El mal tiempo retrasa en Herbón la plantación de los pimientos.

Lamprea y pimientos de Herbón. Las campañas de ambos productos tan valorados están marcadas por los continuos temporales de lluvia y viento. Por una parte, dificultan la pesca artesanal de lamprea en las pesqueiras del río Ulla y, en tierra, retrasan las primeras plantaciones de pimientos a cubierto.

«Vén o tempo de empezar a plantar e estamos todos a mirar para o ceo, a ver que pasa». Quien habla así es Domingos Martínez, de Pementos Evangelina, de Herbón, en el municipio de Padrón, uno de tantos productores que está a la espera de que el tiempo «compoña» para plantar los primeros pimientos de la temporada, en los invernaderos.

«¿Que vas plantar así?», dice este vecino de Herbón. «Non se poden abrir os invernadoiros; hai humidade e fai frío, non vale a pena plantar nada», dice.

De hecho, a día de hoy no hay prácticamente ni una sola plantación hecha. «Se chove, abres o invernadoiro, ventilas e non pasa nada pero con este aire arríscaste a que che leve todo», explica Domingos. Según cuenta, aún hay productores que, como él, tienen invernaderos sin cubrir pese a ir para mediados de febrero, cuando normalmente todo el mundo empezaba a plantar. Habrá retraso pese que, en su caso, las plantas de los viveros «teñen falta de sacar e de poñer na terra» porque «xa están perdendo» de desarrollar.

A mayores, en Herbón preocupa el retraso de alrededor de un mes de los viveros de plantas para las fincas al aire libre, que aún están sin hacer. «Estamos un día e outro sen facer nada e despois vén todo o traballo xunto enriba», asegura este vecino de la parroquia de Padrón.

La Voz de Galicia

Una bengala de barco perfora un tejado e incendia un trastero en Pontecesures.

Una presunta gamberrada a punto estuvo de causar una desgracia en Pontecesures. Una bengala de las que utilizan los barcos para pedir auxilio penetró sobre las 22,15 horas del domingo por el tejado de una vivienda de la calle San Lois de Pontecesures, causando un pequeño incendio en el ático.

El artefacto se estrelló contra un arcón congelador, pero en la habitación había una caldera y un par de depósitos de gasóleo. La hipótesis con la que trabaja la Guardia Civil es que la bengala fuese arrojada desde un edificio situado a unos 300 metros de distancia, en las proximidades de la carretera nacional.

La casa afectada se encuentra en una de las principales calles del casco urbano de Pontecesures. Consta de bajo, dos plantas y el ático, y en ella reside una única familia, que ocupa los dos pisos. Una de las residentes, Laura Villar, explica que el domingo estaban a punto de irse para cama “cuando escuchamos unas explosiones y unos golpes muy fuertes”.

Al principio creyeron que sería en el segundo piso, pero vieron que allí estaba todo en orden y entonces se asomaron a la puerta del ático, que es donde tienen la caldera del gasóleo, y donde además del congelador usan como trastero y ponen a secar la ropa.

“Entonces vimos por la puerta que salía luz y mucho humo”, relata Laura Villar. “Nos asustamos muchísimo -añade la vecina- porque allí tenemos los depósitos de gasoil para la calefacción”. Se puso tan nerviosa que en el momento de llamar al servicio de emergencias “marqué el número del 061 en vez del 112”. El fuego no era de mucha entidad y logró apagarlo su padre antes de la llegada del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Padrón. Poco después llegó también una dotación de la Guardia Civil.

Perforó el tejado

En el ático se encontraron restos de un artefacto que se identificó como una de las bengalas que utilizan los barcos de pesca para marcar su posición cuando están en apuros. Había hecho un pequeño agujero en el tejado y se estrelló contra el congelador, hasta el extremo de que lo desplazó unos centímetros. A pocos metros de distancia del arcón se encuentran la caldera y los depósitos de combustible.

La primera hipótesis con la que trabaja la Guardia Civil es la de que fuese un acto vandálico, y que la bengala procediese de un edificio situado a unos 300 metros de distancia, junto a la carretera nacional de Vigo a Santiago de Compostela.

Por la trayectoria y la forma de entrar en el tejado, en diagonal, se cree que fue lanzado desde una zona alta. “No creemos que haya sido intencionado contra nosotros porque no tenemos problemas con nadie”, añade Laura Villar. Eso sí, no oculta el temor pasado. “Fue una suerte que no tocara la caldera. Se quedó en un susto tremendo, pero pudimos haber salido volando todos”, afirma.

Al llegar el equipo de extinción se procedió a ventilar el edificio. Durante ese trabajo la familia esperó en la calle, pero regresó al inmueble sobre medianoche. El incidente no causó daños en más muebles ni en la ropa, y aunque inicialmente se les dijo que iría al trastero un equipo de la Policía Judicial para tomar pruebas, parece ser que al final no ha sido así.

El incidente generó una gran expectación, ya que el despliegue fue poco antes de medianoche en una de las calles más importantes de Pontecesures. El operativo duró algo menos de una hora, y la actuación de los servicios de emergencia fue rápida, según los afectados.

Faro de Vigo

Una bengala de un barco entra por el tejado de una vivienda en Pontecesures y causa una pequeña explosión.

casa

Afortunadamente, todo quedó en un susto con mayúsculas. Pero el suceso que la pasada medianoche sucedió en Pontecesures podría haber desembocado en tragedia. Una bengala, al parecer del tipo que se utiliza en los barcos de pesca para pedir auxilio, atravesó el tejado de una vivienda situada en el casco urbano. En la habitación en la que fue a para estaban las calderas de la calefacción, por lo que la explosión pudo haber sido devastadora. Afortunadamente, la suerte lo evitó. Efectivos especializados de la policía judicial visitarán esta mañana Pontecesures para intentar aclarar unos hechos que algunos consideran como una broma que se fue de las manos de sus autores.

La Voz de Galicia

Descienden los barcos en la campaña de la lamprea al no resultar rentable la faena.

El número de embarcaciones de pesca de lamprea en el río Ulla descendió entre finales de la semana pasada y comienzos de esta a solo cuatro, lo que viene motivado por los pésimos resultados de este inicio de campaña, que está siendo “con moita diferencia” la peor de estos últimos años, confirma el valeiro Ramón Barreiro. El excesivo caudal del río y las pocas capturas han desmoronado a los pescadores, que “non ganamos nin para cubrir os gastos” del seguro (unos 500 euros mensuales) ni de combustible, que pueden llegar a rondar los 200 euros.

MUY POCA DEMANDA

A estos factores hay que añadir la poca demanda de lampreas, no tanto por parte de los restaurantes sino de particulares. “A crise e a costa de xaneiro nótase” a la hora de colocar el producto en el mercado. “Apenas hai pedidos”, ratifica Barreiro, uno de los pocos valeiros cesureños que optaron por trabajar en los últimos días.

Ayer recogieron las nasas después de dos días sumergidas en el Ulla y, entre las cuatro embarcaciones,  sumaron alrededor de las quince piezas. Pero antes “levavamos tres días sen coller practicamente nada”, incide.

Tras la jornada semanal de descanso, los valeiros volverán a arriar esta tarde los aparejos aunque sin demasiadas esperanzas de que la campaña mejore a corto plazo, ya que “para mañá (por hoy) prevese a chegada doutra fronte” que descargará más lluvias en toda la comunidad, lo que impedirá que mejoren las condiciones del río Ulla.

Diario de Arousa

El caudal del río Ulla dificulta la pesca de lampreas en Herbón.

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El elevado caudal que presenta el río Ulla a su paso por Herbón, en el municipio de Padrón, dificulta la pesca tradicional de la lamprea en las primeras pesqueiras de este tramo fluvial, las de Areas, hasta el punto de que los pescadores apenas pudieron trabajar por la gran cantidad de agua que lleva el cauce. «¿Quen se mete ahí?», pregunta uno de ellos, Severino López, en alusión a como está el río.

Desde la apertura de la veda el pasado 1 de enero, apenas han echado las redes unos días y apenas han capturado unas pocas piezas, las primeras veces en los huecos a los que se llega a pie y hasta el viernes, únicamente, una vez con la barca.

En esta campaña son siete los pescadores autorizados: cinco se suben a la embarcación de madera y dos ayudan desde la orilla. Cuenta Severino López que si la barca estuviera en buenas condiciones aún se atreverían a cruzar el Ulla para echar las redes en todos los huecos pero al no ser así, «a metade do río vai quedar sen traballar». «Hai que facer unha barca nova porque esta ten 18 anos pero vexo difícil que se faga», asegura este vecino de Herbón. Hasta el viernes, por ejemplo, solo echaron cuatro redes en los huecos del río en la orilla de Herbón y tres en los de Cortiñas. Estaban a la espera de que bajara un poco el caudal para echar otras tres del lado de Herbón. «Teñen que quedar as paredes das pesqueiras libres de auga para poder traballar ben», explica Severino que, con 48 años, lleva pescando lampreas desde «rapaz».

Este vecino de Herbón cuenta que las riadas de las últimas semanas debieron venir, por lo menos, en octubre «para limpar o río e meter lamprea», porque, al hacerlo ahora, el pez «sube máis tarde». Por la cantidad de agua que lleva el Ulla, este pescador tiene claro que «ten que haber moita lamprea» pero el río «non nos deixa traballar para collela» y de ahí el desánimo que se palpa en este y otros vecinos autorizados.

«A choiva que veu agora debía vir no mes de outubro para limpar o río e meter lamprea»

La Voz de Galicia

La lamprea sigue de capa caída.

lamprea /

El gran caudal daña los aparejos y obliga a repararlos ??in situ? para poder devolverlos al río

El de 2014 se confirma con uno de los peores inicios de la campaña de pesca de la lamprea en el Ulla de los últimos años. Las condiciones del río, con mucho caudal y el agua muy turbia, dificultan enormemente el trabajo de los valeiros y, además, las capturas están siendo testimoniales durante esta semana, la única en todo lo que va de mes en la que las embarcaciones (un total de ocho, ayer) están saliendo a faenar de forma regular, aunque sea a costa de arriesgarse a romper los aparejos o a sufrir un accidente. ??Estando así o río xa non deberían permitir que se traballe?, comenta uno de los pescadores cesureños. ??Non sei como non hai máis accidentes?, reflexiona.
El excesivo caudal y la fuerte corriente del Ulla a consecuencia de las lluvias de las últimas semanas hace que los valeiros tengan que redoblar esfuerzos para conseguir sacar las nasas del agua y revisarlas. Algunos aparejos sufren daños y roturas, otros se enredan en el fondo e izarlos se hace más que complicado. Pero en muy pocos aparecen capturas: alguna trucha o escalo que son devueltos al río, pero lampreas muy pocas. Ayer, una vez más, la mayoría de barcos se fueron de vacío y solo una minoría pescaron una o dos piezas. ??Non paga a pena tanto traballo para coller unha ou dúas lampreas?, se resignaba un valeiro a bordo de su embarcación en la tarde de ayer. Otros consideran ??unha lotaría? conseguir pescar, por poco que sea, con estas condiciones en el río. ??Como non cambie o tempo imos seguir así?, auguran. Y a corto plazo no se vislumbran cambios, ya que las previsiones son de lluvias intensas en lo que resta de semana y también para los primeros días de la siguiente. Según las predicciones de MeteoGalicia será hacia finales de la próxima semana cuando el anticiclón irá ganando terreno y las lluvias tenderán a disminuir. ??Con que veñan dous ou tres días bos, sen chuvia, o río xa se pon ben?, algo que los valeiros esperan como agua de mayo para que la campaña empiece a remontar.
Hay que tener en cuenta que el inicio de la temporada de pesca se retrasó más de una semana debido a los sucesivos temporales y, desde entonces, tan solo en un par de jornadas las capturas rondaron la veintena sumando todos los barcos.

Diario de Arousa