Atracón de políticos «á feira»
Las familias del PSdeG-PSOE y del BNG se acercaron como siempre a las pulperías de la Alameda para dejarse ver, aunque cada uno se montó la fiesta por su lado
En la Ascensión, hay una atracción que no cuesta dinero y que entretiene como los coches de choque: el teatrillo que se monta en la Alameda cuando los políticos participan en lo que un concejal chisposo definía como «un gran polbo colectivo». No piensen mal: hablamos de pulpo.
Si recuerdan, el año pasado la pulpada política coincidió en campaña electoral, e incluso Gerardo Conde Roa se dejó retratar en la noria Sánchez con cara de mareado. Este año no hay elecciones, pero no por eso los representantes del pueblo desaprovechan la ocasión para despeinar niños, para abrazar abuelas y, en definitiva, para dejar ver lo campechanos que son y lo cerca que están del pueblo.
La consigna de ayer era: arreglados, pero informales. Los del PSOE bordan la estética casual ya desde que Felipe González y Alfonso Guerra patentaran las chaquetas de pana con coderas. Ahora van más de cazadora, pero igual de casuales.
Los grandes ausentes en el escaparate político de ayer fueron los del PP; si estaban, ni se les vio. Pero las familias nacionalista y socialista, juntas pero sin revolver, coincidieron tomando el pulpo en la carpa de Potel, que es una pulpería que sirve con la misma profesionalidad a tirios que a troyanos.
PSOE y BNG se encontraron sobre las 13.45 cerca de la estatua de Las Marías, pero cada uno hizo su vida, como los matrimonios modernos. A esa hora, el olor a churro lo ponía el puesto de Lito Mambis, las lambonadas eran de Tino, Hojaldres y Melindres, y el soniquete de fondo, de la Tómbola Imperial de Vigo, detrás de cuyo mostrador se colocaba, como una persona más, un perro que se llama M porque nació el 11 de marzo.
Por el BNG, caras como Néstor Rego o Xosé Manuel Iglesias, entre otros. En la familia socialista, el alcalde Bugallo; los concejales Pepe Baqueiro, Mercedes Rosón o Bernardino Rama; el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño; el presidente de la Diputación, Salvador Fernández Moreda; o el diputado Luis Toxo. Palabra: cuando subían todos de ganchete por la cuesta de la Alameda que acaba en la noria, la banda sonora de la atracción El Saltamontes les iba al pelo: primero, It’s raining men (Está lloviendo hombres) y, justo después, el clásico de Michael Jackson Who’s bad (Quién es malo). Y, por fin, el horizonte pulpero de los dominios de Potel, que este año tiene un pulpo bárbaro. Los gaiteiros tocaban una rumbita cuando los políticos del PSOE tomaron asiento y brindaron con tinto del país. Llamaba la atención la precisión, entre quirúrgica y peluquera, de los empleados de la pulpería a la hora de trocear a tijera el cefalópodo más celebrado de la gastronomía gallega. Los políticos se nutrieron y brindaron con tinto y los fotógrafos se llevaron sus fotos «á feira». Todo según lo esperado.
LA VOZ DE GALICIA EDIC. SANTIAGO 02/05/2008