Pontecesures urge la ejecución de cuatro obras de mejora del viejo canal de regadío.
El Concello de Pontecesures ha remitido un escrito a la Subdirección general de Gestión del Dominio Público Hidráulico para plantear a ese organismo la ejecución de cuatro obras imprescindibles para «o arranxo e a mellora da canle» que suministra agua potable al municipio. Se trata de un canal que concude el agua captada por bombeo desde la estación de A Barca, en el río Ulla y fue pensada inicialmente (se construyó en los años sesenta) como canal de regadío. Esa estructura, titularidad de Augas de Galicia, «é moi importante para dar servizo aos cidadáns», explica el Concello cesureño. «Aínda contando con outras alternativas, debe manterse pois incluso podería ser fundamental para a toma de auga en caso de incendios ou outras necesidades en caso de emerxencias». Por eso, el ayuntamiento propone que se adopten cuatro medidas.
Impermeabilizacion
En primer lugar, piden «o arranxo e a impermeabilización do tramo da canle que vai dende a rúa Ullán ata o camiño da Toxa». Una obra valorada en más de 8.000 euros que permitirá sellar algunas fisuras que provocan grandes fugas de agua.
El Concello solicita, también, la «cubrición da canle no tramo de Infesta, entre a rúa Ullán e o camiño da Toxa». Con 25.000 euros, dice el Concello, se podría cubrir ese tramo, prácticamente el único que queda, dejando zonas de acceso para poder acometer su limpieza en el futuro. Al cubrir esa estructura, Pontecesures ganaría también un «paso peonil dende a estrada autonómica Pontecesures-Baloira ata o lugar da Toxa».
Otra propuesta del municipio pasa por acometer el «soterrado da canle por debaixo dun regueiro en Condide». Con casi 26.000 euros, se pretende «que un regueiro que ven do monte non coincida coa canle no seu curso». Liberando el río se evitarían, además, inundaciones.
Por último, piden la «cubrición do tramo de canle inutilizado no Camiño do Regadío». Sería la actuación más costosa (103.321 euros). La destartalada estructura ha provocado quejas vecinales por los problemas de salubridad que de él se derivan tanto por los malos olores como por su inestabilidad.
LA VOZ DE GALICIA, 15/02/09
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