Los atascos obligan a emplear más de 70 minutos en el viaje de Cesures a O Grove

Ni el mal tiempo fue capaz de aliviar los atascos en la semana más crítica del año en la ría de Arousa. Con motivo de la festividad del 15 de agosto, las fiestas de San Roque en Vilagarcía y otras muchas citas culturales y gastronómicas que se celebran en la ría, el tránsito en la antigua carretera C-550 se convirtió casi en tarea imposible para los veraneantes y playeros que evitan la vía de O Salnés porque su objetivo está en las playas y en los pueblos que jalonan el vial que discurre a lo largo de una de las más apreciadas costas.

Los límites de velocidad, el tráfico y las rotondas convierten en un suplicio el viaje por la orilla sur de la ría de Arousa. A lo largo de la última semana fue necesario invertir algo más de setenta minutos en el recorrido que va desde Cesures hasta O Grove, y que traducido a kilómetros se queda en 65. Es decir, la velocidad media en el tramo es inferior a los 50 kilómetros por hora.

Acortar el tiempo invertido ya es difícil el resto del año, porque en el 70% del recorrido el límite de velocidad es de 50 kilómetros por hora, y sólo en el itsmo de A Lanzada hay un tramo en el que se puede apretar el acelerador hasta alcanzar los 100. Luego están las rotondas, que obligan a frenar aunque no haya límites de velocidad; se pueden contar hasta 22 en todo el recorrido, y sólo entre Cambados y O Grove, separadas por menos de 30 kilómetros, hay ocho glorietas.

Vías urbanasPero más que los límites de velocidad o las rotondas, lo que acaba con la paciencia de los conductores que hacen este recorrido son las vías urbanas. Para disfrutar del paisaje de la ría de Arousa de norte a sur hay que cruzar Vilagarcía y Cambados, para luego adentrarse en O Grove tras pasar por Dena. Atravesar con el coche cualquiera de estas localidades implica, en verano, una media de un cuarto de hora. Eso si no hay retenciones en las salidas de las playas. En ese caso, los iniciados optan por tomar los atajos de Vilaxoán para entrar en Vilagarcía, el de Lobeira para ir hacia Cambados y el vial de A Torre para salir de la capital arousana. Los que no los conocen se desesperan en las caravanas.