Condenan a siete años y medio de prisión al hombre que quemó una casa de Padrón con su hermana y su sobrina dentro.

José María Iglesias, durante el juicio celebrado en la sección sexta de la Audiencia Provincial

José María Iglesias, durante el juicio celebrado en la sección sexta de la Audiencia Provincial.

José María Iglesias afirmó tras el juicio que quería regresar a la cárcel porque se comía decentemente y lo trataban bien: «Mejor imposible»

José María Iglesias cumplirá el deseo que expresó, el pasado 23 de octubre, delante del jurado de la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, cuya sede se encuentra en Santiago. Fue tras finalizar aquel juicio, en el que se le acusaba de quemar una casa de Padrón con su hermana y sobrina dentro, que afirmó que en ningún lugar podría estar mejor que en la cárcel, donde ya llevaba dos años en preventiva. Aunque la Fiscalía y la acusación particular pidieron, respectivamente 15 y 20 años, finalmente ha sido condenado a siete y medio de internamiento tras considerarlo culpable de un delito de incendio, según el artículo 351 del Código Penal, tras tener en cuenta los atenuantes de embriaguez y de dilaciones indebidas

En la sentencia, los magistrados ven probado que el 8 de julio, José María Iglesias llegó alrededor de las 20.00 horas a la casa del lugar de Bascuas, en Padrón, en la que convivía con su hermana, cuñado y sobrina, quien, después de haber estado todo el día en el bar, acudió a recogerlo. Fue a ella a quien, mientras lo llevaba en el coche, le llegó a decir que haría algo por lo que Guardia Civil tendría que ir a buscarlo. Así ocurrió poco después. Como ya había amenazado en otras ocasiones, según se relató durante el juicio, primero se dirigió a la planta superior y, aunque sabía que su hermana y sobrina estaban en el salón de la planta inferior, utilizó un encendedor y una lata que contenía disolvente para plantarle fuego a cada una de las cuatro habitaciones. 

Acto seguido, bajó e hizo lo propio en otra estancia inferior. El cuñado, que se encontraba fuera de la vivienda, alertó a su mujer e hija de que había fuego en la vivienda, lo que evitó males mayores, pero no pudo evitar que quedara completamente calcinada. Para la extinción de las llamas fue necesaria la intervención del Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Padrón. Por todo ello, además de la condena a siete años y seis meses de prisión, el tribunal prohíbe a José María Iglesias a aproximarse a menos de 200 metros a sus tres familiares durante diez años. También se le obliga a indemnizarlos con 78.080 euros por los daños en el inmueble y en el mobiliario, así como a abonar al GES 1.731 por los gastos de extinción del incendio. Sobre la sentencia todavía cabe recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).

La Voz de Galicia

Nueve meses sin noticias de Cándido Blanco, que desapareció misteriosamente en Padrón sin dejar rastro-

La familia organizó batidas por la comarca y por Valga, pero no hubo éxito

Nueve meses han pasado desde que desapareció misteriosamente en  Padrón Cándido Blanco García, que tenía 56 años de edad cuando se le perdió el rastro el 7 de febrero. De 1,60 metros de alto, tiene complexión normal, pelo negro y corto, ojos castaños y cicatrices características en la oreja y el pecho.

Al cumplirse estos nueve meses, la asociación SosDesaparecidos ha recordado que la búsqueda sigue activa desde que la familia, tras detectar su ausencia aquel 7 de febrero por la mañana, presentó una denuncia ante la Guardia Civil de Padrón. La Policía Judicial del instituto armado en la provincia de A Coruña se encarga desde entonces de la investigación, que de momento no ha aportado datos relevantes.

En los días siguientes a la desaparición, la familia organizó batidas por zonas de Padrón, la comarca de Sar y el municipio vecino de Valga, pero no se halló ningún indicio sobre el paradero de Cándido Blanco. Nada se sabe de él ni de lo que pudo ocurrirle.

La Voz de Galicia

Empresas, asociaciones y centros educativos podrán participar en la decoración navideña de Padrón.

El período de inscripción, que será gratuita, está abierto hasta el 1 de diciembre

El Concello de Padrón ha convocado la cuarta edición del concurso Nadal na rúa, con el que busca que los vecinos decoren balcones, ventanas, escaparates, fachadas y jardines, tanto del casco histórico como de las zonas próximas. El gobierno municipal pretende ensalzar la belleza del patrimonio arquitectónico de la villa y para ello busca la participación de empresas, asociaciones y centros educativos.

En el certamen se repartirán 800 euros en premios. El período de inscripción, que será gratuita, está abierto hasta el 1 de diciembre en la oficina de turismo, aunque también se podrán anotar a través del correo electrónico turismo@padron.gal. Se solicitará a las personas participantes que envíen dos fotografías, una de día y otra de noche, al mismo correo electrónico citado, con fecha mxima del 12 de diciembre.

Las decoraciones deberán estar visibles en la vía pública desde el 11 de diciembre hasta el 6 de enero y en ningún caso podrán interrumpir la actividad cotidiana de la ciudadanía ni causar peligro a personas, vehículos o bienes. El valor de los premios será de 250, 150 y 100 euros, junto con un diploma para las empresas ganadoras. En el caso de la categoría de asociaciones sin ánimo de lucro, colectivos, entidades culturales o centros educativos, se contempla un primer premio de 200 euros y otro de 100. La totalidad de los premios deberá ser gastado en el comercio y la hostelería de Padrón hasta el 30 de enero del 2024. El jurado valorará especialmente la creatividad y originalidad.

La Voz de Galicia

El Museo do Ferrocarril reabre sus puertas y reactiva la demanda de un servicio de cercanías.

El Museo do Ferrocarril reabre sus puertas y reactiva la demanda de un servicio de cercanías
La alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, y el regidor de Vilagarcía, Alberto Varela, descubrieron la placa del Mufevi.

Vilagarcía ya tiene abiertas las puertas de su Museo do Ferrocarril, la huella histórica que demuestra la vinculación de la capital arousana con el “monstro de ferro”, que trajo el progreso a la ciudad hace ya 150 años. El entorno del Mufevi se vistió de gala con la presencia de personalidades políticas y otras vinculadas al mundo del tren. Carlos Abellán, que dirigió el Museo del Ferrocarril de Madrid, ejerció de maestro de ceremonias en el acto de inauguración. En él se quiso emular el primer viaje del tren en Galicia, que unió las localidades de Cornes y Carril en el año 1873. Es por ello que la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, y la teniente alcalde de Padrón, Chus Campos viajaron en tren desde sus respectivas localidades para no perderse el acontecimiento. En el andén les esperaba el alcalde vilagarciano, Alberto Varela. 

Ya en el Mufevi Abellán hizo un pequeño repaso por los detalles históricos que motivaron en su día la puesta en marcha de esta línea férrea, con un relato plagado de nombres de intelectuales como Trulock o Domingo Fontán. En su intervención aprovechó para reclamar una parada “aínda que sexa facultativa e durante a tempada estival” para Carril, al entender que “é un auténtico luxo que o tren pare xusto ao lado da praia”. Abellán también reclamó una conexión directa con Portugal e incidió en la importancia de contar con una línea férrea de cercanías, demanda esta que también sonó en boca de Goretti Sanmartín y del propio Alberto Varela.

El regidor vilagarciano explicó que la capital arousana no sería tal y como la conocemos sin esa primera línea de ferrocarril. “O tren fixo posible que Vilagarcía contase cun porto do Estado co coñecido ‘muelle del hierro’ como símbolo. Tamén permitiu a unión nunha soa cidade de Carril, Vilagarcía e Vilaxoán”, manifestó. También hizo alusión a que fue precisamente ese progreso el que puso en pie el Balneario de A Compostela, en su día “paradigma do turismo en Galicia”. Varela aplaudió esa colaboración con Santiago, haciendo alusión a que Vilagarcía “é o inicio do Camiño e Compostela é o final”.

La regidora santiaguesa hizo referencia a que la línea Cornes-Vilagarcía supuso un antes y un después en el desarrollo de Galicia. “Trouxo progreso e benestar”, declaró. Recordó que en aquel primer viaje el tren salió de Cornes (en Conxo) a la una menos cuarto y que a su llegada a Vilagarcía un globo aerostático celebraba tan histórico momento adornado con motivos ferroviarios. En esta reinaguración –con el Mufevi recuperando el color blanco original– no hubo globo aerostático, pero sí personajes vestidos a modo de ferroviarios y una visita guiada al interior del espacio, que busca ser un elemento dinamizador para el turismo.

En el interior del Mufevi puede conocerse la historia del ferrocarril y su incidencia en Vilagarcía, así como descubrir lo que él supuso para el desarrollo turístico de todo su entorno. También hay decenas de maquetas de locomotoras y vagones, así como una mucho más grande y en movimiento. La reinauguración del Museo do Ferrocarril de Vilagarcía se enmarca dentro de los actos del 150 aniversario de esta primera línea de tren. Estos continúan el próximo viernes a las siete de la tarde con la inauguración de una exposición y una charla en el Gato Negro de Carril. 

Diario de Arousa

ADIF adjudica por 10 millones la mejora de la vía entre Vilagarcía y Padrón.

ADIF adjudica por 10 millones la mejora de la vía entre Vilagarcía y Padrón
Imagen de archivo de la estación de tren de Pontecesures.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) invertirá 10 millones de euros en la mejora de las instalaciones de control de tráfico, comunicaciones y seguridad en el tramo Vilagarcía de Arousa a A Escravitude. La entidad adjudicó el proyecto a la UTE de las compañías Alstom Transporte e instalaciones y Técnicas Eléctricas Asturianas. El contrato incluye la redacción de la actuación y la ejecución de las obras de adecuación de las instalaciones de seguridad del ámbito de Pontecesures y los bloqueos en el trayecto de la línea a lo largo de 27,7 kilómetros.

El objetivo es aumentar la fiabilidad y capacidad del tramo, incrementando la regularidad de las circulaciones y potenciando también el tráfico de mercancías, en el marco del Corredor Atlántico ferroviario, según explica ADIF mediante un comunicado. El trayecto, que parte de Vilagarcía y bordea la costa y el río Ulla, incluye las estaciones de Catoira, Pontecesures, Padrón y A Escravitude, aunque esta última actualmente no cuenta con paradas en la localidad en los trenes regionales.


Los trabajos incluirán actuaciones en enclavamientos, contadores de ejes, sistema Asfa Digital, señalización fija y luminosa, sistemas de telecomunicaciones fijas, videovigilancia y control de accesos, sistema de energía, edificación técnica y obra civil auxiliar.

Entre las principales actuaciones que se abordarán figuran la instalación de un nuevo enclavamiento electrónico en la estación de Pontecesures y adecuación de los existentes en Vilagarcía, Catoira, Padrón y A Escravitude; elevación de nivel del sistema de bloqueos (herramienta para el control automatizado del tráfico) en las estaciones del tramo Vilagarcía-A Escravitude; instalación de focos y señales de tecnología LED; instalación de nuevas señales y contadores de ejes; nuevos equipos de telefonía; renovaciones de cableado de telecomunicaciones y energía. Finalizadas las actuaciones, la línea quedará lista para su futura electrificación a 25 kilovatios.

De igual modo, ADIF-Alta Velocidad recuerda que las obras serán compatibles con el mantenimiento del servicio ferroviario con normalidad, por lo que no se alterarán el funcionamiento de las líneas. Además, la entidad señala que este proyecto contribuye al Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS 9, en especial a sus metas de desarrollar infraestructuras fiables y de modernizar la infraestructura, y que podrá ser cofinanciada por el Mecanismo “Conectar Europa” de la Unión Europea (CEF). 

Diario de Arousa

Los churros, el sabroso legado del Capitán Pirata.

Ángel Doce fue marino; luego, de vuelta en tierra, puso en marcha un negocio de elaboración y venta de esos dulces bocados que ahora siguen preparando sus nietos en negocios como la Churrería Sandra

Recostada junto al Ulla, Pontecesures es tierra de lamprea… Y de churros. El dulce se ha convertido en insignia de esta localidad gracias a Ángel Doce, un marino que, en los años treinta del siglo pasado, decidió un día quedarse en tierra y ganarse la vida haciendo y vendiendo churros. De su tiempo en el mar le quedó un apodo, Capitán Pirata, un nombre por el que lo siguen recordando aún algunos de sus viejos clientes. Nos lo cuenta Lauro Jamardo, uno de ellos, que regenta junto a su mujer, Sandra, una churrería que lleva el nombre de ella. «Moitas veces, sobre todo cando vamos a zonas do interior, aínda hai vellos que recordan ao meu avó». Lo reconocen en las fotos en blanco y negro que decoran la moderna churrería móvil de Lauro, que se ha convertido en una suerte de homenaje sobre ruedas a la tradición de su familia.

Y es que Ángel Doce, el hombre que se subía a la bicicleta para repartir sus churros, o que se colgaba una bandeja al cuello para poder llegar hasta el último cliente, fue el primero de una auténtica saga de churreros y churreras que hacen honor al buen nombre heredado, tanto en Pontecesures como en cualquier lugar del territorio gallego. «Ademáis, houbo moita xente que traballou coa familia, aprendeu, e logo acabou montándose pola súa conta», cuenta Lauro.

Él tuvo una vida paralela a la de su abuelo: pasó algunos años embarcado, pero cuando nació su primer hijo decidió que eso de cruzar los océanos se había acabado. Su camino en tierra lo tenía claro: había crecido rodeado por el mundo de los churros y las ferias, conocía todos los secretos del oficio y lo más importante, le gustaba. Así que, junto a su mujer, puso en marcha la Churrería Sandra, que desde hace unos treinta años recorre ferias, está presente en eventos de todo tipo y no duda en poner sabor a todas esas celebraciones familiares que aspiran a crear recuerdos. Y es que algo tiene el sabor del churro que logra devolver a quien lo toma a su infancia. «Dínolo moita xente cando proba os churros con chocolate; porque o chocolate tamén o facemos coma se facía antes, ao baño María. Para nós, que nos digan iso é un orgullo moi grande», dice Lauro.

Hay quien afirma que la dificultad de un plato es directamente proporcional a la simpleza de la receta. Y debe de ser cierto. Porque aunque en la Churrería Sandra consideren que elaborar este producto «é a cousa máis sinxela que hai», lo cierto es que es preciso que tener mucha mano para conseguir un buen producto final: crujiente y esponjoso y dulce, con ese toque de azúcar que lo envuelve. La lista de ingredientes para conseguir esa maravilla es corta: agua hirviendo, harina y sal. «Que pasa? Que para que saia ben hai que usar un bo produto», explica Lauro. Considera fundamental utilizar un agua de gran calidad, porque «o churro, coma o pan, collen moito o sabor da auga». Además de escoger bien el líquido, es necesario acertar con el tiempo de amasado. «É moi importante. Non podes nin pasarte, nin quedar corto», explica Lauro. Con la masa lista, llega otro momento crucial: la fritura. Debe realizarse esta con aceite de girasol, «o de oliva non vale para o tipo de churros que se fan aquí». En la Churrería Sandra utilizan «un bo aceite de xirasol alto oleico», que debe estar a la temperatura justa antes de comenzar a freír. «Sandra e máis eu levamos tanto tempo nesto que xa non precisamos nin medila», señala.

En esta churrería, cada cucurucho de dulces se sirve con una sonrisa. Tienen una gran variedad de productos a disposición de sus clientes: churros de chocolate, rellenos de crema pastelera, crocantis, churros de chocolate blanco… En ocasiones sacan partido a la ductilidad de la masa y en San Valentín, por ejemplo, hacen dulces con forma de corazón. Hablando de parejas perfectas: no hay nada que acompañe a los churros mejor que el chocolate a la taza, y en la churrería Sandra lo saben. Por eso elaboran esa bebida caliente y suculenta con esmero, a la vieja usanza, huyendo de fórmulas que acortan tiempos y roban magia. «Hai chocolatadas que nos leva tres horas preparar», dicen desde detrás del mostrador, donde consideran que ese es un tiempo bien invertido. Bombones, rosquillas y otros dulces tradicionales completan la oferta de este negocio. Pero no se dejen engañar, porque además de guardianes de los sabores de nuestra infancia, Lauro y Sandra son también dos personas sin miedo a innovar, a experimentar, a abrir nuevos caminos. Lo hicieron hace unos años, cuando intentaron introducir la porra en su lista de productos a la venta. No funcionó: ese producto, hermano mayor de los churros, no tiene demasiado predicamento en Galicia. Lo que sí ha tenido éxito entre el público han sido los «bocachurros», unos bocaditos rellenos que elaboran por encargo.

Con esa cartera de productos, no es de extrañar que a la Churrería Sandra la llamen hasta de Valencia, para dar sabor a las Fallas. «Non podemos ir, co difícil que está atopar xente para traballar… Non podemos atender a todo», dice Lauro.

La delicadeza de los bocachurros

El bocachurro fue un invento de Sandra. Se trata de «un bocado de churro salado hecho con masa de churro y relleno de crema de diferentes sabores, de mermelada de pimientos de Padrón, de pimientos del piquillo…». También los hay con rellenos dulces, desde la típica crema pastelera, al dulce de leche, al chocolate… Se elaboran por encargo para fiestas y celebraciones.

La Voz de Galicia