La maleza que invade fincas de O Bordel de Padrón pone en alerta a los vecinos.

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O Bordel, la zona de Padrón entre el casco urbano e Iria, estaba llamado a ser un área de expansión de la villa, pero se quedó en un matorral, como es el caso de alguna de las fincas que en su día adquirieron firmas inmobiliarias. El pleno del Concello tiene aprobada una moción del grupo independiente para que se inste a los propietarios de los terrenos a limpiarlos, ya no solo por la pobre imagen que dan de una zona que es paso de peregrinos, sino también por el foco de infección que suponen.

Es el caso de la finca situada frente a los dos edificios de viviendas A Barca, cuya comunidad de propietarios ya remitió un escrito con firmas al Ayuntamiento solicitando la limpieza del terreno. Además de la maleza que crece a una altura considerable, de la finca salen bichos, como culebras y ratas, tal y como cuenta un vecino del inmueble y el titular de un taller situado casi de par de la finca.«A parcela leva sen limpar uns sete ou oito anos», cuenta esta última persona, para quien «se o Concello non sabe de quen son os terreos para requerirlle que os limpe é porque non quere xa que, ¿quen cobra o imposto do catastro?, pregunta. «Menos mal que non prende lume», añade.«Pasan os anos e isto sigue igual», lamenta otro padronés que pasea a diario por la zona y que recuerda que es tramo del Camiño Portugués y, por tanto, paso de peregrinos. «? unha selva», añade, en alusión a esta finca y a otra situada cerca del tanatorio, en la que se iba a construir la urbanización Paseo do Sar, pero se quedó en un matorral.

Es zona de paso de peregrinos pero también de vecinos, convecinos y personas de otros concellos que acuden al tanatorio y que encuentran en O Bordel el matorral de Padrón.

Casa en ruinas.

Cerca del edificio de viviendas, la maleza alcanza, además, una casa en ruinas de la que, prácticamente, queda la fachada en pie. «A imaxe que dá é denigrante e que teñan coidado os que aparcan aí os seus coches porque calquera día cae a parede», comenta un vecino de la zona.Lo cierto es que tanto esa finca como la otra que está próxima al tanatorio llevan años así. Desde el Concello, el concejal José Ramón Pardo asegura que se requerirá a los titulares para que las limpien, conforme al acuerdo plenario adoptado.Si no lo hacen, algunos vecinos son partidarios de que el Ayuntamiento imponga de una vez multas para acabar con una situación no solo lamentable por la imagen que transmite, sino también por la insalubridad e incluso el peligro, en caso de que se declare un incendio.

El fervor no decae en Requián.

El calor incentivó la venta de abanicos de la Virgen y la presencia de romeros y peregrinos.

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En Requián (A Estrada) no hay crisis de fe. Al menos eso es lo que asegura el párroco de esta capilla que cada 28 de agosto recibe a miles de devotos en su romería de Os Milagros. Ayer, que la fecha coincidió en domingo e hizo buen tiempo, en la capilla no cabía ni un alfiler. «Se máis misas poñemos, máis se enchen», explica orgulloso el sacerdote, Jesús Mayo. Hubo media docena de misas por la mañana y tres por la tarde. En ninguna se respiraba bien. «Na das doce menos cuarto e nas dúas primeiras da tarde había xente nas tres portas da capela», dice Mayo. También llegaron muchos peregrinos a pie hasta el santuario. Alguno hasta lo rodeó de rodillas, como era habitual antaño. Entre los de a pie llegaron el alcalde de A Estrada, José López, y el teniente alcalde, Juan Constenla. Hicieron trampa, porque solo recorrieron el trayecto final desde Vea, pero cumplir cumplieron.

La avalancha de devotos incentivó también la venta de recuerdos. Los cuatrocientos almanaques de la Virgen ya se habían agotado a las doce del mediodía y los llaveros y pulseras también tuvieron buena salida. Sin embargo, la estrella del merchandising de la capilla fueron los abanicos de la Virgen, muy recomendables en vista del calor y la avalancha de gente.

La Virgen volvió a salir en procesión con su manto bordado de billetes. De 20 y de 50 euros sobre todo, pero también había alguno de 100. Con semejante indumentaria no queda más remedio que la presencia de las fuerzas del orden vigilando de cerca la procesión. Sin embargo, no suele haber robos. «Á xente gústalle moiro acercarse á Virxe, tocala ou pasarlle polo manto as estampas, pero non levan nada, é todo por devoción», asegura el párroco. Esa devoción les lleva a discutir por ver quien lleva a la santa en andas y a empujarse ligeramente para coger sitio debajo o justo al lado. Cuando uno está ofrecido, todo vale.

La Voz de Galicia

Veinte peregrinos realizaron la ruta marítima en kayak.

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La iniciaron en O Grove y siguieron a pie desde Pontecesures.

Cuenta la leyenda que los discípulos del Apóstol Santiago recogieron su cuerpo y lo trasladaron a través del Mediterráneo y de la costa atlántica ibérica hasta Iria Flavia. Fue el origen del fenómeno jacobeo y de las peregrinaciones a Compostela, y la primera de las rutas, aunque, por ser marítima, la menos conocida y también la menos transitada, la del Mar de Arousa y Río Ulla.

A las seis de la tarde de ayer, la plaza del Obradoiro estaba repleto de personas que giraron la vista hacia un grupo de peregrinos que atravesaban el Arco de Xelmírez portando un remo en cada mano. Llegaban fatigados pero eufóricos y transmitiendo un gran espíritu de compañerismo. Guiadas por dos monitores, veinte personas siguieron la Ruta Xacobea, marcada por el único Via Crucis fluvial del mundo. Salieron el lunes de O Grove, en kayak hasta Pontecesures, a donde llegaron el jueves remando un total de 77 kilómetros. Una vez allí cambiaron la indumentaria marinera y caminaron hasta Padrón, donde pernoctaron. Al día siguiente recorrieron a pie los 25 kilómetros que separan este municipio de la capital de Galicia. Delante de la Catedral uno de los monitores entregó la acreditación correspondiente a cada uno de ellos y dieron por finalizada una semana «de grandes experiencias y aventuras».

La iniciativa parte de la empresa Camino en Kayak, que por segundo año consecutivo organiza esta ruta en grupo durante los meses de verano. Carlos, uno de los instructores, califica la experiencia como «Camino que hago, familia que gano». A otros, como el peregrino Nacho Villoc, les parece que «comparte valores históricos, culturales y de superación».

La Voz de Galicia

«Padrón está no bo camiño de saber aproveitar o seu potencial turístico».

Alberto Rey, técnico de turismo da capital do Sar, afirma que hai visitantes que repiten estancia na vila pola hospitalidade e gastronomía.

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Alberto Rey Castro (Padrón, 1982) leva catorce anos vinculado ao sector do turismo, seis deles como técnico do Concello padronés, onde comproba cómo o número de visitantes que atende no punto municipal de información turística «é maior cada ano».

-¿Como vai o ano en canto a visitas?

-No primeiro semestre do 2016 levamos máis de 15.000 persoas atendidas, un 40 % máis que na tempada anterior. A este ritmo, contamos con superar os 34.000 visitantes de 2015. Pero somos conscientes de que o número de turistas e peregrinos que se achegan a Padrón é moi superior aos datos manexados e poderíamos falar de 80.000 persoas ou máis que visitan a vila ao ano.

-Entón, o turismo é un sector en auxe en Padrón.

-Sen dúbida algunha. ? un dos principais motores económicos do noso país e, en Padrón, non podería ser doutra forma debido a todo o que ofrece a nivel cultural, patrimonial, natural e gastronómico.

-¿Considera que Padrón ten ben aproveitado todo o seu potencial?

-Está no bo camiño de aproveitar todo o que pode ofrecer. Temos a inmensa sorte de ter concentrado un gran número de recursos turísticos en poucos quilómetros cadrados, os cales atraen a un importante fluxo de visitantes. Entre todos, tanto o sector público coma o privado, temos o deber de marcar unha folla de ruta a seguir para facer as cousas ben e non morrer no intento.

-¿Cal é o perfil do visitante de Padrón?

-O visitante que se achega á vila é heteroxéneo. Padrón é un destino que pode abarcar calquera perfil turístico. Pola oficina de turismo achéganse dende familias con nenos, grupos de amigos, persoas que viaxan en solitario e, por suposto, peregrinos.

– ¿Qué o que máis lle gusta ao visitante da capital do Sar?

-Polo xeral, tódolos visitantes quedan encantados con Padrón.

-¿O tempo de estancia na vila é aceptable?

-A estancia nas localidades turísticas é a eterna loita que existe no sector. Estamos cun estudo que nos mostrará o camiño a seguir para que os visitantes aumenten a súa estadía no concello.

-¿E o visitante que vai a Padrón repite?

-Si, temos turistas que tódolos anos visitan a localidade e volven a pasar pola oficina de turismo a saudar e a buscar información de Padrón e do resto de Galicia. Aos visitantes hai que mimalos, tanto dende a atención que nós lle prestamos na oficina, coma en todos e cada un dos servizos que emprega en Padrón. A hospitalidade galega e como non podería ser doutra forma, a padronesa é, xunto coa gastronomía, un dos piares polos que a xente volta a Galicia e a Padrón.

– Neste concello, ¿quen ten máis peso, o turista ou o peregrino?

-Nestes momentos, o número de turistas é superior aos peregrinos. Pero o incremento de camiñantes é potencialmente maior nos últimos anos, polo que non tardará en superar aos turistas.

-¿Axuda ou prexudica a proximidade de Padrón con Santiago?

-Sempre axuda. O vínculo que teñen Santiago e Padrón é tan íntimo que a visita a unha das localidades non se comprende sen a outra. Xa se sabe: quen vai a Santiago e non vai a Padrón, ou fai romaría ou non. Os dous traballan de forma conxunta con 14 concellos máis. Temos que escapar dos localismos e traballar de forma conxunta porque uns complementamos aos outros.

La Voz de Galicia

Plantean una alternativa «sen perigo» al paso del Camino por A Picaraña.

Vecinos de la aldea de Angueira de Castro, en Rois, limpiaron un bonito tramo por el monte cerca de la vía N-550.

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Vecinos de Angueira de Castro, una aldea del municipio de Rois entre Padrón y Teo, vinculada a la leyenda del Apóstol y a la mítica Reina Lupa, proponen un trazado alternativo y seguro al tramo oficial del Camino de Santiago a su paso por A Picaraña. En este punto, la ruta portuguesa discurre paralela a la carretera N-550, de modo que los peregrinos deben caminar por el arcén de la misma.

Para evitar ese tramo, días atrás vecinos de Angueira de Castro señalizaron una variante segura, pintando flechas amarillas en el suelo, que ya fueron borradas. «¿Cal é o problema para sinalizar a alternativa segura?», se pregunta uno de los promotores. «Nós vemos como todos os días pasan peregrinos de lado da nacional e iso é un perigo continuo, polo que so se trata de evitar unha traxedia», añade otro.

Así, la alternativa que proponen pasa por meterse por una pista que gira a la izquierda después del polígono industrial de A Picaraña y continuar por todo un tramo de monte hasta llegar al antiguo camino real, antes de alcanzar la salida a la altura de O Pazo do Faramello y, con ello, volver al Camino.

Además de evitar la vía N-550, esa variante depara un tramo natural y tranquilo, a la sombra, a 50 metros de la carretera nacional, «sen perigo e sen o ruído do tráfico», explican los vecinos de Angueira de Castro, que en su día trasladaron esta propuesta al Concello de Rois y a la propia Xunta, pero sin éxito.

Además, cerca de ese trazado alternativo hay un área de ocio, junto a un riachuelo, en la que «os peregrinos poderían descansar». Los promotores de esta variante aseguran que la señalización de la alternativa «non prexudicaría a ninguén», ya que a uno de los dos locales hosteleros situados en el Camino le seguirían pasando los peregrinos de lado y al otro, por delante. Ni perjudicaría a nadie, dicen, y tampoco «costaría nada», añaden los vecinos de Angueira de Castro, más allá de señalizarlo una vez que los propios lugareños se ocuparon de limpiar con máquina y a mano el trazado del camino alternativo que, además, ahora también es usado por vecinos de esta aldea y de O Sisto.

«? un lugar precioso, tranquilo e é unha mágoa que non se use cando vemos o perigo que teñen todos os días os peregrinos andando pola beira da estrada N-550», concluyen estos vecinos de Angueira de Castro.

La Voz de Galicia