Vemos a Alba entre el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda y la Conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez.
Por primera vez puso sus pies el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en la isla de Cortegada. Y lo que vio, le encantó. Le encantó tanto que estuvo a punto de lanzarse a hacer el recorrido entero por la isla, para desesperación de su equipo, que veía como el reloj apretaba. Cuando le dijeron que eso supondría una hora y media de paseo, aplazó la idea. La aplazó, porque prometió el presidente que volvería para hacerlo «este mesmo verán» y, claro está, con esos guías tan especiales que le enseñaron esa primera pincelada del paraíso que está a la vera de Vilagarcía.
Sus guías fueron Érik, Dani, Óscar y los demás compañeros de la asociación Bata. Con ellos conoció el trabajo que están realizando una quincena de personas con discapacidad o trastorno de espectro autista para intentar controlar la presencia de especies invasoras en la isla. Controlarlas, porque eliminarlas es imposible, como apuntó uno de los coordinadores del área de empleo de Bata, Nacho Rey. El proyecto se llama Cortegada Biodiversa y, gracias a él, estas quince personas están demostrando que «queren e que poden traballar», dijo Rey. Lo hacen de una manera meticulosa, ejemplar a ejemplar. «Este proxecto crea a oportunidade de que persoas con discapacidade poidan demostrar que poden formarse e desenvolver unha actividade profesional en igualdade de condicións», subrayó Nacho Rey, que definió el proyecto como un ejemplo clarísimo de que un buen entendimiento entre instituciones «pode cambiar o mundo facendo cousas pequenas, e de que persoas que o teñen ás veces moi complicado para sentirse cidadáns no amplo sentido da palabra poidan facelo».
Uno a uno
Alfonso Rueda estuvo acompañado en su visita por Ángeles Vázquez, conselleira de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda. Ambas fueron saludando uno a uno a los quince trabajadores de Bata, conociendo un poco de sus vidas. Como la de Alba, que les contó que vive en Valga y que se desplaza a Vilagarcía en tren o en autobús, o la de Samuel, que se pone siempre el chaleco salvavidas en la corta travesía desde Carril, o que Dani y Óscar están haciendo un cursillo para saber manejar correctamente las sillas con las que transportar a personas con movilidad reducida por la isla, porque con una silla de ruedas normal es imposible. Y contó aquí Nacho Rey que la idea fue de ellos, que fueron quienes dijeron que había que encontrar una solución para que cuando alguno de los niños que hacen sus excursiones a la isla llega en silla de ruedas no tuviera que quedarse en el barco.
El presidente de la Xunta anunció en su intervención que el Gobierno Autonómico ha aprobado una inversión de 600.000 euros para la restauración de la capilla de la isla de Cortegada, dedicada a la Virgen de los Milagros. Una capilla que prácticamente tiene solo la fachada y una de sus paredes en pie y a la que está prohibido su acceso por la evidente peligrosidad que presenta su estado. Rueda adelantó que saldrá a licitación en las próximas semanas. «No 2017, a Dirección Xeral de Patrimonio xa realizou obras de consolidación de urxencia das ruínas da capela. Agora, con esta nova intervención, construiranse os muros derrubados, a bóveda, limparase o interior e renovaranse carpinterías, entre outras accións», explican desde la Xunta.
Alfonso Rueda también auguró «un fantástico verán» para Galicia desde el punto de vista turístico, con unas cifras de visitantes espectaculares, con 174.000 compostelas entregadas en lo que va de año y más de un millón y medio de visitantes.
Todo ello antes de poner el punto y final a una visita que pareció dejarle un especial sabor de boca al presidente de la Xunta. Una isla de Cortegada por la que han pasado 2.150 visitantes entre enero y mayo y que ayer estaban disfrutando algunos más, que coincidieron en el breve paso por allí con Alfonso Rueda. Al máximo responsable del gobierno gallego le espera un nuevo paseo por la isla, esta vez completo para poder disfrutar de sus paisajes, para conocer, aunque ayer ya vio algún esbozo, el dislate que querían hacer para convertirla en residencia real o para ver en primera persona ese bosque de laurel, que es una de las joyas de la corona de la isla. Será pronto, según prometió ayer.
La Voz de Galicia