Manuel García Cambón, el gallego que revolucionó la industria maderera con su sueño: Finsa.

En 2019, un equipo de arqueólogos realizaba un extraordinario descubrimiento en un yacimiento en Zambia: la estructura de madera más antigua jamás encontrada. Datar estas piezas de madera no fue sencillo, teniendo que emplear una técnica para medir la radiactividad natural de los minerales que la cubrían, para determinar cuándo había estado expuesta a la luz solar por última vez. Así fue como dataron la estructura en 476.000 años. Si tenemos en cuenta que los primeros fósiles de Homo Sapiens datan de hace 300.000 años, este descubrimiento sugiere que una especie más antigua comenzó a utilizar herramientas mucho antes de lo que se creía, usándolas para dar forma y unir dos grandes troncos formando una estructura que, probablemente, componía los cimientos de una vivienda. Desde tiempos muy remotos, la madera es y ha sido vital para nuestra civilización, ya que nos ha permitido resolver múltiples necesidades, desde darnos abrigo, a permitirnos construir vehículos u obtener energía. Por este motivo la industria maderera es clave para cualquier país y por eso, hace más de un siglo, un hombre decidió crear una industria que no existía en Galicia y que revolucionaría el sector. Aquel hombre era Manuel García Cambón y su sueño se llamaba Financiera Maderera SA, FINSA.

Momento del descubrimiento de las maderas en Zambia.

Manuel nacía en Santa Baia de Logrosa, una parroquia del municipio coruñés de Negreira, y era el segundo de siete hermanos. Debido a las dificultades propias de la época, Manuel permaneció poco tiempo formándose en la escuela y con 14 años comienza a trabajar, sin sueldo, como aprendiz de carpintero con un vecino.

Un año después conseguía su primer empleo junto a un trabajador de origen portugués, con el que se dedicó a recorrer los montes cercanos serrando madera, hasta que cumplió 21 años, momento en que se casa con Sara Baliña Pérez, hija del propietario de un pequeño aserradero que se dedicaba a trabajar la madera que le llevaban los vecinos.

Manuel, con el permiso de su suegro, comenzó a introducir mejoras en el negocio y a adquirir nueva maquinaria para poder introducirse en el mercado y dejar de trabajar de manera intermitente dependiendo de encargos esporádicos.

Como el sector le gustaba y además se le daba bien decidió, en 1931, crear una nueva sociedad junto a un médico de Negreira: Rubira y García Cambón, SL, un aserradero en Portanxil, Ames, donde comenzaron a producir tablas y tablillas, muy demandadas para fabricar cajas. El negocio funcionaba maravillosamente bien, ya que fabricaban productos con mayor valor añadido que sus competidores y habían implementado medidas que permitían el ahorro en costes y el aumento en los márgenes. Además, Manuel tenía una visión única para calcular con gran exactitud los metros cúbicos de madera que tenía que pagar a la hora de comprar el material.

Estado actual en ruinas del aserradero de Portanxil.

Su crecimiento era tan grande que fue necesaria la construcción de un segundo aserradero en la zona de Negreira y siguieron ampliándolos hasta cinco.

Con la Guerra Civil, la empresa no se vio afectada, ya que sus aserraderos fueron militarizados por el ejército golpista para abastecer al bando sublevado. A su fin, debido a que la demanda de madera no paraba de crecer en un país que necesitaba ser reconstruido, el negocio tampoco se resintió, llegando a constituirse una empresa naviera con dos pequeños mercantes, que comunicaban el puerto de Vilagarcía de Arousa con el resto de España

Mientras los negocios marchaban bien, una cantidad considerable de los beneficios que estaban obteniendo se dedicaron a la compra de unos terrenos en Pontecesures, un lugar que tenía buenas comunicaciones y que estaba rodeado de bosques de pinos de extraordinaria calidad.

En 1944, Rubira abandona la empresa y Manuel se hace con sus acciones. La compañía ya contaba en aquel momento con dos almacenes y tres fábricas, pero si quería crecer más, tendría que crear una nueva sociedad con mayor capital, que fundaría el 12 de junio de 1946, y a la que llamó Financiera Maderera SA, más conocida por sus siglas: FINSA.

Publicidad de FINSA.

Esta denominación tenía todo el sentido, ya que era una sociedad especializada en adelantar dinero a los propietarios de montes que querían plantar sus árboles para madera. Debido a que estos tardan entre 15 y 20 años en poder ser cortados, los dueños de los bosques se pasaban media vida esperando y sin ver ni un euro. Lo que hacía FINSA era, mediante planes de financiación anuales, adelantarles el dinero cuando plantaban los árboles, con la única condición de que FINSA se quedaría con la madera cuando ya se pudieran cortar.

Durante la década de 1950, Manuel decide tomar medidas para mejorar y modernizar la producción, cerrando las fábricas más antiguas y concentrando la actividad en las más vanguardistas y pensó que era el momento de construir una nueva fábrica en los terrenos de Pontecesures. Además, inició un proceso de apertura al exterior, ampliando su mercado a países como Israel, Marruecos o Irak, puesto que el europeo, que a priori podría parecer más “sencillo”, estaba completamente saturado y con una gran competencia.

La fábrica de Pontecesures en 1955.

En la década de 1960, llegó la crisis, pero Manuel no se quedó con los brazos cruzados. Creía que, para sobrevivir, había que dar una vuelta de tuerca a sus productos para que fueran de mayor calidad y con mayor valor añadido, así que viajó por Europa para buscar nuevas técnicas e ideas. En varias industrias madereras descubrió que se empleaban los subproductos de la propia actividad transformadora, considerados residuos por muchos, para elaborar tableros de aglomerado, así que volvió a Galicia con la idea de implementarla en FINSA.

Por ese motivo realizó una ampliación de capital, la sede social se trasladó a Santiago y amplió la fábrica de Pontecesures, con la intención de fabricar en masa esos nuevos tableros que había visto por Europa, unos tableros de 3 capas con una calidad muy superior a todo lo que fabricaba la competencia y que comenzó a comercializarse bajo la marca comercial “Fimapán”.

La fábrica de Pontecesures en 2009.

Su nuevo producto fue un rotundo éxito, ya que era ampliamente demandado en una España que estaba en pleno desarrollo en el sector de la construcción que, con su gran crecimiento necesitaba tableros como el suyo, convirtiendo a la empresa en el buque insignia de la fabricación de tablero de aglomerado.

Tablero ”Fimapán”.

El negocio creía a tal ritmo que, en 1969, se ponía en marcha la factoría de Formarís, en los alrededores de Santiago de Compostela, una ubicación con magníficas comunicaciones para abastecerse de materia prima y donde se podrían realizar futuras ampliaciones. Manuel incorporó a sus dos hijos en la fábrica e instaló, entre otras muchas innovaciones, un aserradero automático, una nueva línea de fabricación de tableros y una instalación para plastificarlos, lo que hacían de esta, la fábrica la más vanguardista de España y una de las más innovadoras de toda Europa.

Instalaciones de FINSA.

La importancia e influencia de estas nuevas instalaciones era tan grande que se decidió trasladar la sede social desde Santiago a Formarís de manera permanente, donde en la actualidad todavía permanece. Pero a pesar de las mareante cifras que movía la compañía y de que muy pocas empresas gallegas, salvo algunas vinculadas al Banco Pastor, tenían tal dimensión en la década de 1970, siempre mantuvo siempre su carácter familiar.

Camión de FINSA, los más famosos de las carreteras gallegas.

A partir de esa época y, a pesar de multitud de crisis, FINSA nunca ha dejado de crecer e innovar. En la actualidad es el quinto grupo empresarial con mayor facturación y empleados de Galicia, además de ser uno de los principales actores de la madera tanto en la comunidad como en España y Europa.

Fábrica de Santiago de Compostela.

Manuel García Cambón fallecía en 1990, con 82 años. En el momento de su muerte, el sector forestal gallego producía tanta madera como Dinamarca, Grecia e Irlanda juntas y la misma que toda Italia o Gran Bretaña. Hoy, la tercera generación de la familia está al frente de este gigante que reina en España y que lidera su sector en Europa y el resto del mundo, un imperio de la madera que soñó, hace un siglo, su abuelo: FINSA.

Edificio de oficinas en la fábrica de Santiago de Compostela.

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Monbus refuerza el servicio de tarde de Vilagarcía a Santiago el domingo.

Habrá dos autocares a las 18.20 horas, uno de los cuales circulará por la autopista

Aunque el medio de transporte colectivo más empleado para viajar entre Vilagarcía y Santiago es, sin duda, el ferrocarril, la línea de autocares que une ambas ciudades ha experimentado un importante incremento de usuarios en los últimos meses. Dos factores fundamentales explican este fenómeno: los usuarios del tren que no encuentran plaza en unos servicios más que saturados, y buscan en el autobús una alternativa, y la política de descuentos que la Administración también está aplicando en el transporte de viajeros por carretera. Así, si el Gobierno central mantiene, al menos hasta final de año, su bonificación íntegra para los regionales y los media distancia, la Xunta conserva igualmente la inyección económica que permite reducir el precio de los trayectos en bus a la mitad. Por lo pronto, Monbus, la compañía que opera la línea entre la capital arousana y Compostela, ha decidido reforzar uno de los viajes que cuentan con mayor demanda: el de los domingos por la tarde en dirección a Santiago.

Dos servicios comunican Vilagarcía con Santiago los domingos, a las 9.50 y a las 18.20 horas. Ambos proceden de Sanxenxo (de donde salen a las 9.05 y a las 17.35 horas) y, tras recorrer buena parte de la comarca, desembocan en la estación de autobuses para continuar hacia Compostela por carretera. Ese refuerzo que anuncia Monbus consistirá en un segundo autocar para el viaje de la tarde. Con todo, probablemente la principal novedad estribe en el hecho de que uno de ellos, en lugar de proseguir por la PO-548 hacia Catoira Pontecesures, optará por la AP-9 para alcanzar Santiago directamente, lo que traerá bajo el brazo un ahorro sustancial de tiempo frente a la hora, más larga que corta, que requiere este trayecto.

Monbus explica que, en realidad, esta línea solo había exigido dos refuerzos, uno en cada sentido, desde el inicio del curso universitario, que multiplica la presión sobre el transporte colectivo. Los días clave son los viernes, desde Santiago a Vilagarcía, y los domingos, en sentido inverso. Se trató de acciones puntuales que respondían a picos en principio aislados. Sin embargo, el hecho de que los dos últimos domingos haya sido necesario doblar autobuses a las 18.20 hacia Compostela ha llevado a la compañía a establecer un refuerzo permanente, que se mantendrán en tanto en cuanto no disminuya ese plus en el flujo de viajeros. En otras palabras, si el repunte tuvo su origen en factores como la Festa do Marisco o el puente del Pilar, y el número de pasajeros vuelve a la normalidad en cuestión de semanas, ese segundo autocar se eliminará. En caso contrario, seguirá funcionando.

Lo cierto es que, entretanto, el ferrocarril continúa repleto. Para el próximo domingo ya no es posible adquirir billetes a partir de las 13.20 horas para viajar a Santiago. Y el horizonte del siguiente, el 29 de octubre, no es mucho mejor, ya que solo hay dos servicios que admiten todavía la venta, a las 17.05 y a las 18 horas. La ventaja de que uno de los buses vaya a circular por la autopista puede ejercer, además, como un gancho a la hora de decantarse por esta fórmula. El viaje normal incluye 17 paradas entre ambas ciudades y la influencia de un denso tráfico. Se comprenderá que la AP-9 mejorará el tiempo de viaje de forma notable.

Un trayecto con 17 paradas que exige una hora y cinco minutos y depende del tráfico

Esta conversación tuvo lugar pocos días antes de que la vieja estación de autobús de Santiago cayese bajo la piqueta para ver trasladada su actividad a la flamante intermodal compostelana, en la que autocares y ferrocarriles conviven separados por un túnel, una plaza elevada en construcción y las inevitables vías. «Xefe, o bus tardará ben tres cartos de hora en chegar a Vilagarcía, non?». «Si, ho, e unha hora e carto tamén. Aquí dependemos do tráfico». Pese al cambio de ubicación, cualquiera que haya recurrido al bus para viajar entre Compostela y la capital arousana sabrá que la duración del recorrido es prácticamente la misma. Entre otras cuestiones, porque el conductor del vehículo estaba en lo cierto: la densidad de la circulación rodada ejerce una influencia decisiva sobre los 55 minutos que, teóricamente, tarda el bus en cubrir la distancia entre ambas ciudades.

Entre las estaciones de Vilagarcía y Santiago median 17 paradas, que dan servicio a lugares como la avenida Rosalía de Castro, aún en Compostela, O Milladoiro, Faramello, A Picaraña, Escravitude, Padrón, Pontecesures, Campaña, Cordeiro, Catoira, Abalo, Bamio o Carril. Lugares que, con la excepción de Catoira, Cesures y A Escravitude, tocadas todavía por los trenes regionales, difícilmente encontrarían otro medio de transporte colectivo capaz de articular sus comunicaciones. La línea, además, se extiende a Sanxenxo a través de As Sinas, Caleiro, Castrelo, Corón, Dena o Vilalonga, con lo que sus prestaciones se multiplican. Un bus directo que circule por la autopista es una excelente noticia. Que no se descuiden el resto de poblaciones, incluso mejor.

La Voz de Galicia

Catoira pide que no se le «discrimine» en el servicio ferroviario.

Catoira pide que no se le «discrimine» en el servicio ferroviario

Ulla – Umia

Catoira pide que no se le "discrimine" en el servicio ferroviario
Castaño reunido con empresarios y representantes de CCOO

El gobierno local de Catoira denuncia que la localidad es «discriminada» en cuanto al tren de cercanías. El ejecutivo que preside el nacionalista Xoán Castaño señala que las tres frecuencias que entraron ahora en servicio no tienen parada en la localidad, «o que prexudica notablemente ás usuarias deste municipio e tamén doutros concellos da zona do Barbanza», asegura el alcalde.

En concreto, Castaño se refiere a los tres regionales que pasan en Catoira en dirección a Vilagarcía o Santiago desde este lunes. Dos salen desde la la localidad arousana a las 17:50 y a las 20:35 horas, mientras que el que procede del municipio compostelana sale a las 19:10 horas. 

Por este motivo, el alcalde y el concejal Roberto Ferreira mantuvieron un encuentro con representntes del sindicato CCOO y de la Asociación de Empresarios da Pobra, para buscar conjuntamente medidas que pongan fin a esta situación.

Mejoras en la terminal

«Na xuntanza abordaron a asimetría que se produce con outras comunidades autónomas, onde se crearon recentemente novas redes de proximidade mellorando, mentres no municipio de Catoira a frecuencia de trens chega a alcanzar máis de tres horas», señalan desde el Concello.

Además de solicitar la parada de estos tres servicios en la estación de Catoira, también demandan o aumeno de frecuencias e a mellora da rede existente, asegurando as conexións intermodais nas estacións limítrofes de Pontecesures, Padrón, Vilagarcía e Padrón Alta Velocidade» con el municipio vikingo. 

El Concello también reclama mejoras en la estación, para una mayor comodidad de los viajeros, incluyendo el acceso para personas con movilidad reducida. El gobierno local de Pontecesures también apoya estas demandas del municipio que gobierna Xoán Castaño.

Diario de Arousa

Renfe crea una nueva línea y los usuarios se quejan de que ignore la estación de Catoira.

Lamentan que se cause un grave perjuicio a los viajeros de Barbanza

Renfe incorpora, desde el próximo lunes, una nueva frecuencia en sus líneas que unirá las estaciones de Vigo-Guixar y Santiago de Compostela, con paradas en Redondela, Pontevedra, Vilagarcía, Pontecesures y Padrón. Con este servicio serán un total de 143 las frecuencias semanales en cada sentido las que permitirán desplazarse a lo largo del Eje Atlántico. El tren partirá de la estación de Vigo-Guixar a las 17.05, y se estima que pueda parar en Vilagarcía a las 17.50 y en Pontecesures a las 18.10, llegando a Santiago de Compostela a las 18.35 horas.

Aunque todavía no está en funcionamiento, los usuarios des servicio ya han comenzado a ver los primeros fallos de esta nueva línea. En principio, se valora de forma positiva la creación de esta línea, pero la principal tacha es que «no existe constancia de que el tren tenga parada en Catoira, con lo cual, se causa un gran perjucio a los usuarios del servicio», No en vano, la estación de Catoira es muy utilizada por trabajadores y estudiantes de la propia villa pero, sobre todo, de la zona de Barbanza. «Privarles de este servicio ferroviario a media tarde no tiene sentido y no se entiende esta decisión». Los usuarios esperan que los responsables de Renfe Comercial recapaciten y el convoy en cuestión pare en Catoira para garantizar un servicio necesario para muchos vecinos de la zona y de Barbanza.

Faro de Vigo

A partir del próximo lunes otro tren parará en Pontecesures.

Partirá de Vigo a las 17:05 horas, parará en Pontevedra a las 17:32, en Vilagarcía a las 17:50 y en Pontecesures a las 18,10 horas, finalizando luego el servicio en Santiago de Compostela.

Otra novedad IMPORTANTE:

El tren que actualmente sale de Santiago con destino a Vilagarcía a las 18 horas, cambia el horario. A partir del lunes partirá de la capital de Galicia a las 19:10 horas y parará en Pontecesures a las 19:30 horas finalizando el trayecto en Vilagarcía de Arousa.

Reclaman que Renfe recupere las frecuencias pre covid y reforzar las de Vilagarcía-Santiago.

Reclaman que Renfe recupere las frecuencias pre covid y reforzar las de Vilagarcía-Santiago
El sindicato entiende que deben ajustarse los horarios a las necesidades de los usuarios

La puesta en marcha del abono gratuito de Renfe ha disparado el uso de ferrocarril en el corredor atlántico y, de forma pareja, las demandas de los usuarios que comprueban que muchas veces la oferta que existe en este transporte no responde a las necesidades reales. De ahí que desde la sección ferroviaria del sindicato CGT en Galicia hayan remitido un escrito al presidente de Renfe y a la alta jefatura de Renfe Viajeros con las problemáticas que existen a día de hoy y que, muchas de ellas, afectan directamente a los usuarios de la estación de Vilagarcía. Así pues lo que se solicita es la reposición de todos los trenes suprimidos durante la pandemia y aumentar los vehículos destinados a hacer servicios de media distancia. Entienden desde el sindicato que deben aumentarse los trenes entre Vigo y Santiago, dado que se ha detectado que la “oferta é menor e aumentou considerablemente a demanda”. Manifiestan que se deberían programar lanzaderas entre Vilagarcía y Santiago los domingos y viernes que permitan la descongestión de este tramo ferroviario y que provoca que muchos viajeros se queden sin billete. Otra de los planteamientos que hace el sindicato es que se adelante la salida del tren 09072 de Vigo Urzáiz, lo que permitiría la llegada con tiempo a los usuarios de la ciudad olívica, Pontevedra y Vilagarcía que necesitan llegar al trabajo en Coruña a las ocho y media. De hecho destacan que “o corredoiro Vigo-Santiago ten moitos menos servizos ferroviarios programados que o Coruña-Santiago, existindo unha menor oferta de prazas no sur de Galicia”.

En el listado de peticiones figura las mejoras en las plataformas de venta on line y también reforzar el servicio a partir de noviembre a Vigo y regreso por la cantidad de gente que se desplaza a esa ciudad con motivo del alumbrado de Navidad.

Diario de Arousa