Vecinos de Padrón se movilizan contra la instalación de una cementera en Pazos.
Varias zonas de Extramundi próximas al polígono entregan firmas en el Ayuntamiento y en la Xunta
Vecinos de la parroquia de Extramundi, en el municipio de Padrón, entregaron ayer en las consellerías de Medio Ambiente y Medio Rural un escrito que el 2 de julio ya remitieron al Ayuntamiento y en el que exponen su absoluto rechazo a la instalación de una planta de dosificación de áridos y cemento en la parcela número 78 del polígono de Pazos. Los vecinos que suscriben el escrito – más de 70- entienden que la «actividad que se pretende desarrollar es muy perjudicial tanto para el medioambiente como para la salud de las personas», una vez que solo a 200 metros de la parcela del polígono se ubica el núcleo habitado de Lamas y a escasos 130 metros el cauce del río Sar.
Los afectados también hablan de que tienen conocimiento de que el inicio de las obras para la planta de hormigón se produjo en «fechas anteriores incluso a la presentación en el Ayuntamiento de la solicitud de licencia» y, además, sin haber obtenido dicho permiso pese a que se trata de una «actividad que se considera molesta, insalubre, nociva y peligrosa por la emisión de polvo, ruido y vibraciones». En este sentido, explican que el «simple trasiego de los camiones que suministran materia prima y los que transportan el producto final generan estas emisiones, sin entrar en que la propia fabricación del hormigón las genera en mayor cantidad».
En lo tocante a la salud de los vecinos, estos explican que hay varios casos clínicos de cardiopatías y problemas respiratorios, entre ellos el caso de un bebé de cuatro meses, por lo que «cualquier emisión de polvo podría agravar su situación». A mayores el ruido y las posibles vibraciones también «generan estrés a la población cercana» que, en muchos casos, estableció su residencia en la zona de Pazos «para evitar, precisamente, los inconvenientes que conllevan las zonas industrializadas o las grandes urbes». Estos vecinos de Extramundi también destacan que en Lamas existe una aldea rural que ha sido «rehabilitada por un vecino con un gran esfuerzo económico y todos los permisos para desarrollar la actividad hostelera». En el aspecto medioambiental, consideran que la planta de hormigón entra en conflicto con los recursos naturales de la zona, así como con su cultivo para autoconsumo.
LA VOZ DE GALICIA, 06/07/10
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