El paro registrado en las oficinas públicas de empleo se incrementó en enero en 17.173 personas en el conjunto de España. De ellas, 1.348 en Galicia, con un crecimiento mensual del 0,88 %. Lejos de ir a contracorriente, la comarca de O Salnés sufrió las inclemencias de la endémica estacionalidad negativa asociada al primer mes del año en el mercado laboral español. Esta vez, con un aumento del 2,5 % respecto a diciembre, al sumar 159 demandantes de un contrato de trabajo más a los listados de sus municipios. Un comportamiento que contrasta con los 15 parados menos en la suma de los tres concellos del Baixo Ulla, que en su conjunto experimentaron una caída del 2 % respecto a los registros de diciembre, pasando de 743 a 728 personas en busca de una ocupación remunerada a través de las oficinas públicas de empleo.
En el polo positivo, Catoira destaca con 10 parados menos respecto al último mes del año 2021, pasando de 202 a 192 (-4,95 %). En Pontecesures la caída fue de 4 personas, de 209 a 205 (-1,9 %) y en Valga de 1, descendiendo de 332 a 331.
En el interior de O Salnés y su franja bañada por la ría de Arousa, solo Vilagarcía escapó en enero del mal comportamiento del mercado laboral de la comarca, con 2 trabajadores menos en las listas de las oficinas públicas de empleo, pasando de 2.951 a 2.949. O Grove encabezó los datos negativos con 78 desocupados más, hasta los 912 (+9,35 %), dos por encima de los 910 cambadeses en busca de un contrato al término del primer mes del 2022, 40 más que en diciembre (+4,6 %). En Ribadumia el número de parados registrados subió en 14 personas, hasta las 268 (+5,5 %), en 13 en A Illa de Arousa, con 245 (+5,6 %), siendo 8 más en Meis, con un total de 270 (+3 %), 5 en Meaño, con 303 (+1,7 %), y 3 en Vilanova de Arousa, con 628.
Apuntado ya el carácter estructural del mal comportamiento del paro en enero en la economía española, en general, y la arousana, en particular; las cifras del último balance mensual proporcionado este miércoles por la Consellería de Emprego e Igualdade ofrecen una muestra más de la línea de recuperación económica iniciada en el 2021, año que cerró en la banda sur de la ría de Arousa con unas cifras del paro mejores incluso que las observadas en la antesala del estallido de la burbuja inmobiliaria en el 2007.
Así, los once municipios de la zona no solo suman al último día del mes pasado 1.522 personas menos en busca de un puesto de trabajo que en enero del 2021, cuando el colectivo contaba con 8.735 en plena tercera ola de contagios del covid-19. La comparativa con el mismo mes del 2020, con Europa al borde pero todavía ajena al estallido de la pandemia, es de 835 desocupados menos en el primer mes del 2022 en el sur de Arousa, con 7.213 parados frente a los 8.048 de dos años atrás.
Tanis, con vivenda en Porto, servindo un par de tazas.
La hostelería arousana celebra el regreso al consumo en los mostradores, sobre todo en locales pequeños como O Tranquilo
Vamos a saltos. La pandemia desatada por el coronavirus y la manera, en tantas ocasiones peculiar, de combatirla a través de las cambiantes restricciones ha convertido el día a día de la hostelería en una yincana de dos años, que ahora se toma, al menos, un buen respiro. Si el 25 de febrero del 2021 los bares volvían a servir a su clientela si quiera en las terrazas, tras el arreón navideño de contagios, el 29 de enero del 2022 pasará a los anales del sector por haber supuesto la reapertura del elemento nuclear de cualquier establecimiento de estas características: la eterna barra.
Los datos habrá que actualizarlos de nuevo, porque en tiempos de pandemia la mortandad de los negocios también es grande, pero, según Turismo de Galicia, en los once municipios que conforman la orilla sur de la ría de Arousa permanecían activas a estas alturas del año pasado 1.222 licencias de bares y cafeterías. Aunque la barra es importante para todos y cada uno de los negocios, por pura lógica adquiere categoría de imprescindible en los locales más pequeños. Nos acercamos a uno de ellos para ver qué se cuece en el día de su resurrección, y la respuesta que nos encontramos en O Tranquilo, en la subida a la estación de ferrocarril de Vilagarcía de Arousa, no puede ser más redonda: «Os galegos somos xente de barra; aquí é onde fas a caixa, home».
Habla Estanislao García, que desde los años 80 regenta un bar al que sus bocadillos de calamares, zorza y jamón asado han convertido en una referencia imprescindible. Tanis insiste en que el verdadero núcleo del negocio está en los metros de mostrador en los que cerca del mediodía sirve un té, una taza de treixadura y otra de tinto del país. Alrededor, apenas media docena de mesas que se completan con una terraza exterior de una sola hilera. Guillermo López, compañero de fatigas, aporta otra buena razón para celebrar su reapertura: «Non é a primeira vez que en cada mesa senta un só cliente, así que con seis persoas tes o bar cheo e non paras de andar de aquí para alá». Parece ser que, en su acepción actual, el término procede del inglés bar, que denotaba la barra en la que los bebedores descansaban sus pies. Todo son ventajas, bendita sea.
Los once municipios del sur de la ría de Arousa y el interior de O Salnés cerraron el 2020 con 11.552 empresas. El dato, ofrecido por el Instituto Galego de Estatística (IGE) la semana pasada, constata una feliz noticia. Y es que frente a lo que podría pensarse, el conjunto de la comarca no solo no vio menguado su parque empresarial durante el primer año de pandemia, sino que este aumentó, con 89 firmas más respecto a las 11.463 con las que despedía el 2019; esto es, un 0,78 % de incremento.
El balance del 2020 es el resultado de la suma de los 10.481 negocios ya existentes el año anterior que lograron continuar con su actividad y los 1.071 que se dieron de alta en el primer ejercicio marcado por la aparición del covid-19. 975 se quedaron por el camino durante esos mismos doce meses.
Por municipios, todos completaron el 2020 en positivo, salvo Pontecesures, que igualó sus 224 empresas del 2019, con 24 altas, igual número de bajas y 200 permanencias en el registro del IGE; y Vilanova de Arousa, el único que retrocedió al perder 21 firmas tras la baja de 128, la puesta en marcha de 107 y el mantenimiento de la actividad de 1.268.
Datos por concellos
Vilagarcía de Arousa generó un tercio del registro positivo de la comarca en el primer año de la pandemia con 31 empresas más que las que tenía en el 2019, para un total de 3.331, computando 343 altas, 302 bajas y 2.988 permanencias. Ribadumia aportó 24 firmas al crecimiento en O Salnés y Baixo Ulla, con su parque empresarial elevándose a 568 negocios, terminando el 2020 con 66 altas, 47 bajas y 502 permanencias en relación al 2019. Cambados cerró el primer ejercicio pandémico con +18 negocios, un total de 1.913, 169 altas, 148 bajas y 1.744 permanencias. Le sigue en esta relación O Grove, con +16, un ecosistema empresarial de 1.347 actores económicos, 126 altas, 106 bajas y 1.221 permanencias. Meaño sumó 7 firmas al conjunto, alcanzando las 646 con 60 altas, 55 bajas y 586 permanencias. Seis aportó Catoira, con 197 negocios en total, 20 altas, 17 bajas y 177 permanencias. Valga añadió 5, con 331 empresas, 32 altas, 29 bajas y 299 permanencias. A Illa de Arousa agregó 2, pasando a contar con 1.152, con 71 altas, 70 bajas y 1.081 firmas ya en funcionamiento desde al menos el 2019. Y Meis 1, con 468 negocios, 53 altas, 49 bajas y 415 permanencias.
Siete de cada diez firmas de la zona no tienen empleados, pero aumentan las de más de cien
La base de datos del Instituto Galego de Estatística acerca del directorio de empresas en cada municipio de la comunidad dibuja un panorama poco edificante cuando se analiza la estratificación por número de empleados de las 11.552 firmas en los once concellos del sur de Arousa y el interior de O Salnés al cierre del 2020.
Así, son 8.273 los negocios en funcionamiento sin un solo asalariado en plantilla. O lo que es lo mismo, siete de cada diez de los que generaban la sabia de la economía productiva de la zona, concretamente, un 71,61 % del total.
Un segundo dato ahonda el fondo de la cuestión. Y es que otras 1.987 empresas funcionaban con entre uno y dos trabajadores en nómina; un 17,2 % del total, que sumado al 71,61 % antes apuntando, eleva al 88,82 el número de firmas de la comarca por debajo de los tres empleados.
Los porcentajes varían entre el Baixo Ulla y O Salnés. En los tres municipios del Ullán los negocios sin asalariados eran el 63,83 % y los de uno a dos el 21,14 % —84,97 % conjunto—, mientras que en los ocho concellos más al sur de la ría y el interior de O Salnés los porcentajes eran del 72,15 % y el 16,92 %, respectivamente —89,07—.
El registro del IGE informa de 701 firmas con entre 3 y 5 trabajadores en la zona —6,07 % del total—, 253 las que cuentan con de 6 a 9 —2,19 %—, 187 las que emplean a de 10 a 19 profesionales —1,62 %—, 103 las de 20 a 49 —0,89 %— y 27 las de 50 a 99 —0,23 %—.
El puñado de empresas de 100 o más asalariados se reduce a 21, ninguna de ellas en Pontecesures, A Illa ni Meaño. La buena noticia en este sentido es que son cuatro más que las contabilizadas en el ejercicio 2019. Dieciséis de ellas con entre 100 y 249 empleados, tres más, y cinco de 250 a 499, una por encima del último año precovid.
La mayoría se dedican al sector servicios, salvo en A Illa y Vilanova, volcados en el mar
Por sectores, el ecosistema empresarial de la zona no es ajeno al imperio de los servicios compartido por prácticamente la totalidad de las economías municipales de la geografía española. Y sin embargo, el sur de la ría de Arousa presenta notables excepciones.
De las 11.522 empresas del 2020, el 51,4 %, 5.933, dedicaban su actividad al sector servicios. Agricultura y pesca concentraban buena parte del resto, 3.908, el 33,8 %, con 1.076 encuadradas en la construcción, el 9,3 % del total, y 635 en la industria, un 5,5 %. Unos porcentajes que cambian radicalmente cuando diferenciamos entre el Baixo Ulla y O Salnés.
En la primera zona, el porcentaje de firmas dedicadas a los servicios en el 2020 era del 65,8 % (495), con la construcción como segundo gran bloque, con un 15 % (113 negocios), seguida de la industria, con un 10,9% (82) y por último la agricultura y pesca, con el 8,24 % restante (62). En O Salnés, por el contrario, los servicios apenas rebasaban la mitad del total de empresas, un 50,35 % (5.438), con la agricultura y pesca reuniendo al 35,6% (3.846), la construcción al 8,9 % (963) y la industria al 5,1 % (553).
De hecho, en O Salnés dos concellos se rebelan contra el imperio de los servicios. Con mención especial a A Illa, con el 80,1 % de sus firmas dedicadas al sector primario, fundamentalmente al mar, frente al 15,3 % de las encuadradas en el sector terciario. En Vilanova la misma relación era de un 44 % frente a un 42,25 %. Porcentajes invertidos en Cambados, con el 42,9 % de sus empresas trabajando en la agricultura y pesca y el 44 % en servicios. En O Grove esta misma correlación era en 2020 del 33,6 %-55,4 %, 28,8 %-45,8 % en Meaño, 22 %-52,8 % enMeis y del 21,5 %-53,9 % en Ribadumia. En Vilagarcía agricultura y mar suponían el 19 %, por el 67,4 % de los servicios. Este último sector era el mayoritario en Catoira (62,4 %), Cesures (75 %) y Valga (61,6 %).
El debate ferroviario en relación con Vilagarcía y las estaciones de Pontecesures y Catoira ofrece numerosas aristas. Tantas, que una sola pregunta dirigida al Gobierno gallego genere una respuesta en la que se abordan dos problemas diferentes: la conexión de la capital Arousa a con Madrid y la recuperación de las frecuencias del eje Atlántico que Renfe suprimió al hilo de la pandemia. En su contestación a una intervención del BNG, la Xunta recuerda que ha solicitado de forma reiterada al Gobierno central la restitución de los viajes recortados. Un proceso que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana plantea culminar a mediados del año que viene.
ReacPon es el nombre elegido por la Diputación de Pontevedra para el que será el plan de inversión pública más ambicioso de su historia. La presidenta Carmela Silva (PSOE) y el vicepresidente César Mosquera (BNG) desgranaron ayer una apuesta que surge con la intención de ayudar a municipios de menos de 50.000 habitantes a sacar adelante proyectos importantes, proyectos que deberán servir para «impulsar a economía da provincia, xerar actividade e crear ou manter o emprego despois da pandemia».
En el conjunto de la provincia, el plan de inversiones dará un impulso sustancial a 47 grandes proyectos, que suman una inversión total de 39,1 millones de euros. De ellos 26,3 serán aportados por la Diputación, cuyos dirigentes han mostrado su satisfacción tanto por el grado de participación —de 59 concellos de menos de 50.000 habitantes que tiene la provincia se presentaron 55—, como de la calidad de los mismos —solo cinco proyectos no obtuvieron l apuntación mínima exigida y tres incumplieron las bases—.
En la orilla sur de la ría, ReacPon movilizará casi ocho millones de euros. En los ayuntamientos de la Mancomunidade do Salnés serán 6,5 millones de euros, en cantidades que varían de forma considerable. Por ejemplo, la mayor de las iniciativas previstas se ubica en Vilagarcía de Arousa, donde se destinarán 1,8 millones para reformar el viejo edificio del Liceo y reconvertirlo en biblioteca. Del coste total de la actuación, 1,2 millones serán de fondos ReacPon. También A Illa tiene previsto poner en marcha, en breve, una gran obra: Invertirá 1,5 millones en recuperar O Regueiro «como espazo público de encontro e cohesión social da súa veciñanza»; en este caso, la aportación de la institución provincial es de 384.631 euros, el máximo posible según las bases del ReacPon.
En Sanxenxo se destinarán 1.071.431 euros a reformar el polideportivo de Baltar; la Diputación aportará 803.573 euros. Mientras, O Grove ha presentado el proyecto de humanización de Alexandre Bóveda, que consumirá 999.388 euros; a ese proyecto el organismo provincial destinará 722.864. En Meis se abordará, con algo más de medio millón, la rehabilitación de un centro deportivo, obra que será financiada con 431.558 euros por la institución provincial. Seguimos el recorrido por Vilanova, que presentó un proyecto de 254.485 euros para acondicionar un bajo para archivo municipal; recibirá para ello 190.864 euros de ReacPon. Mientras, Meaño invertirá 450.400 euros en la mejora de eficiencia energética e un pabellón; la Diputación aportará 360.320.
Las cuentas de Arousa se completan mirando al Baixo Ulla. El Concello de Catoira optó a los fondos ReacPon con un proyecto para convertir el viejo ayuntamiento en una Casa das Artes. Supondrá invertir 449.248 euros, 381.861 subvencionados por el programa. Pontecesures destinará 366.779 euros la «reconexión peonil, segura e amable do seu núcleo urbano»; 330.101 euros saldrán de la caja provincial. Valga, por último, construirá con medio millón «unha senda peonil e para bicicletas na contorna da Gándara de Campaña e rehabilitará ambientalmente a zona». Buena parte e la inversión, 425.778 euros, serán aportados por el organismo provincial.
Más allá de las cuatro enmiendas para mejoras en Vilagarcía presentadas por los diputados populares en el Congreso, que confía sean apoyadas por el PSOE y el BNG, Elena Suárez señaló ayer también que a través de esta misma vía en Madrid «reivindicamos la recuperación de las frecuencias de los trenes de la línea que une Vigo y A Coruña», reducidas en el inicio de la pandemia y que siguen sin ser recuperadas.
«Lo hemos denunciado un montón de veces, lo hemos llevado al pleno del Concello de Vilagarcía, al Parlamento de Galicia y pedimos al grupo popular que lo lleve al Congreso», indicó Suárez. Eso, y que la capital arousana cuente con parada del AVE.
Sobre esta cuestión, Ana Pastor recordó su pasado como ministra de la cartera de Fomento, ahora Transportes, resaltando que en su etapa se diseñó la línea de alta velocidad del Eixo Atlántico, invirtiendo en ella 800 millones, cantidad elevada hasta los 4.000 al hablar del conjunto del proyecto del AVE para Galicia durante los gobiernos de Mariano Rajoy. Dicho esto, la diputada en Madrid señaló que el PP peleará tanto por recuperar las frecuencias del servicio de media distancia como «para que el tren de alta velocidad pare también en Vilagarcía».