Los ganaderos deciden abandonar sus campamentos en Larsa, Clesa y Nestlé y desbloquean las fábricas.

Un centenar de profesionales del sector llevaba cinco días frente a las factorías de Vilagarcía, Caldas y Pontecesures.

Los ganaderos que el viernes comenzaron a bloquear las fábricas de Larsa (Vilagarcía), Clesa (Caldas) y Nestlé (Pontecesures) han decidido levantar el campamento tras el principio de acuerdo alcanzado por la plataforma, que ha desconvocado la huelga de entregas. A las cinco y media de la tarde los ganaderos acampados en Vilagarcía preveían empezar a dejar salir los camiones de las factoría aunque el desalojo del entorno se irá realizando a cuentagotas, pues algunos huelguistas se marchan esta tarde, si bien la mayoría lo hará mañana por la mañana.

Los ganaderos de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes que estaban concentrados en las plantas arousanas agradecen la solidaridad manifestada por los vecinos, así como también por parte del Concello de Vilagarcía, que les proporcionó una nueva carpa para refugiarse de las inclemencias meteorológicas. Tras el fin de la huelga, esta tarde han telefoneado al alcalde socialista Alberto Varela para que se traslade a O Pousadoiro y así poder despedirse de él y darle las gracias por su respaldo.

Faro de Vigo

Los tractores llegan a Vilagarcía y Pontecesures.

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A las 9 horas de ayer un grupo de ganaderos de la zona de Lalín y Silleda se guarecía de la llovizna en la marquesina que hay junto a la entrada de Larsa, en la carretera hacia Trabanca Badiña. Tenían aire cansado, pues llevan desde el lunes pisando sus casas solo para dormir o pegarse una ducha. Los tractores con los que estuvieron protestando tanto junto a la muralla de Lugo como en Santiago permanecían aparcados en silencio a la entrada de la industria láctea vilagarciana. El conflicto lácteo llegó a la comarca arousana, con concentraciones en la capital arousana y Pontecesures.

Una panadera que estaba repartiendo con su furgoneta y que bajaba de Trabanca Badiña se detuvo unos segundos ante los ganaderos, que se guarecían de la llovizna bajo la marquesina que hay junto a la entrada de Larsa. Les preguntó si en algún momento iban a cortar el tráfico en la rotonda, uno de los principales accesos a Vilagarcía. Ellos le respondieron que no.

Dicen que no quieren causar molestias a los vecinos con piquetes ni tractores en medio de la carretera; ni siquiera tienen previsto obstaculizar a los trabajadores de las industrias lácteas, y de hecho ayer dejaron pasar con normalidad a los operarios de Larsa que entraban en el turno de mañana. Lo único que pretenden es impedir la entrada y la salida de leche de la factoría, para de ese modo protestar por los precios que están percibiendo por el litro de leche (en torno a 27 céntimos de media, según ellos) y la falta de medidas concretas que garanticen que las industrias cumplan después lo acordado.

Pero no solo hay concentración frente a Larsa, sino también frente a la Nestlé, en Pontecesures, y a la factoría de Clesa, en Caldas. La actividad de las industrias en Vilagarcía y Pontecesures se vio seriamente afectada. Los primeros tractores llegaron a Pontecesures sobre las 21,30 horas del viernes, y a Vilagarcía ya pasada la medianoche. Los ganaderos proceden de Rodeiro (que están en Pontecesures), Lalín, Silleda, Vila de Cruces o A Estrada? Y aunque poseen tractores modernos, potentes y bien equipados, un viaje desde Santiago o Lalín a Vilagarcía se hace muy pesado. «A 25 kilómetros por hora son bien dos horas de viaje», afirma Luis Cejo.

Algunos se las apañaron para dormir en las cabinas de sus tractores, y otros se turnaron para ir a descansar en sus casas, mientras otros ganaderos que se acercaron hasta Vilagarcía en coche les relevaban en esa primera madrugada de cerco a la industria láctea, un nuevo paso que los ganaderos gallegos decidieron dar el viernes en esta larga batalla que mantienen con la administración y parte del sector empresarial.

Su intención es quedarse como mínimo hasta el martes, cuando está prevista una nueva reunión en Madrid. Y entre tanto no les queda otra que armarse de paciencia e ir matando el tiempo de la mejor forma posible.

Pasadas las 9,30 horas de la mañana, varios de ellos se fueron a buscar el calor de una cafetería abierta, y tras otro relevo, sobre las 13 horas recibieron la visita del alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, y del diputado autonómico socialista, Pablo García.

Los ganaderos le pidieron al alcalde unas sillas para el tiempo que pasarán en la rotonda de Larsa, y le plantearon la posibilidad de hacer en la ciudad un reparto gratuito de leche para demostrar que, con los precios actuales, no ganan mucho menos regalándola, según uno de los afectados. Alberto Varela les respondió que «por nuestra parte no hay ningún inconveniente para que hagan ese reparto de leche», y les transmitió «nuestra solidaridad con la lucha que están emprendiendo». Asimismo, les ha ofrecido el uso de alguna instalación municipal «si quieren tener un sitio en donde descansar o darse una ducha». En Vilagarcía se han concentrado en torno a una treintena de tractores. La cifra es menor en Pontecesures, donde también han recibido la visita de la alcaldesa, la nacionalista Cecilia Tarela.

Los ganaderos están muy preocupados. Muchos ya tendrán que empezar a tirar la leche.

Faro de Vigo

Los tractores llegan a Vilagarcía y Pontecesures.

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Los ganaderos alcanzaron anoche la fábrica de Nestlé en Cesures y esta mañana esperan bloquear también la de Larsa en la capital arousana.

El conflicto del sector lácteo acaba de alcanzar Arousa. Ganaderos de Rodeiro, Lalín, A Estrada y Silleda se dirigían anoche a Vilagarcía para bloquear, a partir de esta mañana, el funcionamiento de la planta de Larsa en la capital arousana. El mismo plan reza para la factoría de Clesa en Caldas de Reis. Pero la primera avanzadilla está ya en Pontecesures desde las 22.30 horas de ayer. El acceso a la fábrica de Nestlé fue rodeado por una veintena de tractores. Sus propietarios no están dispuestos a ver cómo la industria y las políticas de precios malogran una actividad centenaria en Galicia. «Isto temos que solucionalo si ou si», afirmaba uno de sus portavoces. De momento, el Concello cesureño ya ha mostrado su solidaridad con el sector. La alcaldesa, Cecilia Tarela, ordenó la apertura del anexo del pabellón municipal de deportes para que los manifestantes puedan ducharse y descansar.

La Voz de Galicia

Un cerdo de cien kilos por 400 euros.

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Los valgueses se reunieron en torno al banco del matarife para dar cuenta de un cochino tal y como se hacía antaño, o casi. Los vecinos vivieron una de esas fiestas familiares y vecinales que se vivían antaño, cuando eso de sacrificar puercos era algo de lo más frecuente en el rural. Además de dramatizar la matanza, paso a paso, se procedió a subastar al cerdo muerto y se desarrolló una comida con productos típicos en la que participaron unas 250 personas.

El Concello de Valga es especialista en eso de escenificar fiestas con sabor a pasado que sirven para recordar las raíces y costumbre de un pueblo. Lo hace con la «sementeira», la «malla» y tantas otras celebraciones casi rituales, como ayer se demostró con la matanza del cerdo.

Los vecinos, hombres y mujeres, niños y adultos, se reunieron para asistir al sacrificio de un animal de alrededor de cien kilos de peso que posteriormente fue subastado entre los presentes, haciéndose con él un vecino de Vilarello llamado Alfredo Rodríguez, por una cantidad de 400 euros.

Después llegó el momento del almuerzo, como no podía ser de otra manera a base de platos típicos relacionados con esos cerdos que tan bien se criaban en las casas del rural y tan sabrosos resultaban. Unas 250 personas dieron cuenta de «rixóns», zorza, cocido, «bolos de pote», filloas de sangre, morcillas y otros productos en un almuerzo que se prolongó durante casi todo la tarde y en el que no faltó la música, por lo que está de más decir que la animación fue absoluta.

Era el momento de contar anécdotas y repasar el discurrir de la matanza llevada a cabo por la mañana, cuando los asistentes pudieron ver cómo se sacrificaba al cerdo y se quemada para eliminar suciedad y pelos. Posteriormente se lavó a conciencia, para que no quedara rastro de ceniza ni de porquería de ningún tipo, antes de colgarlo como paso previo a ser descuartizado.

En definitiva, que se escenificó una matanza a la antigua usanza, de esas que se saboreaban con vinos del país, chupitos de aguardiente, un indudable espíritu de solidaridad y orden. Eran matanzas casi jerárquicas, en las que un especialista se ocupaba de acabar con el animal, los hombres realizaban las tareas antes expuestas y las mujeres se encargaban de limpiar las tripas y preparar cada trozo de carne.

Faro de Vigo

«O alcalde de Valga xoga cos cartos de todos».

Los vecinos que consiguieron impedir la construcción de un polígono industrial en Valga lamentan que el Concello presente un recurso contra la sentencia dictada por el TSXG.

Recuadaron el dinero para el pago del proceso judicial por medio de donativos y la venta de lotería, el TSXG falló a su favor, declarando ilegal la consturcción del polígono industrial de Valga, y asumen con resignación la decisión del Concello de destinar fondos públicos para recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo, sabiendo que una parte procede de sus impuestos.
María Ferreirós, Eloy Buceta, Sandra Freiría, José Fabeiro y Ana Lorenzo esperaban la decisión del gobierno local, pero no por eso dejan de considerar de que es lamentable. «Xoga cos cartos de todos os veciños e non perde nada porque non saen do seu peto», comentan refiriéndose al alcalde, José María Bello Maneiro.
Son cinco componentes del grupo que promovió la campaña contra la construcción del suelo industrial en 2008, y aseguran que les dolió que el regidor se hubiera limitado a leer los nombres de los firmantes de la denuncia en una intervención en Radio Valga, sin hacer mención en que el juez calificó de «irracional» y «arbitraria» la decisión adoptada por la corporación que preside.
Antes ya se produjo un gasto que consideran innecesario, derivado de la determinación del gobierno local de seguir adelante con la elaboración de un plan parcial, cuando sabía que la construcción estaba recurrida, y tachan de irresponsabilidad apelar a que el Concello no los pagó, sino que lo hicieron otras administraciones públicas.
Aseguran que no les preocupa, pero subrayan, que en la misma intervención, el alcalde se refirió a los 700 parados que hay en el municipio como si ellos fueran los respondables de su situación. «Iso quere dicir que non ten argumentos, pero tampouco nos vai amedrentar», advierten.
Nunca escucharon reporches de ningún vecino, recuerdan, y agregan que si pudieron defender con éxito sus tesis fue por la solidaridad, y no solo de los vecinos de Xanza y Setecoros, que serían los más afectados.
Ahora toca esperar a que se pronuncie el Supremo, con la confianza de que desestime el recurso del Concello de Valga. Lo consideran infundado, pero asumen que se mantiene la incertidumbre. «? un acto de fe», sostienen.

La defensa común de un entorno y un modo de vida.
la lucha de los vecinos de Setecoros y Xanza comenzó poco después de que se confirmase la decisión del Concello de construir un polígono de 800.000 m2, en 2008. La exposición pública fue la confirmación de lo que hasta entonces era considerado un rumor.
No les fue fácil ponerse en contacto con un abogado que les asesorase porque era el mes de agosto y la mayoría estaban de vacaciones. Las explicaciones que recibieron en el Concello dicen que poco o nada les aclararon.
Se entrevistaron con los técnicos de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas y lograron el respaldo de los dos ediles del PSOE pero PP y BNG votaron en contra en el Pleno.
Enntonces se vieron abocados a acudir a los tribunales para frenar una iniciativa que, además de no estar justificada por la demanda de suelo industrial, como ratificó más tarde la sentencia del TSXG, hubiese transformado por completo el entorno que habitan, mantienen.

Diario de Pontevedra