El arzobispo bendice la imagen del beato Francisco Jesús Carlés.

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Residió y predicó la Palabra en Siria, de ahí que ayer se recordara el conflicto que vive el país -Murió en 1936 y fue beatificado en 2007

Los fieles se congregaron ayer en la iglesia parroquial de San Xulián de Pontecesures, a la que hace días llegó la imagen del beato Francisco Jesús Carlés González, cuyas reliquias fueron presentadas en este mismo templo hace cuatro años.

La razón de este encuentro no era otra que asistir a la ceremonia religiosa oficiada por el arzobispo de Santiago en la que se procedió a la bendición de dicha imagen.

Como explicó el párroco, Arturo Lores, los actos litúrgicos de ayer eran también una buena oportunidad para “rezar” por cuantos atraviesan dificultades y sufren a causa del conflicto que se vive en Siria, ya que el mártir pontecesureño nacido en 1894, fallecido en 1936 y beatificado en 2007 vivió allí. Estudió árabe y perfeccionó sus conocimientos de italiano y francés en el Convento de Alepo, antes y después de ejercer como coadjutor parroquial en Knaye, también en Siria.

Fray Francisco Jesús Carlés González ingresó como postulante en el Colegio Franciscano de Santiago de Compostela siendo un niño. A los quince años de edad se fue a Chipiona (Cádiz), donde inició el noviciado. Una vez terminada la carrera sacerdotal, en 1917, fue ordenado presbítero en Córdoba, siendo su primer destino el Convento de Fuente Obejuna. Regresó casi dos décadas después, en 1935, tras su periplo por Jerusalén, Belén y Siria. Fue ajusticiado al año siguiente junto a otros religiosos por negarse a blasfemar.

Ayer se recordó todo esto en la iglesia pontecesureña, donde los feligreses rezaron por este mártir y beato del que, como queda dicho, ahora se muestran tanto las reliquias como una fotografía y su figura, ya bendecida.

Faro de Vigo

El mártir cesureño que vivió en Siria estrena figura en la iglesia con la bendición del arzobispo.

ARZOBISPO SANTIAGO CESURES BENDICE /

El momento de la bendición de la figura, ayer, en el templo parroquial.

La iglesia parroquial de Pontecesures recibió ayer la visita del arzobispo de Santiago, Julián Barrio, para proceder a la bendición de la figura que el templo estrena dedicada a Francisco Jesús Carlés González, mártir y beato nacido en la localidad en 1894.
La iglesia contó con una nutrida afluencia de fieles que quisieron asistir al acto religioso. El párroco de la localidad, Arturo Lores Santamaría, explicaba esta semana que la decisión de dedicar una figura al beato se tomó coincidiendo con las tristes noticias sobre el pueblo sirio, un país donde el religioso cesureño llegó a residir, aprendiendo varios idiomas, tras custodiar lugares santos en Jerusalén. En su estancia en Alepo estudió lenguas árabes y también dominaba el francés y el italiano. Posteriormente regresó a Jerusalén, Chipiona y, por último, Fuente Obejuna, donde fue asesinado durante la Guerra Civil, lo que le valió el reconocimiento de la Iglesia como mártir.

Devoción
La parroquia contaba hasta ahora con un cuadro del beato y una reliquia, pero ninguna figura que lo representase.
La presentación de las reliquias, años atrás, contó también con la presencia del arzobispo. El beato cuenta con una gran devoción, lo que ayer quedó patente en la respuesta y afluencia de vecinos . En los oficios hubo oraciones para con los que más sufren en el conflicto internacional abierto.

Diario de Arousa

La «oficina» de la droga estaba en Lestrobe.

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De los nueve acusados, solo uno declaró porque aceptaron un acuerdo con el fiscal.

En Padrón, los narcos iban a «la oficina». Al menos el grupo juzgado esta semana por formar parte de una organización dedicada a la venta al por menor de heroína, cocaína y cannabis. De los nueve acusados, ocho no llegaron ni a declarar en la vista oral. Aceptaron un acuerdo con el fiscal a cambio de rebajar las penas que les pedían. Entre ellos, el jefe, Fernando Baleirón Abuín, y su lugarteniente, Secundino Osorio Tarrío, que tendrán que ingresar en prisión dado que han aceptado condenas de seis y cinco años, respectivamente.

«La oficina» era la casa que el cabecilla del grupo de narcotraficantes había alquilado en Lestrobe (Dodro) para utilizarla como centro de operaciones. El inmueble, situado en la carretera de Rianxo, era frecuentado por toxicómanos que acudían a comprar sus dosis y que muy frecuentemente fumaban o se inyectaban allí mismo.

En las numerosas conversaciones telefónicas interceptadas por la Guardia Civil durante los largos meses de investigación son constantes las referencias a la casa como si de un lugar normal, y legal, de trabajo se tratase. El jefe, Baleirón, llamaba a sus colaboradores y les preguntaba «¿estás en la oficina?» o les advertía de que tal o cual cliente «iban a pasar por la oficina» y les pedía que les atendiesen debidamente con palabras en clave como «del color» para la heroína.

Aquella «oficina» de la droga de la comarca de Padrón fue por tanto vigilada día y noche por los agentes y se documentó cada movimiento de los narcotraficantes. La Guardia Civil supo así que, en un momento dado, el grupo sufrió un robo. Alguien aprovechó que el inmueble se quedaba vacío por las noches para entrar y llevarse la mercancía que tenían allí almacenada. Ese fue el momento en el que Fernando Baleirón decidió cambiar el modus operandi de la organización y dejar en «la oficina» un retén que la vigilase 24 horas al día.

Todos menos uno de los colaboradores del grupo han aceptado su participación en los hechos y condenas de entre tres y tres años y medio de prisión. No las cumplirán, de momento, porque el acuerdo con el fiscal incluye una suspensión por tres años de la condena siempre y cuando se sometan a un tratamiento de desintoxicación con controles periódicos cada seis meses que demuestren que ya no consumen estupefacientes. No en vano, todos eran toxicómanos, un factor que ha sido tenido en cuenta como atenuante a la hora de juzgarlos porque se considera que cometieron los delitos para, en parte, sufragarse las dosis que necesitaban.

En la estructura que la banda montó en Padrón, además de «la oficina», también utilizaban para sus ventas, aunque en menor medida, el piso en el que vivía Fernando Baleirón con su novia -también condenada- en la capital del Sar. Su lugarteniente, Secundino Osorio, hermano de su pareja, también vivía allí con ellos. El tercer lado del triángulo era un bar situado en la plaza de Camilo José Cela, el A Lareira, en el que estaba al frente otra de las acusadas que ha aceptado los hechos a cambio de una reducción de la condena.

Venta a pequeña escala
El grupo contaba además con un numeroso parque de automóviles que utilizaban para ir y venir de «la oficina» con la droga. Se abastecían con dos intermediarios de Vilagarcía que también han aceptado los hechos y han sido condenados.

El de Baleirón era un grupo de venta de droga a pequeña escala pero muy bien organizado. De hecho, él llevaba una libreta con la contabilidad día a día tanto de las compras de droga a sus proveedores como de las ventas que hacía. Papelina a papelina, gramo a gramo, todo quedaba allí registrado. Tanto control le hizo llevar bien el negocio, pero también aportó a la Guardia Civil muchas e irrefutables pruebas.

La casa de Lestrobe ya no es «la oficina» de la droga. Tras el desmantelamiento de la banda el inmueble ya no es el epicentro del menudeo de estupefacientes en la zona de Padrón. No hace mucho hasta allí acudían a diario toxicómanos de la comarca e incluso de Santiago.

Gramo a gramo, el jefe de la banda registraba en su libreta todas las ventas que hacía.

La Voz de Galicia

Empiezan a retirar las piezas del Alvia de Grúas Estación.

Las piezas del convoy que formaban parte del tren Alvia que se estrelló en 2013 en Santiago y causó la muerte de 82 personas empezaron a ser retiradas de una nave de A Escravitude en Padrón. Las piezas se encontraban al fondo de una gran explanada en las instalaciones de Grúas Estación, en el margen de la N-550, en el tramo que une Santiago y Pontevedra.

El Correo Gallego

Pontecesures pide la protección del beato Francisco Carlés ante los conflictos armados.

La iglesia de San Xulián estrena imagen del mártir local, que vivió en la ciudad siria de Alepo y fue asesinado en la Guerra Civil.

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El sacristán de la parroquia de San Xulián junto a la imagen del beato Francisco Jesús Carlés.

La iglesia parroquial San Xulián de Pontecesures celebra este sábado a las 18 horas la bendición de la imagen del beato originario de este municipio, Francisco Jesús Carlés González, en un acto religioso que estará presidido por el arzobispo de Santiago. De esta forma, los feligreses de esta parroquia podrán solicitar la protección del santo ante los conflictos armados que preocupan en la actualidad, ya que el beato fue un monje franciscano que vivió en la ciudad siria de Alepo, que fue asesinado durante la Guerra Civil española

El párroco de San Xulián, Arturo Lores Santamaría, recordó que este templo ya atesora las reliquias del beato desde noviembre de 2011 y también hay un cuadro con su retrato, pero hasta ahora no había una imagen del religioso franciscano natural de Pontecesures, que fue beatificado en Roma en el año 2007.

Los acontecimientos político-sociales que se están viviendo en los últimos tiempos, con la guerra de Siria y los atentados terroristas, han llevado al párroco de San Xulián a decidir encargar una imagen de Francisco Jesús Carlés González, que ya está en la iglesia, pero que será bendecida y presentada a todos los feligreses en los actos litúrgicos del próximo sábado por la tarde.

“La idea de encargar la imagen del beato Francisco Jesús Carlés viene a raíz de la situación que estamos viviendo. Este religioso franciscano nacido en Pontecesures en 1894, fue ordenado sacerdote en 1917 y posteriormente estuvo viviendo en la ciudad siria de Alepo, donde aprendió el idioma árabe y perfeccionó el italiano y el francés. Posteriormente volvió a España y en la localidad de Fuenteovejuna murió asesinado durante la Guerra Civil”, recordó el párroco de San Xulián.

Como miembro del Colegio de Misiones para Tierra Santa y Marruecos, el franciscano natural de Pontecesures estuvo en Jerusalén, donde como misionero tuvo entre sus funciones la de custodiar lugares santos como Belén o el sepulcro de Jesucristo. En Siria vivió de la caridad y estudió lenguas árabes que, según sus historiadores, dominaba casi a la perfección. Ya en España, Francisco Carlés, a la edad de 42 años, formaba parte de la fraternidad de Fuenteovejuna junto a otros seis religiosos que a finales de 1936 fueron ajusticiados por unos milicianos, al negarse a blasfemar.

Desde entonces la iglesia los consideró mártires y en 2007 fueron beatificados.

Faro de Vigo

Herido grave un motorista en un accidente en Padrón.

Un motorista que chocó contra un coche en la recta de A Picaraña, en Padrón, resultó herido grave y tuvo que ser trasladado por los servicios sanitarios de urgencia hasta el Hospital Clínico de Santiago.

El accidente se produjo al filo de las cuatro de la tarde de ayer. Como consecuencia del impacto, el motorista cayó al suelo y se produjo lesiones en diversas partes del cuerpo. El accidente, además, entorpeció la circulación en la vía, la carretera nacional N-550, ya que los vehículos afectados quedaron en uno de los carriles. Por este motivo, se produjeron retenciones.

El 112 envió a la zona al grupo supramunicipal de emergencias de Padrón y a agentes de la Guardia Civil de Tráfico.

La Voz de Galicia