Demandan la continuidad de todos los trenes de cercanías tras el estado de alarma.

Las estadísticas de Renfe demuestran que es un servicio muy utilizado entre Vigo y A Coruña. En los apeaderos de Pontecesures y Catoira se nota la ausencia de revisores.

Los usuarios siguen demandando la continuidad del tren de cercanías. Y ahora que con el estado de alarma se eliminaron muchos de ellos, lo que exigen es que una vez superado se retomen las frecuencias de viaje existentes antes de la pandemia.

Así lo hace constar el exconcejal pontecesureño, Luis Sabariz Rolán, que como miembro de la plataforma en defensa del servicio ferroviario de proximidad lleva años aportando datos que avalan la continuidad del mismo.

Y el balance oficial de Renfe referido al año 2019 solo sirve para reforzar sus planteamientos, ya que constata la existencia de una gran cantidad de pasajeros en la línea Vigo-A Coruña, con una importante actividad en las estaciones de ferrocarril tanto de Pontecesures como de Catoira, Padrón y Vilagarcía.

«Esperando que, a medida que se va superando la situación que sufrimos por la pandemia del Covid-19, vuelvan a circular todos los trenes que lo hacían antes de la declaración del estado de alarma», clama Sabariz, quien al referirse a los datas facilitados por Renfe Comercial sobre los viajes en 2019 en las estaciones citadas concluye que en las Baixo Ulla » el número total de subidas y bajadas fue de 102.647″.

Al desglosar la cifran sale a relucir un viejo problema, como es la carencia de máquinas expendedoras de billetes en los apeaderos del Ullán, unido a la insuficiencia de interventores, o al poco tiempo que tienen para supervisar los billetes durante los viajes cortos, hace que se produzca un desfase entre subidas y bajadas, estimándose que hay alrededor de 30.000 viajeros que se desplazan gratis a lo largo del año.

Prueba de ello es que el período citado «las bajadas en Pontecesures, Catoira y Padrón fueron 66.703, mientras que, sorprendentemente, las subidas computadas fueron solo de 35.994», reflexiona.

Para explicar esta desproporción señala que «el número real de subidas fue muy superior al computado, pues como en las tres estaciones del Baixo Ulla no se despachan billetes, la ausencia de interventores en muchos trenes motiva que muchos usuarios viajen en tren gratis», insiste.

Además, «no se computaron las bajadas en Pontecesures, Catoira y Padrón de viajeros procedentes de otras estaciones del trayecto A Coruña-Vigo en las que no se expiden billetes como las de Cerceda, Ordes, Arcade…, como tampoco las subidas y bajadas de los usuarios que circulan entre las tres poblaciones del Ullán cuando el tren no lleva interventor».

EL NÚMERO DE USUARIOS SIGUE EN AUMENTO

Luis Sabariz destaca que los usuarios del tren siguen en aumento, pues en 2018 hubo 35.448 subidas y 61.838 bajadas». Respecto a esto último, en los dos últimos años el número de personas que se apearon del tren en Pontecesures pasó de 18.355 usuarios a 19.047; mientras en Catoira subió de 21.554 a 24.355 usuarios y en Padrón, de 21.929 a 23.301.

A modo de conclusión, Luis Sabariz Rolán, proclama que «los usuarios crecen día a día, de ahí que la potenciación del ferrocarril por la vía convencional es fundamental». Y esto implica no solo mantener o reforzar las frecuencias de viaje, sino también «instalar paneles informativos en Catoira y en Pontecesures» y «subsanar las deficiencias que presentan los andenes, ya que motivan incomodidades a los usuarios».

CLAVES ECOLÓGICAS, ECONÓMICAS Y DE SEGURIDAD

A juicio de Luis Sabariz «desde las administraciones públicas se debe apoyar con decisión el uso del tren de proximidad por razones ecológicas, económicas y de seguridad, de ahí que deseemos todos que la anunciada electrificación de este tramo de vía convencional, fundamental para la continuidad del servicio, no se quede solo en buenas palabras».

Faro de Vigo

Sánchez negó la movilidad por toda Galicia por “prudencia”.

El Gobierno, en cambio, sí permitirá al País Vasco que regule los desplazamientos entre sus tres provincias.

El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, justificó ayer en la “precaución”, la “prudencia”, y el “criterio de los expertos científicos” la decisión del Ministerio de Sanidad de no aceptar la propuesta de la Xunta para permitir la movilidad entre las cuatro provincias de Galicia al entrar en la fase 1 de la desescalada.

Al ser preguntado al respecto durante la rueda de prensa celebrada ayer en La Moncloa, Sánchez respondió que “limitar la movilidad a la provincia es la manera más segura” y que, además, es “fundamental” porque “está directamente relacionado con la propagación mayor o menor del virus”.

Seguidamente, el líder del Ejecutivo central subrayó que, por lo menos “en estas primeras fases” de la desescalada, la restricción de los desplazamientos entre provincias “es esencial, es básica y es fundamental por precaución, por prudencia y, sin duda alguna, porque así lo dicen los distintos expertos científicos”.

El pasado viernes, el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ya manifestó en su intervención después del Consello que no era “muy optimista” con que el Ejecutivo estatal aceptase esta propuesta de la Xunta, entre otras como la que pedía que, para la desescalada, las áreas de salud fuesen la referencia territorial en Galicia.

“Me da la sensación de que el Gobierno está muy contundente con la provincia, lo cual, en nuestra opinión, desde el punto de vista sanitario, no tiene ningún apoyo ni clínico, ni organizativo ni epidemiológico”, aseveraba el mandatario gallego.

Finalmente, a pesar de que toda Galicia entrará este lunes en la fase 1, las cuatro provincias serán la referencia de división y no las áreas de salud, como sí se aceptó en autonomías como Cataluña, Castilla y León y Comunidad Valenciana.

Extensión pequeña y fuerte relación socioeconómica. Frente a su postura con respecto a Galicia, el Gobierno sí permitirá en cambio al Ejecutivo vasco que regule la posibilidad de desplazarse entre sus “territorios históricos”, la denominación usada en la normativa vasca para referirse a las provincias de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya.

Fuentes gubernamentales argumentan que la extensión del País Vasco, donde viven más de dos millones de personas, es similar a la de la provincia de Cádiz y existe una gran relación socioeconómica entre las provincias.

En la propuesta original que el Gobierno vasco remitió al Ejecutivo español para pasar a la fase 1 del conocido como plan de desescalada (relajación progresiva del estado de alarma), se pedía considerar como unidad territorial de referencia el conjunto de la comunidad, si bien finalmente en la orden publicada ayer por el Ejecutivo, donde se regulan las actividades permitidas en la fase 1, se especifica que la unidad territorial aplicable en el País Vasco son “los territorios históricos de Araba/Álava, Bizkaia y Gipuzkoa”.

En cualquier caso, desde el Gobierno se aclara que los dos Ejecutivos entienden que puede haber razones justificadas que permitan la movilidad entre las tres provincias y cuya regulación quedará en manos de las autoridades vascas.

Para el resto del territorio español, los desplazamientos quedan limitados al interior de una misma provincia, isla o área sanitaria, si bien se permiten “excepciones que justifiquen el desplazamiento a otra parte del territorio nacional por motivos sanitarios, laborales, profesionales o empresariales, de retorno al lugar de residencia familiar, asistencia y cuidado de mayores, dependientes o personas con discapacidad, causa de fuerza mayor o situación de necesidad o cualquier otra de análoga naturaleza”, reza la orden publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

La Xunta de Galicia ya avanzó que pedirá pasar a la fase 2 dentro de 15 días y que solicitará al Gobierno que autorice para entonces los desplazamientos entre sus cuatro provincias.

El Correo Gallego

Unos 30.000 usuarios subieron gratis al tren en Pontecesures, Catoira y Padrón por la falta de interventores.

Según los datos facilitados por Renfe Comercial sobre los viajeros en 2019 en las tres estaciones, resulta que el número total de subidas y bajadas fue de 102.647. Las bajadas fueron 66.703 mientras que, sorprendentemente, las subidas computadas fueron solo de 35.994.

Obviamente, es imposible esta desproporción y el número real de subidas fue muy superior al facilitado. Como en las tres estaciones no se despachan billetes, la ausencia de interventores en muchos trenes motiva que, en muchas ocasiones, los usuarios que subieron al tren lo hicieron gratis. Además hay que añadir que tampoco se computaron las bajadas en Pontecesures, Catoira y Padrón de viajeros procedentes de otras estaciones del trayecto A Coruña/Vigo en las que no se expiden billetes (Cerceda, Órdenes, Arcade…) ni tampoco las subidas y bajadas de los usuarios que circulan entre las tres poblaciones cuando el tren no trae interventor.

Por ejemplo: Es imposible que en en Pontecesures bajen procedentes de Vilagarcía 4.574 viajeros y solo suban para dicha ciudad 2.073. Tampoco es posible que bajen procedentes de Santiago 9.687 viajeros y sólo suban para la capital de Galicia 3.439.

Con todo, los usuarios crecen. En 2018 hubo un total de 97.286 subidas y bajadas (35.448 y 61.838, respectivamente). Resaltamos el número de bajadas por ser el más representativo. En Pontecesures pasamos de 18.355 a 19.047; en Catoira de 21.554 a 24.355 y en Padrón de 21.929 a 23.301. No obstante, el dato reflejado de las subidas nos perjudica desde el punto de vista estadístico y por eso es necesario recordarlo siempre ante la opinión pública.

Podemos concluir que los usuarios crecen día a a día (habría que añadir los bonos mensuales y los bonos 10 tambien utilizados por viajeros de estas villas) y que la potenciación del ferrocarril por la vía convencional es fundamental. Todo ello a pesar de contar con deficiencias en los andenes, que motivan incomodidades a los usuarios, y de la ausencia de paneles informativos en Catoira y en Pontecesures.

Consideramos que desde las administraciones se debe apoyar con decisión el uso del tren de proximidad por razones económicas, ecológicas y se seguridad. Esperemos que la anunciada electrificación de este tramo de vía convencional, fundamental para la continuidad del servicio, no se quede solo en buenas palabras.

Por último, decir que esperamos que, a medida que se va superando la situación que sufrimos por la pandemia del COVID-19, vuelvan a circular TODOS los trenes que circulaban pora la vía convencional antes de la declaración del estado de alarma.

Luis Ángel Sabariz Rolán
Exconcejal de Pontecesures

El coronavirus pone los churros a enfriar.

Atrapado está el sector en un callejón sin salida: podrían vender su producto, ¿pero a quién?.

En cualquier buena fiesta gallega no pueden faltar los gaiteiros, los pulpeiros o las orquestas, pero tampoco los churros. Los churreros ambulantes, en realidad, están por todos lados porque a quién no le apetece una buena docenita de ese manjar recién salido de la sartén cuando se está dando una vuelta por el mercadillo o un paseo una tarde de domingo cualquiera por Vilagarcía. Un placer que, evidentemente, ha desaparecido de nuestras vidas tras la irrupción del coronavirus y que ha dejado al sector de los churreros ambulantes totalmente desprotegidos.

La Churrería Sandra, en Pontecesures, es uno de los buques insignia de este tipo de negocios en la comarca del Baixo Ulla. «No hay eventos en la calle, no hay ferias, no hay nada. Nosotros no podemos salir a la calle con nuestros furgones a montar un estand de una churrería y ponernos a vender porque la gente no puede venir a la calle», explican los propietarios.

Lo cierto es que los churreros ambulantes están metidos en todo un laberinto. Agrupados en el sector de la alimentación, apuntan desde Pontecesures que ellos podrían seguir vendiendo su producto, pero que sería algo absurdo porque no es un producto de primera necesidad y podrían multar a quien bajara de su domicilio exclusivamente para comprarlos. Al margen de otras consideraciones de lo más lógico. «Nin sería ético, nin san», apuntan desde la Churrería Sandra.

Desde el 14 de marzo con los hornillos apagados, las facturas sin embargo, siguen llegando. La opción que les queda, y que están estudiando, es optar por el ces de actividad, pero para eso tienen que demostrar una merma en los ingreso del 75 %, algo que tampoco va a ser muy fácil porque lo que ha sucedido, directamente, es que las ferias, mercadillos y demás eventos se han cancelado. Y temen, además, lo que pueda suceder durante el verano.