Una pontecesureña insta la primera denuncia por el robo de su hermano en el franquismo.
La mujer compareció ayer ante el juez de Instrucción 3 de Pontevedra para solicitar que se investigue la desaparición en el Provincial, en 1966
Un turbio asunto que permanece en la oscuridad desde hace más de cuarenta años deberá ser investigado por fin por los juzgados de Pontevedra. Una vecina de Pontecesures, María del Carmen Portas, compareció ayer ante el juzgado de guardia de Pontevedra para denunciar la supuesta desaparición de su hermano tras dar a luz su madre en el Hospital Provincial en la ciudad del Lérez en el año 1966.
María del Carmen Portas explicaba a FARO que tomó esta decisión después de que la Fiscalía General del Estado hubiera rechazado abrir una causa general para investigar los casos de «niños robados» e instase a los demandantes a presentar una denuncia individualizada ante los órganos judiciales de los lugares en los que supuestamente se produjeron los delitos. Siguiendo este consejo, esta vecina de Pontecesures acudió ayer a los juzgados de Pontevedra, municipio en el que supuestamente se produjeron estos hechos hace casi medio siglo. Fue la Asociación Anadir la que presentó denuncia ante Conde Pumpido por el supuesto «robo» de 261 bebés en todo el territorio nacional, tres de ellos en la provincia de Pontevedra, dos en hospitales de Vigo y uno en el Provincial.
En este caso, la opción por la que optó Anadir es la de ir recopilando estas denuncias por provincias, trabajo que todavía está desarrollando, por lo que la presentada ayer en los juzgados de Pontevedra por María del Carmen Portas es, con toda probabilidad, la primera de la que se tiene constancia que se presenta ante el juzgado, al menos en la provincia.
Un niño que parecía sano.
Esta vecina de Pontecesures explicaba ayer el caso que vivió su familia. Corría el año 1966. Su madre se había quedado embarazada y llevaba dos días «con dolores del parto». Recuerda que entonces lo habitual era dar a luz en el propio domicilio familiar, pero el doctor del pueblo decidió llevarla al hospital al ver que los dolores persistían y que el parto se retrasaba. «La llevó el propio médico en su coche a Pontevedra y quedó ingresada hasta que esa madrugada finalmente le provocaron el parto utilizando las ventosas», explica. Su madre dio a luz a un bebé de casi cuatro kilos aparentemente sano e inmediatamente «lo sacaron de la habitación, dijeron que para meterlo en la incubadora». Fue la única y última vez que la madre de María del Carmen vio a su pequeño. Pasó la noche y a la mañana siguiente acudieron al Hospital su padre y dos tías suyas para ver al recién nacido. Así fue, el padre y las tías de María del Carmen dieron la bienvenida a su hijo y sobrino en una habitación del Hospital Provincial de Pontevedra en medio de una gran alegría. Luego, tras visitar a la madre, regresaron en el tren a sus casas. «Según lo que ellos vieron y lo que les dijeron, aparentemente quedaban bien tanto la madre como el niño», recuerda esta cesureña.
Al día siguiente el padre regresó a Pontevedra y cuando llegó a la habitación se encontró con su esposa llorando desconsoladamente. Le acababan de comunicar que su hijo había fallecido durante la madrugada. «Mi madre les dijo que si se había muerto que ella quería verlo para despedirse, pero le contestaron que no, que el cadáver ya no estaba en el hospital».
Y entonces fue cuando no le empezaron a cuadrar las explicaciones: «No entiendo por qué no les dejaron ver el cadáver, ni tampoco que ya no estuviera en el hospital a primera hora de la mañana si se murió de noche, ¿cuándo sacaron el cuerpo? ¿en plena madrugada?», dice María del Carmen. «Si se tratase de un niño que tenía alguna deformidad lo entendería, para no impresionar a la madre, pero en este caso no tiene explicación», añade.
María del Carmen Portas afirma sorprendida que hace años descubrió a través de la televisión que centenares de familias en España denunciaban casos similares al suyo y comenzó a investigar. Durante estos años encontró numerosas «anomalías» en torno a la documentación sobre el supuesto fallecimiento de su hermano, como, por ejemplo, que en los registros de los cementerios de Pontevedra no figura ningún soterramiento o que el médico que supuestamente atendió a su madre parece que todavía no figuraba como contratado por el hospital en aquel entonces.
«Que investiguen»
Ahora el juzgado de Pontevedra al que le corresponda estudiar esta denuncia por reparto deberá decidir si la admite o no a trámite. María del Carmen espera respuestas, que «por lo menos acepten investigar», convencida de que su hermano no perdió la vida aquella madrugada de 1966.
FARO DE VIGO, 11/02/11
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