La rotura de un depósito de fuel de la fábrica de Picusa, perteneciente al grupo Cortizo, provocó un importante vertido de fuel al río Ulla, que impregnó de chapapote uno de sus márgenes durante varios kilómetros, ya que las ??galletas? llegaron a observarse en las inmediaciones del puente de Catoira. El suceso creó una fuerte alarma entre los vecinos de Pontecesures, especialmente entre los marineros, que incluso cedieron sus embarcaciones para facilitar las labores de limpieza, en una imagen que semejaba a la vivida con la catástrofe del Prestige. El delegado provincial de Medio Ambiente, Juan Froján, visitó la zona afectada y dijo, a última hora de la tarde de ayer, que la situación estaba controlada.
El fantasma del Prestige volvió a estar presente ayer en Pontecesures con motivo de un impresionante vertido de fuel como consecuencia de la rotura de uno de los depósitos de la fábrica Picusa, perteneciente al grupo Cortizo, según desveló ayer la Consellería de Medio Ambiente tras efectuar las primeras investigaciones sobre el terreno.
Las mascarillas, los grupos de voluntarios, los guantes de latex, los de lavar la loza, las ropas de aguas, las botas y las lanchas impregnadas de chapapote fueron una constante durante toda la jornada de ayer para tratar de liberar al río Ulla de la mayor agresión medioambiental a la que fue sometido a lo largo de los últimos años, según expuso ayer el delegado provincial de Medio Ambiente, Juan Froján, que visitó la zona afectada en varias ocasiones a lo largo de la jornada.
Si en la lucha contra la contaminación marítima se ha avanzado algo desde el hundimiento del Prestige, la improvisación ha sido protagonista en la jornada de ayer, al igual que ocurrió en su día con esta tragedia.
Si bien, la dimensión del vertido no se puede comparar, lo cierto es que los primeros síntomas comenzaron a percibirse hace más de una semana. A pesar de las advertencias de algunos vecinos de que habían observado pequeñas gallegas de chapapote flotando en el río, los técnicos de Medio Ambiente no fueron capaces de detectar su procedencia, a pesar de que recorrieron la mayor parte de las industrias de la zona.
Pero ayer, cuando el vertido ya era más que evidente y el chapapote impregnaba todo cuanto encontraba a su paso cuando los agentes, siguiendo su mortífero reguero, descubrieron que procedía de un aliviadero de la empresa Picusa.
Demasiado tarde, según algunos de los vecinos que no daban crédito a lo que estaban viendo y que con las botas incrustadas en el fuel hasta los tobillos y las manos totalmente ennegrecidas, exigían responsabilidades.
Juan Froján, que comprendía el malestar de marineros y vecinos, aseguró que agentes del sevicio de conservación de la naturaleza han tomado muestras del vertido para que sea analizado, al mismo tiempo que se abría un expediente para depurar responsabilidades. Explicó que cinco visitantes fluviales, un agente territorial y dos técnicos de Augas de Galicia, todos ellos dependientes de la Consellería de Medio Ambiente, se desplazaron al lugar en el que se detectó el vertido y participaron en las labores de limpieza de las manchas de fuel, que se extendieron en un radio de dos kilómetros.
El delegado provincial, Juan Fronján, también estuvo en la zona afectada y contactó con los propietarios de la fábrica Cortizo. De este modo, desveló que según las primeras investigaciones, ??a rotura dun colector desta factoría foi a causante do vertido de fuel ao río?. Por ello, la propia fábrica montó un operativo integrado por empleados de la misma y miembros de Protección Civil, que junto al personal de Medio Ambiente procedieron a la limpieza de los restos del chapapote a lo largo de todo el cauce.
Esta labor permitió que a última hora de la tarde de ayer apenas se apreciasen, a simple vista, restos del vertido en el río. De todos modos, las labores de limpieza continuarán a lo largo de toda la jornada de hoy con la finalidad de eliminarlos totalmente.
Juan Froján manifestó sobre el terreno que durante toda la semana se mantendrá un dispositivo de vigilancia en el tramo del río Ulla afectado por el vertido, integrado por agentes de Medio Ambiente y una embarcación que tomará muestras en el río.
DIARIO DE AROUSA, 27/04/08