«Queremos que se sepa que no fue dada ni abandonada, fue robada».
A María del Carmen Portas le encantaría poder abrazar un día a su hermano y ofrecerle todo el cariño que pueda darle.
El goteo de niños sustraídos en el franquismo empieza a aparecer en Galicia
Había una vez una niña, María del Carmen Portas, a la que su madre contó una historia. La de un hermano que nació en el Hospital Provincial de Pontevedra en 1966, un niño al que su madre solo pudo abrazar unos segundos, justo tras el parto. Un bebé que, según le dijeron entonces, falleció un día después. Un hijo al que nunca pudo llorar en el cementerio, ni llevar flores en el día de Difuntos, porque nadie le llegó a enseñar el cadáver. Pero resultó que la historia con la que ha crecido esta vecina de Pontecesures tiene supuestamente un final diferente al que le contaron a su madre en el hospital. El relato es solo uno más de los que describen las decenas de casos de niños robados que han empezado a destaparse en España a lo largo de los últimos meses. Y Galicia no ha quedado al margen.
La aparición de los primeros afectados en la comunidad ha provocado un efecto llamada. Algunas sospechas han ido convirtiéndose, poco a poco, en certezas. Y cada vez son más las familias que han comenzado a atar cabos. «Levo como ano e medio investigando. Toda a vida pensei que o meu irmán puido ser roubado, pero fas como que non queres revolver neso. O que pasa é que a raíz de que foron aparecendo casos, empecei a buscar», explica María del Carmen ahora.
Pero esa labor, a veces, no le ha resultado fácil. Ha encontrado más de una piedra en el camino. «Antes fóra preguntar a Pontevedra, pero vías que che daban para atrás, dicían que iso tiña que estar prescrito. Veste sola, pero saber que hai máis xente que está no mesmo caso anima a buscar», cuenta. Por eso, hace un llamamiento a todos los supuestos afectados que pueda haber en la provincia. Porque juntos pueden hacer una fuerza mayor. «Unha vez comentárao no médico e dixérame que non era a única, que unha muller comentou algo parecido, dixera», explica.
Aunque en la Asociación Nacional de Afectados de Adopciones Irregulares (Anadir), encargada de mover el asunto en los tribunales, todavía no han logrado contabilizar los casos correspondientes a cada comunidad, fuentes del colectivo confirman que hay varios en Galicia. «Estoy pasando todos los afectados a una base de datos que nunca acabo, porque es continuo el goteo. Por el momento quiero reagruparlos por provincias, por si hay que denunciar hacerlo en grupos y no individualmente», comentó esta semana la encargada de los afectados de la zona norte.
Denuncias
Este colectivo fue el que presentó hace unos días unas 261 denuncias ante la Fiscalía General del Estado. La de María del Carmen era una de ellas. Pese a que dicha institución judicial no llevará finalmente la causa en conjunto, coordinará todas las denuncias. Estas tendrán que ser presentadas en sus correspondientes fiscalías provinciales. Y esta mujer busca más casos ocurridos en Pontevedra. Porque una reivindicación conjunta, piensa, hace más fuerza.
En cuanto a los procesos abiertos en Galicia, la Fiscalía del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) no tenía a mediados de esta semana constancia de que se hubieran ya presentado algunas denuncias en juzgados gallegos. Con todo, recomienda que estas se deriven al juzgado ubicado en la ciudad en la que presuntamente hayan ocurrido los hechos.
Cada una de ellas es como un primer paso para saber qué ocurrió. Porque las familias quieren conocer qué fue de sus hijos o hermanos. Y aunque hayan pasado muchos años, no abandonarán. «¿Por que buscas agora, poida que nin queiran saber de vós?, nos din algúns», explica esta mujer. Y la respuesta que da es clara. Contundente. Rotunda. «Quero que o meu irmán saiba que a súa nai non o abandonou. Ao contrario. Era o primeiro fillo que tiña, un varón. E cando o atopemos, sería bo ter unha relación boa, porque imos darlle cariño, moito cariño», dice.
LA VOZ DE GALICIA, 07/02/11
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