cara al próximo año ya tienen cerrado casi la mitad del verano y, con uno más en el grupo, esperan que su espectáculo «siga funcionando como ata agora». Para ello, empezarán casi de cero con el escenario, de modo que lo ampliarán, cambiarán el equipo de sonido, repertorio… Todo para que el público perciba «frescura e non solo que enriba do escenario hai unha persoa máis da que había antes», explica Danny. Y para ser fieles a su máxima: «facer festa e que a xente o pase ben».

Y cuando los Diéguez se suben al escenario pueden decir bien alto que son una familia, como así lo afirman muchos grupos del sector, pero ellos lo son de sangre.El nombre se remonta a los orígenes de Moncho

La elección del nombre del trío musical que fundaron hace seis años no es una casualidad: Unión y Fuerza fue el grupo en el que debutó como cantante Moncho Diéguez con 16 o 17 años y en el que también estaban los hermanos Joaquín y Antonio Dopazo, Moncho (batería), José (teclista) y Manolo. La fotografía del grupo original fue tomada en las peñas del monte Santiaguiño de Padrón, el mismo lugar que eligió el actual trío de Unión y Fuerza, que la próxima temporada dejarán de ser tres con la esperada incorporación del hermano mayor, Danny.

La Voz de Galicia