El pleno de Padrón aprueba el pago de facturas pendientes por casi 385.000 euros.

El alcalde expulsó de la sesión a los dos concejales del Partido Galeguista.

El pleno del Concello de Padrón aprobó en la tarde de ayer un reconocimiento extrajudicial de crédito por importe de casi 385.000 euros para el pago de facturas pendientes del año pasado y de este, muchas de las cuales no tenían consignación presupuestaria. El punto ya fue a pleno hace una semana, pero no salió adelante. Ayer, además del grupo de gobierno (PP), CIPa apoyó la operación por «responsabilidade política» mientras que el PSOE se abstuvo y el resto de la oposición votó en contra, con lo que el reconocimiento extrajudicial de crédito salió adelante.

Este era el segundo punto del orden del día y, en el tercero, el alcalde Antonio Fernández expulsó al portavoz del PGD, Ángel Rodríguez, cuando este intentó hacer una valoración política del año que ha pasado desde las elecciones municipales de 2015. El regidor le pidió que se ciñera al punto (adherirse a la central de contratación de la Fegamp), pero el edil galleguista insistió en hacer la valoración, con lo que al tercer aviso fue expulsado.

En la votación de ese mismo punto, sucedió algo similar con su compañero del PGD, Javier Guillán, aunque en su caso dijo que no esperaba a que el alcalde lo echase, que se marchaba él, pero Antonio Fernández acabó diciendo «estás expulsado». A Guillán le dio tiempo a decir que «de nada vale aprobar propostas no pleno, se logo non se executan». Así recriminó al gobierno local que «o que se acorda no plenos, logo non se fai» por lo que le preguntó para que asisten a las sesiones, «para enganar ao pobo ou para levar os cartos», explicó visiblemente molesto Javier Guillán.

El alcalde, por su parte, aseguró con relación a las expulsiones que él «non quería botalo, querían irse eles».

Por lo demás, la sesión, que duró menos de lo habitual, aprobó varias mociones del PSOE para que se insista en pedir la señalización de la estación del tren de A Escravitude; en la rehabilitación de viviendas del casco histórico; la deficiente conservación de señales e indicadores de lugares, límites de velocidad y del propio trazado del Camino de Santiago o sobre el deterioro del entorno de la iglesia de Iria-Flavia.

Algunas de estas mociones socialistas son reiterativas, pero la oposición denunció que no se llevan a la práctica.

También se aprobó una moción del grupo Alternativa por Padrón para que se regule la ocupación de espacios públicos con la instalación de terrazas y se controle que realmente se coloca el número de mesas y sillas concedidas, para que no haya «malestar» entre los hosteleros, como está sucediendo, según dijo el edil Cesáreo Pardal.

La que no salió adelante fue una propuesta de Veciños de Padrón en favor de la neutralidad de las instituciones democráticas en materia de religión. Pese a que el pleno padronés tiene aprobada una moción sobre la laicidad en el ámbito del Concello, ayer, además del PP, dos concejales más (Cesáreo Pardal y Eloi Rodríguez) votaron en contra de eliminar símbolos religiosos del salón de plenos y el primero incluso aseguró que él asistirá a los actos religiosos que lo inviten.

La Voz de Galicia

Pontecesures e As Torres, protagonistas.

O Descenso do Miño de Lugo tivo o As Torres-Romaría Vikinga segundo na clasificación final por equipos con 860 puntos, polos 1.049 do gañador, o local Fluvial de Lugo. Tania Álvarez, do Breogán), venceu na proba do K-1 Sénior coa vikinga Rebeca Laujrissen terceira, e José Ramón Castro ganou no K-1 Sénior para o Náutico Pontecesures. Este último club ampliou a tres o seu pleno de triunfos na Liga Galega de Infantís, tamén en augas de Lugo, tanto na categoría masculina coma nunha feminina co Breogán terceiro.

La Voz de Galicia

Una zona de Padrón olvidada y que acusa un gran deterioro en la N-550.

Un mal pavimento, suciedad, basura o aceras con verdín muestran el abandono de la zona de detrás del campo de fútbol.

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Travesía de la feria de Padrón: un pavimento deshecho o rebacheado hasta el infinito, suciedad en aceras y plazas de estacionamiento, verdín, adoquines rotos y, en general, una imagen de zona vieja y deteriorada. ¿Existe para el Concello esta zona de la villa situada detrás del campo de fútbol? Para muchos residentes, no. Y no es algo de ahora, es de hace muchos años, aunque la situación de deterioro general se agrava con el paso del tiempo.

«Está todo mal, fatal», asegura un vecino de la zona. La pregunta que se hacen él y otros residentes es: «¿que inversión recibiu esta zona nos últimos anos?». El gobierno bipartito de PSOE-CIPa solicitó en febrero del año 2011 una subvención para contratar personal para actuar en esta calle y en Mollet del Vallés, para levantar las viejas aceras, colocación de nuevos bordillos, reposición de pavimento y reubicación de iluminarias, todo ello en un tramo lineal de 350 metros.

La subvención le fue concedida al Ayuntamiento pero, según el PSOE, el actual gobierno dedicó el personal contratado a otros trabajos ya que, de acuerdo con una respuesta dada en pleno, no se actuó en esas calles porque «había outras actuacións máis urxentes que esas».

Tiempo después, la travesía de la feria parece los suburbios de Padrón, la zona menos agraciada y vistosa, con un firme rebacheado en múltiples puntos, zonas levantadas alrededor de los árboles, basura esparcida (plásticos, cartones y colillas), el verdín se come aceras, las paredes del campo de fútbol, bordillos rotos…

Del lado del campo de fútbol junto al río, no continúa la acera que viene de la pista del canal, con lo que los peatones tienen que caminar por el arcén de la pista. Del otro lado del campo, junto a la vía N-550, la pared de piedra presenta varias zonas en mal estado hasta el punto de que parece que amenaza venirse derrumbe.

Y todo ello de camino a una zona en la que, según datos no confirmados, se ubican más de 230 viviendas y varios negocios. La travesía de la feria es, además, la antesala de la que iba a ser la zona de nuevo crecimiento de Padrón, el entorno de la guardería y una de las primeras (malas) imágenes que ven los peregrinos del casco urbano. La pregunta: ¿cuánto se invierte en la zona?

Rebacheado. El firme de la travesía de la feria presenta amplias zonas rebacheadas que, ni así, evitan los charcos que se forman. La imagen del pavimento ilustra el deterioro general de la zona.

Sucias y rotas. Las aceras de la travesía están, en general, sucias y, en algún caso, con los bordillos rotos, sobre todo en plazas de aparcamiento de coches. En algunas zonas también tienen verdín.

Plásticos y colillas. La zona presentaba ayer bastante basura: plásticos, cartones y hasta colillas en torno a las terrazas de bares. Plástico y cartón podrían proceder aún del mercado dominical.

Derrumbe. En el camino hacia la travesía de la feria, el muro de la carretera N-550 está deteriorada en varios tramos y en algunos de forma tan acusada que parece que amenaza con caerse.

La Voz de Galicia

El gobierno local de Padrón vuelve a llevar a pleno las facturas pendientes.

El gobierno local de Padrón someterá al pleno del jueves el reconocimiento extrajudicial de crédito que no fue aprobado en la sesión del viernes, para el pago de facturas pendientes, en su mayoría del año pasado y de este, por importe de 384.000 euros. La oposición no lo apoyó al tratarse de facturas sin consignación presupuestaria, entre otras razones.

La Voz de Galicia

El Concello de Valga incorpora a su web los datos exigidos por la Ley de Transparencia.

Hace cuatro días, la lista de noticias que conforma el eje central de la página web del Concello de Valga estrenaba etiqueta. Bajo el epígrafe «transparencia», se recogía información sobre las cantidades percibidas por los concejales por conceptos como asistencia a Pleno (50 euros), a la Xunta de Goberno (60 euros), a las comisiones informativas (30 euros) y a las polémicas comisiones de coordinación (60 euros) cuya legalidad ha puesto en duda el PSOE local. Debajo de esa información, se despliegan copias de varios certificados de Hacienda sobre los ingresos de los siete concejales del gobierno local.

Los socialistas ya han revisado esa documentación y recalcan, tras verla, que en ella solo figuran los ingresos correspondientes a cinco meses, de enero a mayo del año pasado.

La Voz de Galicia

«Cela en público decía barbaridades, pero en privado era educadísimo».

Trillo descubre el lado más íntimo del escritor universal nacido hace 100 años.

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Trillo, a la izquierda, en la presentación del busto de Cela, en presencia del escritor, el 8 de junio del 98.

Natural de A Ameixenda (Cee) y vecino de Fisterra de pleno derecho ahora instalado en Bertamiráns, el abogado y escritor Benjamín Trillo Trillo fue amigo de Camilo José Cela hasta su muerte y ejerció de anfitrión del nobel, del que ahora se cumplen 100 años de su nacimiento, durante los cinco veranos que pasó en la Costa da Morte.

«Participé en todo lo que hacía. Me invitaba como su abogado, aunque no era su abogado ni nada, para que pudiese estar en los sitios a los que él iba. Le llevaba con mi coche por toda la zona de la Costa da Morte, donde grabó un documental con su hijo y él de guionista, centrado particularmente en el Cementerio de los Ingleses», recuerda Trillo. Ya lo había conocido brevemente años antes en la residencia universitaria del Colegio de Huérfanos de Periodistas en el que estaba instalado mientras cursaba Derecho en la Complutense.

A raíz de un artículo publicado en el que Cela decía que le gustaría que quemasen su cadáver y esparciesen las cenizas por el cabo Fisterra, el abogado, que entonces era concejal, y el alcalde, Valentín Castreje, le enviaron una invitación. Para su sorpresa, «vino con su mujer a pasar una semana y se alojó en el Cabo Fisterra», durante aquella Semana Santa.

Ya para el verano, la suegra de Trillo le ofreció la casa de la playa a la que se llega por la hoy llamada Corredoira de Don Camilo y donde está por deseo suyo el busto de piedra que él mismo trajo. Ahí se forjó la amistad a través de la cual pudo descubrir la verdadera identidad del autor de Madera de Boj, lo que iba a ser un relato familiar y acabó impregnado de Fisterra y de la Costa da Morte.

«Cela tenía dos caras y cada vez que veía un periodista delante cambiaba rotundamente de personalidad. En público era un botarate que decía barbaridades para llamar la atención y hacerse propaganda. En privado era educadísimo, más bien tímido, de una gran sensibilidad y muy amigo de sus amigos», resume el que fue su anfitrión durante cinco veranos, y que guarda en la memoria infinidad de anécdotas. «Paraba en el Cabo Fisterra, donde escribía toda la semana. Una vez una periodista joven me dijo si se lo presentaba. Accedí pero le adelanté: ‘no se fíe de lo que haga’. Tan pronto le dije que era periodista casi la echa de allí a patadas», relata el amigo del escritor, para quien, en cierta medida, esto era una necesidad porque Cela necesitaba promocionarse ya que «no era rico y vivía de su literatura». De hecho, considera que, después de Salvador Dalí, fue quien mejor supo aprovechar los medios en este sentido.

En otra ocasión, en Malpica, «se metió en una taberna. Yo quedé en el coche, pero al rato empecé a escuchar un montón de ruido y ya lo vi despotricando con los marineros que había allí. De hecho, en Fisterra había un primo de mi mujer, conocido por Manolete, que era muy mal hablado pero muy simpático. Pues Cela decía las mismas barbaridades que él o incluso más», continúa Trillo, que echa por tierra la imagen hosca del escritor o el desprecio que se le atribuye hacia su tierra y hacia el idioma.

«No ser considerado escritor gallego le dolía mucho. Habló conmigo multitud de veces sobre ese tema aunque ya entendía que no tenía salida, porque la personalidad de uno también es la que le hacen los demás. Realmente no escribía en gallego (aunque escribió también en gallego) porque consideraba que no le hacía ningún valor, que no tenía el mismo dominio que del castellano y que no podía hacerlo con la misma categoría: por tanto estaba mutilando su literatura. En esto se comparaba mucho con Valle Inclán», desvela Trillo, quien pone en valor otro detalle respecto al apego del literato con su tierra.

«Casi nos pedía perdón por cambiar la idea que incinerasen sus huesos y los esparciesen por el cabo Fisterra, pero dejó su fundación en Iria Flavia y nos decía: ?Yo nací allí y le debo esto a la gente de Padrón?. Por eso que para nada despreciaba el lugar en el que nació», concluye Trillo, que guarda grandes recuerdos del escritor.

La Voz de Galicia