Más de 52.000 peregrinos llegaron el año pasado a Compostela tras recorrer el Camiño Portugués, según datos oficiales del Xacobeo, que habla de un año histórico de visitantes. Ello supone que, obligatoriamente, pasaron por Padrón, como última parada de la ruta portuguesa antes de Santiago. Esa afluencia de peregrinos se notó en la villa rosaliana, especialmente, en los meses de verano, cuando era posible ver a decenas de ellos caminando en dirección a la capital de Galicia.
También lo notaron los albergues de la localidad, empezando por el público de la Costanilla del Carmen, que gestiona el Ayuntamiento de Padrón. De acuerdo con datos facilitados por la Oficina Municipal de Turismo, en el albergue padronés pernoctaron el año pasado un total de 8.840 peregrinos. A esta cifra hay que sumar los 906 que lo hicieron en instalaciones del propio convento y 1.803 en el pabellón polideportivo del Campo del Souto, al que recurre el Concello cuando no hay plazas en el albergue.
En total, en los establecimientos públicos pernoctaron el año pasado 11.549 caminantes. A mayores están los albergues privados que fueron abriendo en los últimos años (cuatro), además de los hostales padroneses, que también tienen entre los caminantes a uno de sus clientes habituales.
Plataforma de reserva
En cuanto a los albergues privados, tres de ellos superan la calificación de 9 en la plataforma mundial de reserva en línea Booking.com, que recoge los comentarios de los peregrinos que usan sus instalaciones. Uno de ellos, el Corredoiras, incluso llega al 9,6 de nota media, calificándolo la plataforma de «excepcional». En sus instalaciones pernoctaron en 2016 un total de 3.412 peregrinos, según datos aportados por uno de los titulares Xaquín Canabal, que cuenta que el establecimiento ya tiene «unha chea de reservas para este ano».
El albergue Camiño do Sar tiene, por su parte, una nota en la plataforma Booking.com de 9,5, con la calificación de «excepcional», y el Rossol, de 9,2, como «fantástico». Por último, el albergue pensión Flavia tiene una nota de 7 y calificación de «bien» en la plataforma mundial de reservas de alojamiento en línea, en base a los comentarios de los peregrinos que pernoctaron en ellos.
Pero no solo los albergues se beneficiaron de la llegada de caminantes, sino también todo el sector hostelero de la villa de modo que, por ejemplo, en verano era habitual ver a los peregrinos en las terrazas de los bares y cafeterías, sin contar los turistas, sector en el que fue un buen año.
La Voz de Galicia