Derroche navideño.
Con todo lo que nos está cayendo con el cambio climático, me cabrean las alegrías de los ayuntamientos con el alumbrado navideño.
A día 6 ya estaba el alumbrado navideño encendido, con el gasto que supone a las arcas municipales, a nosotros contribuyentes y, lo que es peor, la gran cantidad de CO2 que desde nuestra alegría prenavideña estamos enviando a la atmósfera.
Señores gobernantes, sean un poco sensatos y dejen las lucecitas para más adelante, que es suficiente con el alumbrado de las calles. Y para recordarnos la época prenavideña, ya están las grandes superficies con sus promociones. Cuando no haya remedio, nos tiraremos de los pelos.
Carta de Mario López (Monforte de Lemos) al Director de LA VOZ DE GALICIA, 08/12/07
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