Pontecesures recogió el sermón del amor de boca del padre Isorna.
El franciscano pronunció el sermón de las siete palabras, que encierra siete grandes mensajes de Cristo
Cientos de personas se dieron cita en la plazuela de Pontecesures para revivir la tradición del Viernes Santo, tras varios años de ausencia en el municipio.
La imagen del Cristo Nazareno con la Cruz a cuesta camino del Calvario salía del crucero de San Xulián rodeado de fieles. La procesión iniciaba su recorrido desde Carreiras subiendo por Infesta y Pino Manso para llegar a la plazuela. Simultáneamente, otra procesión, encabezada por la imagen de la Virgen Dolorosa, salía a la misma hora desde la plaza de los Valeiros de Porto, y tras recorrer diversas calles, se daba cita instantes antes de las doce del mediodía en la plazuela.
En esta céntrica plaza ambas imágenes, la de la Dolorosa y la de Cristo, se encontraban frente a frente. Desde el balcón de una vivienda situada en la céntrica plaza, el padre Isorna pronunciaría ante los cientos de fieles congregados el sermón de las siete palabras. Siete palabras que en realidad se corresponderían con las últimas siete frases que Jesús pronunció en la cruz horas antes de morir y que representan, según el franciscano, siete grandes mensajes para el mundo cristiano.
El padre Isorna invitó así a reflexionar sobre el mensaje que Cristo lanzó cuando le clavaban a la cruz: ??Señor, perdónales porque no saben lo que hacen. Era tan grande su amor que pidió perdón por todos nosotros?, así como sobre la segunda de las frases de Cristo cuando uno de los dos ladrones que compartían escenario se arrepintió de sus actos: ??precisamente por esto le dijo ??Hoy estarás conmigo en el Reino de los Cielos?.
El padre Isorna relacionó la tercera frase de Jesús (??Mujer ahí tienes a tu hijo; hijo ahí tienes a tu madre?) con el símbolo de la maternidad cristiana.
En la frase ??Díos mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado??, el franciscano disertó sobre ??la tremenda angustia que vivió Cristo en la cruz, la soledad y la desesperación que padeció porque todos sus discípulos lo habían abandonado y ese dolor interior tan grande?, dijo, invitando a los presentes a ??pasar por la vida consolando a los pobres, a los que sufren en silencio, dándoles el consuelo de la esperanza?.
La quinta frase de Jesús en la cruz, ??tengo sed?, el padre Isorna la relacionó con un sentido ??misionero y universal. Jesús buscaba frescura para su espíritu y tenía sed de mi y sed de ti, pero sólo le ofrecieron vinagre?. ??Todo está cumplido. Consumatum est?, dijo el Señor ??Jesús lo dio todo y se dio?. Y con ??Padre, en tus manos pongo mi espíritu?, el padre Isorna recordó el epitafio de Miguel de Unamuno y reflexionó sobre la paz interior, invitando a los pontecesureños a hacer suyas las enseñanzas de Jesús fundamentándolas en el amor universal y ??en el mensaje de amor que Cristo nos legó. Jesús nos invitó a amar cuando dijo ??Amaos los unos a los otros como yo os he amado??. ?l nos amó hasta tal punto que entregó su vida por nosotros. Lo más grande del corazón humano es el amor; un corazón sin amor no es nada?, dijo.
Tras el discurso, las dos imágenes subirían hasta la iglesia, arropadas por la multitud, para ser veladas.
TIERRAS DE SANTIAGO, 25/03/08
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