Los ´valeiros´ afrontan las dos últimas semanas de pesca y la fiesta de la lamprea.

A caballo entre Pontecesures y Carril (Vilagarcía), los pescadores de lamprea del Ulla, que constituyen el colectivo de «valeiros», afrontan la recta final de su campaña. Les restan apenas quince días de actividad para despedir la que puede pasar a la historia como una de las mejores temporadas que se recuerdan.

Empezó francamente mal, como se explicó a principios de enero. Pero el cambio experimentado en el tiempo a comienzos de marzo cambió la situación manera radical.

Satisfacción

Los pescadores, que con destreza emplean las nasas butrón con las que se captura esta especie, reconocen haber pescado grandes cantidades de producto, incluso con jornadas de trabajo en las que una sola embarcación podía obtener hasta un centenar de ejemplares.

Así pues, el balance global que hacen de la temporada es altamente positivo, si bien es cierto que los precio fueron mucho más bajos que de costumbre, precisamente debido a la abundancia de lamprea y a la reducción de los pedidos por parte de los establecimientos hosteleros especializados.

En ellos se preparan recetas como la de lamprea a la bordelesa, que es también la preparación que va a poder saborearse el domingo que viene, en el transcurso de la fiesta anual de exaltación de la «reina del río», que promueve el Concello de Pontecesures.

Las dos próximas semanas, por tanto, pueden ser para muchos la última oportunidad de degustar este pez, que ya no volverá al río para desovar hasta el año que viene.

A la venta desde 15 euros.

La lamprea que capturan los «valeiros» en el Ulla no pasa por lonja, sino que se venden directamente en los pantalanes de Pontecesures, cuando los marineros levantan sus nasas y recogen las capturas diarias. A diferencia de otros años, cuando se pagaban hasta 70 euros por las piezas de mayor tamaño, esta vez las más grandes se cotizan a unos 25 euros, mientras que la mediana se vende a 20 y la pequeña, a partir de 15 euros la unidad.

Diecinueve años de degustación

La Festa da Lamprea de Pontecesures cumple diecinueve ediciones el domingo que viene, coincidiendo con la festividad de San Lázaro. Desde primeras horas de la mañana el grupo folclórico Xarandeira va a animar las calles. La degustación dará comienzo a las 12.30 horas en la carpa situada en el puerto.

Faro de Vigo

As choivas do outono favoreceron a campaña de lamprea no Ulla.

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Nas pesqueiras de As Vellas, os pescadores empregan unha barca para botar e levantar as redes nos boquetes do río Ulla.

Outono de enchentes, ano de lampreas no Ulla. E así foi. As intensas e continuas choivas caídas nos meses de outono e inverno propiciaron que esta especie subira do mar para augas doces co que, despois dun arranque de campaña desigual debido, precisamente, ao elevado caudal do Ulla, a tempada de pesca tradicional neste río ao seu paso por Padrón tivo xornadas de pescar moitas lampreas.

Un exemplo: nas primeiras pesqueiras, nas que a veda pechou o venres e nas que os pescadores só traballaron este año catro boquetes, capturaron preto de 700 exemplares, e de aí para arriba.

Non obstante, nas últimas semanas houbo un «baixón» nas capturas, tal e como confirma o vixiante de recursos naturais da Consellería de Medio Ambiente, José Manuel Freire.

No concello de Padrón, a campaña está aberta nestes momentos nas pesqueiras situada no Ulla ao seu paso polas parroquias de Herbón e Carcacía. Na primeira delas, os pescadores deixaron de traballar as do primeiro tramo, Areas, para centrarse nas do segundo, As Vellas, nas que, dende o 16 de marzo, levan capturadas arredor de 70 pezas, segundo datos dun das persoas que acude ao río en nome de dous propietarios.

Tamén están a traballar as pesqueiras de O Canal e A Trapa, as primeiras xunto a ponte que cruza o Ulla, debaixo do convento franciscano. Nas Vellas, o venres pola mañá levantaron 17 exemplares e o día anterior, 9. ? aquí onde catro veciños de Herbón, todos eles pescadores experimentados, empregan unha barca de madeira para ir a botar e levantar as redes, ao igual que fixeron nas pesqueiras de Areas. Nestes casos, a recollida tradicional convertese en todo un espectáculo digno de contemplar.

O venres, o río levaba máis caudal de auga que nas últimas semanas, xa que se notaba que lle abriran as comportas ao embalse de Portodemouros, segundo comentaron os pescadores.

Nas seguintes pesqueiras do río, as do Canal, busca lampreas Antonio Caldelas Vidal, un veciño de Herbón de 50 anos, coa axuda do seu fillo. Estas pesqueiras, que se traballan a pe, son propiedade dos sete irmáns Caldelas Vidal. O venres prexudicoulle, precisamente, que o río levara máis auga. «Ao contrario que as outras pesqueiras, O Canal quere menos auga», explica Antonio. Por iso, non pescou nada mentres que o día anterior, o xoves, levantou tres exemplares.

Antonio Caldelas empezou a pescar case cun mes de retraso, ao non poder traballar coa auga que levaba o río. «Estas pesqueiras, con auga afogan». A tempada pasada, marcada tamén polo elevado caudal, so pescou 29.

Prezo acorde á recollida

O vixiante José Manuel Freire corrobora que foi un ano de «coller moita lamprea», pero que agora houbo un baixón que, por outro lado, cualifica de «normal ao descender o caudal de auga doce». Está convencido de que, tan pronto volva a chover, «haberá outra entrada forte» de lampreas no río. En canto ao prezo, como todo, a maior cantidade, menos valor. José Manuel Freire explica que, nestes momentos, se pode falar dun prezo mínimo por lamprea de 5 euros e un máximo de 14 euros.

La Voz de Galicia

Tras la tempestad… aluvión de lampreas.

VALEIROS /

Los valeiros Miguel Barreiro y Miguel Ángel Campos en su embarcación en el muelle de Pontecesures

Pocos podían presagiar a finales de enero o comienzos de febrero, cuando los temporales apenas habían dejado faenar a los valeiros, que esta acabaría siendo una de las campañas de pesca de lamprea de mayor abundancia que se recuerdan. ??O inverno foi moi duro. Choveu cinco meses sen parar, con temporais e riadas? continuas y ??estivemos case un mes sen poder traballar?, recuerda Miguel Barreiro, que comparte faena con Miguel Ángel Campos a bordo de ??Vicenta?, una de las once embarcaciones cesureñas autorizadas por Medio Ambiente para la pesca de lamprea con nasa butrón en el río Ulla. ??Non pagaba a pena? largar los aparejos ??coa auga que levaba o río. Rompía todo?, concuerdan Alejandro y José Ángel Pesado.Las capturas eran, por entonces, testimoniales y hubo que esperar hasta febrero para que la situación se estabilizase con ??vinte  ou trinta? ejemplares diarios por barco.
Pero nada comparable con lo que estaba por venir en marzo, con la llegada del anticiclón y los vientos de norte. ??Non se acorda tanta lamprea como este ano?. Miguel Barreiro y Miguel Ángel Campos llegaron a capturar 180 piezas en un solo día, que ascendieron a medio millar en una semana. ??As lampreas estaban todas na boca da ría? y con la mejoría climática subieron en tropel. Tanta abundancia tampoco es lo deseado, apunta Alejandro Pesado. ??Iso é malo para todos porque baixan os prezos? y, así lampreas que al inicio de la temporada se vendían por unos 35 euros, ahora se valoran en 15. Además, ??ao haber tanta cantidade, non damos sacado todo? el producto y algunas lampreas continúan fondeadas en el Ulla a la espera de comprador. Tal es así que en los últimos días, en los que las capturas empazaron a remitir de nuevo, algunas embarcaciones optaron ya por no salir a faenar. Barreiro y Campos piensan ??plantar?  la próxima semana: ??Para que se estropeen? las capturas sin haberles dado salida en el mercado ??é mellor que sigan subindo? río arriba, donde las esperan también en las pesqueiras de Herbón.
Y eso que las ventas no han ido mal. ??A xente está comprando bastante ben?, apunta Barreiro, sobre todo particulares, que son los principales clientes de los valeiros y que estaban ya impacientes por degustar este milenario pez. ??A quen nós vendemos é á xente dos arredores?, ratifica Alejandro Pesado. También, aunque menos, a restaurantes o intermediarios, y algunos incluso prueban en la lonja sin demasiado éxito. ??Véndense poucas e baratas?, dice Barreiro. Pesado lo pinta aún más negro: ??Na lonxa nin miran para elas?. Ahora, con la Festa da Lamprea a la vuelta de la esquina, suman un nuevo cliente: el Concello de Pontecesures que les comprará trescientos ejemplares que, reconvertidos en 900 raciones, satisfarán los paladares de quienes acudan el 6 de abril a la villa a dar buena cuenta de un producto que levanta pasiones y odios por igual.
La campaña de la lamprea continuará hasta el 13 de abril, aunque algunos ya compaginan esta actividad con la captura de chopo y, desde el mes pasado, con la campaña de la anguila en  las inmediaciones del puente de Catoira. Aunque esta última actividad no está arrojando resultados demasiado buenos. ??Houbo catro? anguilas ??a comezos de febreiro?, pero después ??desapareceron?, explica Alejandro Pesado.

Diario de Arousa

Las ´pesqueiras´ de la lamprea encierran historia y peligro.

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En el Bajo Ulla, a caballo entre las provincias de A Coruña y Pontevedra, o lo que es lo mismo, en el cauce que discurre por localidades como Padrón, Teo, Pontecesures, A Estrada y Vedra, la pesca de lamprea aún se practica como lo hacían los romanos. Se trata de las conocidas como pesqueiras, «ingeniosas construcciones formadas por grandes sillares de piedra que se sitúan dentro del río y se alinean en perpendicular o en oblicuo al curso del agua; estrategia que permite la captura de los peces cuando remontan el río».

Así lo explica Miguel Piñeiro, un gran conocedor del Ulla, de su preciado pez cartilaginoso y de los diferentes métodos de captura utilizados en este río. En su libro titulado «Lampreas e pesqueiras», publicado por Editorial Galaxia, Miguel Piñeiro resalta que «entre estas moles de piedra (lo que se llama corredor, pasillo o calle) o a ambos lados se colocan los ‘butrones’, ‘copos’ o ‘redes’ donde entran las lampreas».

También aclara que «la concesión para pescar lampreas en las pesqueiras del Ulla tiene su origen en un documento fechado en el siglo IX que en actualidad está en poder de la familia Lago de Herbón y que en su día fue interpretado por un fraile del convento de los Franciscanos».

Ese convento se sitúa prácticamente encima de las pesqueiras en las que trabaja Antonio Caldelas Vidal, un vecino de Herbón (Padrón) de 50 años que relata lo duro que puede resultar el trabajo en estos lugares y el riesgo que corren tanto él como los demás pescadores.

Hay que tener en cuenta que la actividad se desarrolla de noche y que las corrientes del Ulla son especialmente intensas en los lugares donde se sitúan las pesqueiras, sobre todo este año, después de tantos meses de lluvias copiosas. Caer al agua con temperaturas gélidas, con escasa o nula visibilidad y entre fuertes remolinos «puede provocar hemorragias en los oídos y todo tipo de problemas físicos, pero también la muerte», indica el propio Antonio Caldelas.

En su caso ya sufrió alguna que otra caída al agua, aunque afortunadamente pudo ponerse a salvo. Pero conoció compañeros que perdieron la vida trabajando en esas pesqueiras que, no cabe duda, forman parte de la historia y el patrimonio del bajo Ulla. Son construcciones con historia que «pasan de padres a hijos, generación tras generación, aunque a los jóvenes de ahora ya no les apetece tanto este trabajo ni se sienten tan implicados», indica Antonio Caldelas, padre de tres hijos.

Trabaja en las pesqueiras desde niño, aunque durante un largo periodo de su vida vivió del mar, antes de regresar al apasionante mundo de la lamprea y su escurridizo remontar del Ulla en busca de las zonas de desove.

Mientras trabaja y arriesga su vida para capturar las lampreas, primero colocando estratégicamente las redes y a la mañana siguiente levantándolas para comprobar si ha pescado algo, Antonio Caldelas Vidal apunta que este año está siendo especialmente bueno para los «valeiros», es decir, los pescadores que capturan el preciado pez a la altura de Pontecesures mediante el uso de la nasa butrón. «Pero para nosotros, en las pesqueiras, no está siendo una buena campaña; en mi caso no pude empezar a trabajar hasta hace una semana, debido al excesivo caudal que llevaba el río», reflexiona.

Actualmente Antonio Caldelas captura «tres o cuatro piezas cada noche», pero confía en que las cosas mejoren a partir de ahora, con el cambio del tiempo y la reducción del caudal. En cualquier caso, recuerda con nostalgia otras épocas de esplendor, cuando entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana del día siguiente había que levantar las redes de las pesqueiras casi cada dos horas, ya que se llenaban pronto de individuos de esta prehistórica especie marítimo-fluvial.

Miguel Piñeiro explica que «las pesqueiras del Ulla están formadas por grandes bloques, más o menos cuadrangulares, de piedras de muy variados tamaños; las que mejor se conservan cruzan prácticamente todo el río y soportan extremas corrientes de agua. Sus dimensiones varían, pero la media es de tres metros de alto por dos de lado y otros tantos de ancho. Están alineadas en perpendicular a la corriente cruzando casi todo el río menos una gran corriente central que se llama ‘vena’ y que queda libre de trampas. A los huecos que hay entre los bloques, en este río se les llaman ‘boquetes’ o ‘pasillos’ y es el lugar donde, a semejanza de las pesqueiras del Miño, se arman los artilugios de pesca», que son aparejos de uno o dos metros.

Faro de Vigo

Trabajo nocturno hasta el 9 de mayo.

Desde el 1 de enero es posible la pesca de lamprea en las pesqueiras de Areas (Herbón), donde se cierra la campaña el 28 de este mes. En el tramo del Ulla comprendido entre la pesqueira de As Vellas (Herbón) y la de A Trapa (Herbón), ambas inclusive, se autoriza la actividad hasta el 25 de abril, mientras que desde las pesqueras de A Caseta y Furado (Carcacía) hasta las de Lampreeiro está permitida la pesca de la lamprea desde el 10 de febrero al 9 de mayo. Las redes solo pueden colocarse en el agua desde las 20 horas hasta las 8 horas de la mañana siguiente. Se prohibe la pesca desde las 8 horas de los sábados a las 20 horas de los lunes. En Areas y As Vellas hay que dejar libre el canal central del río.

Faro de Vigo

Sabariz alerta del ´abandono y suciedad´ en la orilla pontecesureña del río Ulla.

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Luis Ángel Sabariz Rolán, miembro de la oposición municipal y portavoz de la Agrupación Cidadá de Pontecesures (ACP), vuelve a dirigirse al presidente de Portos de Galicia, José Juan Durán Hermida, para exigirle la urgente limpieza integral de la fachada fluvial de su villa.

No es la primera vez que plantea esta demanda, por lo que muestra su preocupación y malestar tras constatar que las peticiones de mejora formuladas con anterioridad no han sido atendidas.

De este modo el edil independiente denuncia la acumulación de basura y suciedad, pero también alerta sobre la imagen general de abandono que proyecta la proliferación de hierbas y maleza en toda la fachada fluvial, que coincide con el paseo marítimo de Pontecesures, su malecón y su puerto y que, en cierto modo, es una de las principales tarjetas de presentación de esta localidad ribereña.

Explica Sabariz que en la actualidad hay numerosos ciudadanos de otros municipios que cada mañana acuden a la zona portuaria para ver cómo se pesca la lamprea e incluso para adquirir este preciado manjar del río Ulla. Además, en el entorno se encuentran el club náutico, los pantalanes deportivos y una industria tan importante como Nestlé, por lo que se genera un importante movimiento de personas que a diario observan esa imagen de abandono a la que alude Sabariz.

Por su fuera poco, esa fachada fluvial puede verse desde la carretera principal Pontecesures-Padrón (N-550), lo cual contribuye a proyectar una mala imagen de la villa, que es, o eso cree Sabariz, la misma que se llevarán cuantos participen en las rutas marítimo-fluviales que van a realizarse por el Ulla desde ahora, animadas por la llegada del buen tiempo.

En definitiva, que Luis Sabariz considera que «se está perjudicando la imagen de la villa» a causa de lo que considera «un problema estético y de salubridad».

Hay que tener presente, y Sabariz lo resalta ante el presidente de Portos, que «la maleza crece en los márgenes del Ulla y los desperdicios se acumulan entre la misma». Incluso apunta que algunos arbustos crecieron tanto que tapan las vistas al río.

En un carta enviada a Portos el 23 de agosto pasado, Sabariz ya indicaba que «es una vergüenza que esto siga así en el puerto fluvial más representativo de ese ente público».

Muy lejos parecen quedar ya aquellos tiempos de promesas políticas que hablaban de inversiones millonarias para transformar casi por completo la fachada fluvial de Pontecesures. Ahora los vecinos parecen conformarse, según plantea Sabariz, con que se limpie y adecente la zona portuaria de su localidad.

Faro de Vigo