Decir Extrugasa son ya palabras mayores, incluso a nivel internacional. Andrés Quintá, su presidente y fundador, lleva trabajando desde los siete años. Primero en el campo, luego con su padre en una carpintería y como herrero con su hermano en su primer negocio. De ese yunque que hoy muestra orgulloso a la entrada de su fábrica en Valga nació lo que casi es ya un imperio.
¿Un año difícil?
A finales no ha ido bien, pero el año que viene va a ser peor. Hay que buscar cosas nuevas, ofrecer productos especiales, desarrollar novedades, todavía hay mucho mercado en el que competir.
La investigación y el desarrollo son entonces fundamentales.
Llevamos varios años en eso, sobre todo desarrollando modelos industriales novedosos. También hay que tirar al exterior, y ese mercado lo tenemos abierto y está fuerte, tirando para arriba.
¿Qué queda por delante, para los próximos años?
Más o menos lo sabemos, el pasado te da ideas para afrontar el futuro. Ya hemos pasado otras épocas de vacas flacas, como en el año 83 o el 95. Hay que replegar las velas y capear el temporal.
¿Recetas para la crisis?
Con esfuerzo, trabajo y energía se supera la crisis. Es el momento de apostar por la industria, de apoyarla, porque es la mejor herencia que podemos dejar. No hay recetas anti crisis, solo hacen falta empresarios con iniciativa e inteligencia.
¿Qué hace el empresario contra el paro?
Los empresarios tienen que enfrentarse a la crisis y cogerla por los cuernos. Si no hay beneficios, ya vendrán. No se puede calentar uno con los retrocesos, igual que se calentaron muchos con las expansiones y que ahora, sin control, están en caída libre.
¿Por qué Extrugasa es capaz de mantener su compormiso con la sociedad y el deporte?
Hay muchos empresarios que tienen alegría, que tienen fe. Gente a la que le gusta patrocinar algo, contribuir con la sociedad. No todo es amasar dinero y la inversión en la juventud es fundamental. La gente que practica deportes adquiere valores, disciplina, aprende a ganar y a perder, y serán buenos trabajadores en el futuro.
Y todo lo dice un trabajador incansable. ¿Cómo es su jornada laboral?
A partir de las 7 de la mañana suelo estar en la fábrica, y me marcho a las 9 de la noche. No me gusta estar en el despacho sentado, prefiero hablar con la gente, conocer a mis trabajadores y a mis clientes, que en el fondo son mi familia.
Entrevista publicada en el Especial Anuario Arousa 2008. FARO DE VIGO, 24/12/08