La Festa da Lamprea quiere ser de interés turístico y estrena sistema «self-service».

Pese a la escasez de producto, Pontecesures garantiza existencias para 300 menús

La Festa da Lamprea de Pontecesures celebra este año su 25 edición y eso le abre la puerta para convertirse en fiesta de interés turístico autonómico. Por el Concello que va a quedar. El alcalde, José Manuel Vidal Seage, llevará al pleno de este jueves una propuesta instando a la Xunta a iniciar el expediente correspondiente, con el fin de que la edición del 2024 pueda ya celebrarse bajo este sello.

Sería un paso importante en la carrera emprendida por el gobierno local para «posicionar» esta cita gastronómica en el calendario festivo de Galicia y para que la lamprea gane peso como recurso económico en el municipio. «É de recibo tratar de darlle pulo á festa posicionándoa como a meca do consumo da lamprea», según indica el alcalde José Manuel Vidal Seage.

La fiesta que se celebra este fin de semana puede ser una buena oportunidad para ello. Los temores iniciales respecto a que la escasez de lamprea pudieran lastrar la presente edición quedan atrás. Habrá existencias suficientes para proveer las mesas, aunque no en las cantidades que se manejaron inicialmente. De las 500 raciones que se anunciaron en su día se pasará a alrededor de 300.

Según informa el alcalde, a día de ayer estaba garantizado el suministro del 60 % del pez que se empleará en la cocina —todo procedente de ríos gallegos, del Ulla y del Miño, puntualiza Vidal Seage— y se espera completar la despensa a tiempo para que el domingo al mediodía esté todo servido.

A la tradicional receta de guiso a la bordelesa se sumarán preparaciones en escabeche y en empanada, que se servirán en un menú degustación bajo el formato de self service. Tras retirar el tique, el comensal recibirá una bandeja conmemorativa de la Festa da Lamprea y se servirá él mismo y con menaje reciclable las tres recetas que se pondrán sobre el mostrador, más la bebida. El precio aún es una cuestión que no está cerrada, pero el alcalde maneja la cifra de 30 euros el menú.

En el Concello opinan que ampliando la carta se podrá llegar a más paladares y, de paso, mostrar al mundo que hay otras formas de preparar la lamprea sin estar cocinada en su propia sangre. Para algunos es un manjar, pero no es este un plato para todos los gustos, de modo que en escabeche, como se hacía antiguamente, o en empanada puede ser una alternativa apetecible.

De todo ello se hablará en las jornadas que se van a celebrar el sábado a las 19 horas, que el alcalde quiere aprovechar para establecer sinergias entre los negocios de la restauración, los valeiros y la propia administración en aras de diseñar estrategias que conduzcan a hacer de la lamprea un referente en la economía local. «Pódese vivir moi ben da lamprea de xaneiro a maio. Hai que explotar máis a singularidade deste produto».

La declaración de interés turístico sería un paso importante. El otro es dar un impulso a la fiesta mejorando la oferta gastronómica y su logística. Este año estrena ubicación en la zona portuaria y todos los actos del programa se celebrarán bajo una carpa que han bautizado «Cara á ría», en la que se habilitarán puestos para restaurantes, bodegas, panaderías o cualquier otro negocio que quiera aprovechar la fiesta como escaparate de sus productos.

Allí se celebrará también el sábado 25, de 11 a 13 horas, un taller infantil de ciencia divertida en el que los niños tendrán ocasión de ver una lamprea con el microscopio y conocer otros detalles de este extraño pez que puebla las aguas del Ulla. A las siete arrancará la Mostra de Cociña, que incluye un showcooking, para el que, como en el caso del taller, solo se podrá asistir previa inscripción en el Concello.

El domingo a las 12.15 horas se presentará en el Concello el documental Pontecesures para dar paso a las 13 horas a la lectura del pregón en la carpa a cargo de la presentadora y actriz Isabel Blanco. A las dos de la tarde arrancará la degustación de la lamprea y a las ocho llegará la música al recinto de la mano del grupo Unión y Fuerza.

La Voz de Galicia

O Náutico de Pontecesures no Campionato de España de Inverno.

Coas primeiras citas do calendario galego a modo de pretemporada, o piragüismo arousán inicia hoxe o calendario nacional. Faino con 44 padexeiros desprazados a Sevilla para disputar o Campionato de España de Inverno de categorías Júnior, Sub 23, Sénior, Máster e Paracanoe. Unha cita sobre 5.000 metros que, só naquelas contadas modalidades e categorías con máis de 70 inscritos, oito este ano, se dirime o nome dos outros tantos finalistas en semifinais sobre 3.000 metros.

As Torres-Romaría Vikinga de Catoira é o cuarto equipo galego con maior presenza na cita sevillana. Dezaseis dos seus deportistas buscan puntuar para o seu club na que é a primeira proba oficial da Liga Nacional de Esprint, algúns, con serias opcións de medalla. Este último é o caso de Pedro Torrado e de Kevin Longo no C1 Júnior, co primeiro defendendo título. Ademais, nas filas vikingas teñen postas tamén esperanzas nas posibilidades de Fernando Busto, no C1 Sénior, e da súa gran fichaxe este curso, o tudense Iván Alonso, no K1 Sénior.

Náutico O Muíño de Ribadumia viaxou ao Nacional de Inverno con 9 padexeiros. As súas maiores esperanzas están depositadas nas opcións de Manuel Fontán e de Carlos Gutier Picón no C1 Sub 23.

Dos 7 competidores inscritos polo Breogán do Grove, os canoístas Diego Domínguez, na categoría Sub 23, e Diego Romero e Tono Campos, na Sénior, aspiran a revalidar a súa presenza no podio do ano pasado; Diego, pelexando por relevar o seu irmán Noel, este ano xa sénior, no máis alto do caixón.

Con 5 padexeiros cada un se presentan o Náutico Pontecesures e o Piragüismo Illa de Arousa en augas sevillanas. O equipo do Baixo Ulla acode capitaneado no C1 Júnior por Nerea Novo, internacional de maratón o ano pasado e vixente campioa galega de inverno. No da Illa sobresaen os dous caiaquistas júniores Lucía Tenreiro e Antón Dorado.

La Voz de Galicia

Recorrido por la senda fluvial del Ulla, un paseo lleno de historia.

La ruta parte del impresionante y conocido puente medieval e Pontevea

En la prehistoria nadie ignoraba lo que eran los límites geográficos. Esas marcas, a veces incluso poco visibles, estaban relacionadas con la seguridad. Si alguien las traspasaba debía atenerse a las consecuencias, que podían ser graves o no. Y esos límites venían definidos en general por accidentes naturales del terreno. Los ríos cumplían esa función en Galicia. Y entre ellos, el Ulla.

De modo que excursión al Ulla, que está ahí al lado, a Pontevea, por la autovía primero y luego por la carretera a A Estrada. Impresionante y conocido puente medieval que en la actualidad tiene la suerte de ser sometido a un lifting. Parada obligatoria, con la suerte de que antes del verano suele ser fácil aparcar al borde de la carretera.

Y ahí mismo, al borde del río Ulla, arranca un sendero fluvial. Un cartel que reza Xirimbao 3 sirve de punto de partida. El camino es estrecho —albricias—, cómodo de recorrer si no ha llovido en las cuarenta y ocho horas anteriores y que en algún punto concreto se arrima al borde, pero tan solo durante unos pocos metros.

A la izquierda, la corriente, muy ancha, preciosa. Más allá, al otro lado que resulta que es provincia de Pontevedra, se extiende una gran superficie con barbacoas que ha sido puesta a punto en días pasados y que para primavera estará simplemente gloriosa y golosa. El bosque de ribera es finísimo en ese comienzo y la visión tanto de esa zona como la del puente alegra la vista, gozo que no debe interrumpir los ladridos de los perros vigilantes de alguna de las casas de la derecha, cerrado el espacio privado por varias vallas de manera que solo hay susto para el excursionista, pero no peligro.

Menos de diez minutos después de haber partido se ve a la diestra un montículo áspero y lleno de arboleda. Se eleva su cumbre a solo sesenta y seis metros sobre el nivel mar pero la impresión es que suman muchos más. Ese es el punto elegido hace un par de milenios para construir un castro, el de Reis. Para entrar en él procede dirigirse en algún momento al asfalto y por el este, ante unas murallas que sorprenden por su altura, buscar la entrada, que existe y se localiza sin problemas. Por cierto que en sus inmediatas cercanías, puro territorio arqueológico, no hubo mejor idea que levantar una instalación. Y seguro que con la bendición legal. Sin comentarios.

Senda fluvial en Pontevea

Senda fluvial en Pontevea.

Al cuarto de hora del inicio el sendero ha girado en ángulo recto al norte ha cambiado el Ulla por el Santa Lucía y llega al asfalto. Las dos posibilidades: seguir por este y giro a la izquierda en el cruce o bien continuar por el sendero, con el aviso de que aquí el andar no resulta tan cómodo porque la vía es más estrecha y se va rozando vegetación.

En cualquier caso alcanza un punto en que hay que dirigirse al norte, a Valiñas. Se presentan dos maneras de ir a esa aldea con algunas casas impecablemente rehabilitadas: por la derecha de un montículo (firme de tierra y con un árbol que cada uno sorteará como pueda) o por la izquierda del otero, rodando por asfalto. Esa elevación es otro castro. En Valiñas destaca su antigua casa noble, muy bien cuidada, y el palomar que sin duda es o fue suyo.

Senda fluvial en Pontevea

Senda fluvial en Pontevea.

¿Y al otro lado del río? Pues frente al castro de Valiñas se levanta el de Couso, aunque hoy en día desde uno no se ve el otro a causa de la vegetación. Compartían el agua del Ulla, y en el caso de ese último enclave el territorio fue cristianizado con la construcción de la imponente iglesia de Santa María de Couso.

Iglesia de Santa María de Couso

Iglesia de Santa María de Couso.

Todo lo anterior es simplemente magnífico como entorno para una salida en el siglo XXI, pero no resuelve la incógnita de fondo. ¿Cómo se llevaban los habitantes del castro de Reis, del de Valiñas y del de Couso? ¿Cuál era el límite que ni unos ni otros debían traspasar sin exponerse a las iras del vecino?

La Voz de Galicia

La lamprea y la regla de los siete años

Entre febrero y marzo, las chupa pedras se convierten en tema de debate por su escasez

En 1925, el término municipal de Valga se extendía desde el límite con Caldas hasta el río Ulla, en la frontera con Padrón. Pero ese año, las fuerzas vivas de Pontecesures, el núcleo más dinámico y urbano del municipio, donde vivía la burguesía, donde más dinero se movía y el comercio parecía más boyante, consiguieron un objetivo largamente acariciado: independizarse de Valga y crear un nuevo concello.

Situado en la desembocadura del Ulla, Pontecesures se convirtió pronto en la capital de la lamprea y en el 75 aniversario de su independencia, celebró una Festa da Lamprea impresionante en la que, además de repartirse 900 raciones del pescado más misterioso y literario, hubo conferencias en las que se dejó claro que la lamprea está envuelta en un aura de secretismo muy especial: de ella se sabe casi todo mientras está en el río, pero se sabe muy poco de su vida mar adentro, en las profundidades oceánicas.

En aquellas jornadas sobre la lamprea, el cocinero Moncho Vilas reconoció que había intentado congelarla e incluso se había llegado a hacer conserva con ella, pero sentenció: «Con la lamprea, el único experimento posible es asustar a los niños. Lo demás son ganas de enredar». Sin embargo, en el año 2001, fui jurado del I Certame Culinario da Lamprea á Bordelesa y recuerdo que se presentaron algunas experimentales: esta con su arroz, aquella con sus picatostes, la había con guisantes y la probé aceitosa, en su punto, blanda, dura y en sazón. Así hasta ocho lampreas acompañadas de buen vino tinto. Aunque lo mío no fue nada comparado con la experiencia de David García Sexto, un procurador de Pontecesures que también estaba en el jurado y aseguraba haberse zampado en dos meses y medio 40 lampreas.

Cada año, a mediados de febrero, principios de marzo, la lamprea se convierte en tema de debate y polémica. Normalmente, las diatribas giran en torno a la carestía de ejemplares. Es una cuestión que solo atañe a Galicia y al norte de Portugal. En el resto de la Península, solo los muy entendidos saben de qué hablamos cuando nos referimos a la lamprea, un animal más antiguo que los dinosaurios, que en Portugal recibe el nombre de reina del invierno, chupa piedras (proviene de Grecia), o flauta de siete ojos.

Esta temporada, la preocupación es más grave porque en Pontecesures dudan incluso de que haya lampreas suficientes para organizar la fiesta. No hay lampreas ni en el Ulla ni en el Miño y las pocas que se pescan están a 80 euros, aunque hay restaurantes de Madrid que las pagan a más de 100.

En Portugal, apuntan que la campaña de la lamprea viene este año un tanto retrasada y solo a finales de febrero ha empezado a haber capturas, pero sin pasarse. Al otro lado de la frontera culpan de la escasez a la regla de los siete años, que viene a decir que cada siete años, toca uno de escasez. Y ahora toca: 2023. Como apoyatura empírica, recuerdan en Portugal que 2016 también fue año de poca lamprea.

En Portugal, ya en la Edad Media, cuando Portugal era solo un condado cristiano del norte peninsular, se establecían privilegios y prohibiciones para su captura. Camôes escribía en sus rimas líricas que la lamprea habitaba «por entre as pedras, sob a clara água dos rios portugueses». Y Eça de Queirós recoge en su libro A cidade e as serras una receta del escabeche de lamprea.

Uno de los lugares de más tradición en esto de la lamprea era Casa Xosé de Valga. Allí, en la recta interminable que une Valga con Pontecesures, María Fernández y Xosé Devesa servían comidas deliciosas. A Casa Xosé venían desde Luarca a comer la lamprea. En alguna ocasión enviaron lampreas guisadas o en empanada en un taxi hasta Zaragoza Madrid en aquellos tiempos en los que no había Seur ni Amazon. María aseguraba que lo fundamental en el guiso de lamprea «es el buen vino, el buen aceite, bastante ajo y cebolla, que la lamprea lo pide, luego el arroz blanco y claro, los secretitos que le pongo». Por Casa Xosé pasaban ministros y conselleiros. Álvaro Cunqueiro y José María Castroviejo siempre paraban a probarla. Y hasta Manolo Escobar, cada vez que iba a actuar a la vecina discoteca Chanteclair.

En Catoira, era famosa la lamprea de Casa Suso. El cantante Víctor Manuel iba a comerla a este restaurante cuando rodaba en la playa de A Lanzada Divinas palabras y recomendaba el local a sus amigos músicos y faranduleros. Cunqueiro, además de comerla en Casa Xosé, la tomaba en Caldas, acompañado siempre por César Torres, un caldense que ejercía de director de la Mutua General de Seguros en Vigo.

En 1995, otro año maldito según la regla portuguesa de los siete años, los pescadores del Ulla se quejaban de que la contaminación «está a acabar co peixe. Hai anos, había días nos que entraban 300 lampreas, hoxe, é raro que algún día collamos 50». En 1995, solo resistían en la desembocadura del Ulla las truchas y las lampreas. Habían desaparecido las angulas, los salmones y los sábalos. Ahora, también escasean las lampreas. Ojalá se deba simplemente a la maldición de los siete años y durante el próximo año, retornen.

J.L. Alonso de la Torre. «El Callejón del Viento»

La Voz de Galicia

Padrón ofrecerá en cinco dos seus establecementos menús lampreeiros a un prezo de 40 €.

Será entre os días 17 e 19 e do 24 ao 26 de marzo nas xornadas dedicadas ao produto

As Xornadas gastronómicas da lamprea desenvolverase nas fins de semana do 17 ao 19 e do 24 ao 26 deste mes de marzo

As Xornadas gastronómicas da lamprea desenvolverase nas fins de semana do 17 ao 19 e do 24 ao 26 deste mes de marzo.

Un ano máis, e xa van nove, Padrón exaltará un dos seus produtos gastronómicos máis sobresaíntes: a lamprea. Esta novena edición das Xornadas gastronómicas da lamprea desenvolverase nas fins de semana do 17 ao 19 e do 24 ao 26 deste mes de marzo e nelas participarán cinco establecementos de restauración da capital do Sar, que ofrecerán os seus menús lampreeiros a un prezo único de corenta euros.

Bar Manolo, A taberna da Matanza, Casa Farrucán, Pulpería Rial, Restaurante O Santiaguiño e Restaurante O Secreto son os locais nos que os amantes da lamprea poderán gozar do seu delicioso sabor, tanto con propostas tradicionais, como a da lamprea á bordalesa, como innovadoras. O menú-degustación inclúe un primeiro prato, un segundo e unha sobremesa. As opcións de cada restaurante pódense consultar na web de Turismo de Padrón e é preciso facer reserva previa chamando directamente ao establecemento.

O Concello de Padrón completa as xornadas cunha serie de actividades nas que a lamprea é a protagonista e que teñen como fin dar a coñecer a historia e as peculiaridades dun manxar que vén celebrándose na zona do río Ulla dende a época romana e que, en toda a Península Ibérica, só se pode atopar en poucas e moi concretas áreas de Galicia.

“Temos a sorte de estar entre un dos poucos lugares nos que se pode gozar deste manxar, polo que nestes días recibimos a xente de toda Galicia e mesmo doutros lugares de España que se achega a Padrón coa única idea de gozar da lamprea. Trátase, ademais, duns visitantes moi fieis”, subliña a concelleira de Turismo, Lorena Couso.

El Correo Gallego

La Festa da Lamprea do Ulla incluirá un menú degustación con tres elaboraciones diferentes.

El alcalde, Juan Manuel Vidal Seage, participó en la presentación

La vigesimoquina edición de la Festa da Lamprea do Ulla incluirá un menú degustación con tres elaboraciones —a la bordalesa, en empanada y en escabeche—, según confirmó el alcalde de Pontecesures, Juan Manuel Vidal Seage, en la presentación de la cita gastronómica por referencia del municipio, que tendrá lugar los días 25 y 26 de marzo, “coincidindo como é tradición coa celebración do San Lázaro”, añadió.


El objetivo de esta nueva presentación de la lamprea se debe a un intento de “darlle un novo pulo ó a festa”, posibilitando degustar esta plato “na súa presentación máis tradicional, á bordalesa, e tamén abrir un abano de posibilidades para que a xente que aínda é reticente a degustar este peixe entre nesa dinámica”, según explicó el primer edil.


Sobre el número de raciones que se habilitarán, el regidor, confía en disponer de unas 500, aunque avisa que “coas capturas que hai a día de hoxe sería inviable. Eu son optimista e creo que aínda queda un mes para reverter a situación e que a XXV edición da Festa da Lamprea estea á altura do seu prestixio”, apuntó. Asimismo, Vidal Seage no escondió su preocupación por el bajo número de capturas de esta especie, que “non están acompañando ao que se prevía”. 


La cita gastronómico tendrá lugar en una carpa instalada en las inmediaciones del muelle de Pontecesures y contará con la actriz Isabel Blanco como pregonera. Aunque el precio todavía no es definitivo, el Concello prevé que sea de 30 euros por menú y bebida. Sin embargo, el alcalde indica que “ao mellor hai que reformulalo, porque non é o mesmo que a lamprea estea a 25 euros que aos 60 de agora”. Igualmente, los tiques se comprarán en la propia carpa, donde todos los elementos empleados serán reciclables.

Tapea lamprea

Por otra parte, el Concello asegura que está trabajando de mano de la hostelería para recuperar el Tapea Lamprea, cuya fecha de celebración se pone en duda a causa de la escasez del pescado. En principio, el gobierno local baraja dos posibilidades: Del 10 al 12 de marzo o del 3 al 5 de abril. Además, avanza nuevas actividades complementarias. 

Diario de Arousa