La olvidada travesía de A Ponte.
La travesía de Padrón a A Ponte no cuenta con un mínimo de seguridad vial para los peatones.
El Concello reitera la necesidad de dotar a este tramo viario de medidas de seguridad ·· Fomento mantiene el mutismo ante las reclamaciones vecinales y municipales
Atravesar a pie el kilómetro y medio que separa el casco urbano de Padrón del núcleo de A Ponte, una travesía eminentemente urbana es arriesgarse el pellejo. Los que la transitan a diario saben bien de ello y han aprendido a convivir con el peligro y con el feísmo que empaña la zona. Lo llevan haciendo desde que tienen uso de razón. Y es que la travesía no ha crecido, ni se ha adecuado, al ritmo que lo ha hecho el tráfico que circula por este punto negro del viario padronés; un tráfico que ronda los 20.000 vehículos diarios, la mayoría de él, pesado.
Hace casi dos décadas que Fomento expropió terrenos en aras de dotar a esta travesía de cuatro carriles, un proyecto que encontró la oposición frontal de vecinos y grupos políticos.
De aquella expropiación, las muestras son aún patentes: edificaciones en ruina de las que semana sí, y otra también, se desprenden elementos con peligro para los viandantes; tramos de tierra invadidos por la maleza, inexistencia de aceras …
En 2008, el Ministerio de Fomento remitía al Concello un ambicioso proyecto para esta travesía que conllevaba no sólo su humanización, sino también su ampliación y la dotación de medidas de seguridad acordes con los tiempos. El proyecto, que estaba presupuestado en 4,5 millones quedó paralizado y sin trazas de llevarse a cabo.
Hace unos meses el Concello volvía a remitir un expediente tanto a Fomento como a Demarcación de Carreteras reclamando ya no la ejecución de dicho proyecto, para el que se presupone que no existen fondos, sino para tomar medidas de choque en la zona, como derribar la totalidad de los edificios expropiados y en ruina, rellenar huecos y dotar a la travesía de un mínimo de seguridad. Acompañaba el expediente de un informe policial así como de quejas vecinales. Además, el regidor, Camilo Forján, también remitía la petición a la Delegación del Gobierno. La respuesta a estas últimas reivindicaciones fue siempre la misma: mutismo absoluto.
Un simple vistazo a la travesía padronesa basta para sentenciar que las reivindicaciones sociales no son desorbitadas ni desproporcionadas, sino que guardan una razón lógica y son justas.
TIERAS DE SANTIAGO, 08/02/11
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