Prisión para el guardia civil que mató a su ex pareja en Cambados.
La juez de Cambados fue contundente y no planteó ningún eximente ·· Le consideró autor de un delito de asesinato y decidió que fuera trasladado inmediatamente a la cárcel de A Lama, en Pontevedra ·· El Juzgado requirió nuevas pruebas de balística sobre el arma del crimen
El guardia civil Jaime Maiz Sanmartín, destinado hasta este pasado domingo en el cuartel de Cambados ingresó ayer tarde en la prisión de A Lama, en la provincia de Pontevedra, acusado del presunto asesinato de su ex pareja sentimental, María Luz Posse, informaron fuentes judiciales.
La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de la villa del albariño, de la que dependen los delitos de violencia machista, firmó el auto judicial a primeras horas de la tarde después de haberle tomado declaración hasta las dos y cuarto. El agente llegó a las nueve de la mañana a estas dependencias en un coche de la guardia civil, que ingresó directamente en el edificio judicial. Compañeros del presunto asesino hicieron el traslado desde el cuartel de Pontevedra.
La juez decretó prisión incondicional, rechazando cualquier otra posibilidad como eximente pese a los antecedentes de baja por depresión del individuo. Le considera autor de un delito de homicidio y baraja la posibilidad de imputarle algún agravante dada la naturaleza de los hechos y la actuación del agente. La juez ha solicitado informes de balística para conocer todas las circunstancias que rodearon al disparo, según indicaron las mismas fuentes.
Maiz, de 34 años, mantuvo en la madrugada del pasado domingo una disputa con su ex pareja, quien acudió al cuartel de la Guardia Civil a denunciarlo.
El agente intentó disuadirla y, al no conseguirlo, cogió su arma reglamentaria y la mató de un disparo en la frente, y lo mismo intentó hacer con una amiga que la acompañaba pero un compañero le agarró el brazo, evitando el empleo del arma.
Jaime Maiz ha sido suspendido de sus funciones por la Dirección General de la Guardia Civil, que ya le ha abierto un expediente disciplinario que podría concluir con su expulsión del Cuerpo, según señaló ayer el coronel jefe de la Guardia Civil en Pontevedra, Rafael Daza Pichardo. La expulsión queda pendiente de resolución hasta que se resuelva penalmente el asesinato. El agente sólo perdería su condición de militar y sería expulsado del Cuerpo si la condena es superior a tres años.
IRREGULARIDADES Acusan a los compañeros de desatención
Fuentes próximas a Mari Luz Posse denunciaron a EL CORREO la actitud de algunos de los compañeros de Jaime Maiz Sanmartín, durante los hechos ocurridos en el cuartel de Cambados antes de producirse la mortal agresión. Familiares y amigos de la fallecida se lamentaron de la actitud del guardia civil que atendió a Mari Luz y a su acompañante, a quienes «non lles fixo ningún caso á hora de tomarlles declaración», afirmando que incluso «as disuadiu de presentar a denuncia contra o seu compañeiro».
Además, siempre según la versión facilitada ayer, Jaime Maiz «antes de asasinar a Mari Luz, tirou ao chan a súa compañeira, e o garda civil que as estaba atendendo non fixo nada» por detener la acción del agresor.
Otra de las afirmaciones contradice la versión facilitada en un primer momento por el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Delfín Álvarez (quien aseguró que el asesinato se produjo a la entrada del cuartel y no dentro), ya que las fuentes insisten en que el hecho tuvo lugar dentro del edificio y, «de feito, todo está gravado polas cámaras de vixilancia». En tal sentido, este material obraría en poder del Juzgado número 3 de Cambados, protegido por el secreto del sumario.
También señalan que la pareja llevaba seis años juntos como novios, y que ya hacía varias semanas «que se deixaran» aunque el agente seguía intentando que reanudaran la relación.
Fuentes oficiales confirmaron que el presunto asesino estuvo de baja por depresión varias veces, «la última de ellas durante siete u ocho meses», y en esas bajas se le retiró el arma reglamentaria, que recuperó al reincorporarse a su trabajo .
EL CORREO GALLEGO
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