Parados de O Salnés y Ullán caminarán hasta Santiago para exigir apoyos. Un grupo pernocatará el viernes en el pabellón de Pontecesures.
Desempleados de las comarcas de O Salnés y Ullán participarán en la marcha pedestre convocada a nivel gallego para exigir a la Xunta que impulse medidas que impulsen los sectores productivos básicos y favorecer la creación de empleo de calidad. En el último año y medio al menos 200 empresas de la zona han impulsado expedientes de regulación de empleo (EREs), y alrededor de 50 han entrado en concurso de acreedores, dejando a miles de trabajadores en la calle.
Juan Ferreira es vecino de Catoira, y desde hace treinta y seis años trabajaba en la fábrica de ladrillos Productos Ulla. Hoy, con 55 años y las cargas familiares propias de esa edad a cuestas está sin trabajo, después de que su empresa entrase en concurso de acreedores e impulsase un ERE que dejó en la calle a un total de 25 empleados.
El mismo proceso le ha tocado vivir a Xosé Manuel Abal, vecino de Meis que también en la cincuentena se ha visto empujado a las listas del paro después de años trabajando en una empresa de fabricación de muebles.
Roberto Abalo es de Vilagarcía, y en su caso la empresa de fabricación de materiales de metal para la construcción para la que trabajaba optó por la carta de despido por causas objetivas para desechar de un plumazo más de treinta años de trabajo.
Lo mismo le sucedió a Raquel Touriño, vecina de Cuntis hasta no hace demasiado empleada en una empresa relacionada con el sector textil. En su caso, cree que su despido podría estar relacionado con su participación en las últimas convocatorias de huelga general.
El desempleo no entiende de edades, de sectores ni de localidades, y mes tres mes continúa el goteo de personas que pasan a engrosar las listas del paro. Y si para los jóvenes la situación es complicada y condiciona enormemente su acceso a una vivienda y su capacidad para iniciar una vida propia, para los que pasan de los 50 es todavía peor. «Con casi sesenta años nadie te contrata», aseveraba, con pesimismo, Roberto Abalo.
Algunos de los que el viernes por la mañana saldrán de Vilagarcía para caminar hasta Santiago y participar en la manifestación convocada para el domingo a nivel gallego mantuvieron ayer un encuentro en el que reinaba el pesimismo. Y es que, tal y como indicaban, en vista de las reformas laborales impulsadas por el gobierno sienten que «no hay futuro».
El portavoz de la CIG en Vilagarcía, Xoán Xosé Bouzas «Tupi», ponía sobre la mesa unas cifras que revelan que en el mes de mayo alrededor de 7.500 trabajadores del sector servicios estaban sin empleo. Igual que sucedía a unos 3.000 de la construcción, a alrededor de 2.500 de la industria y a poco más de 400 de la agricultura. 1.500 más de los que engrosaban las listas del paro en ese mes nunca habían accedido a un puesto de trabajo.
Bouzas Aboi afirma que el tejido productivo de O Salnés y Ullán «está desapareciendo», y asegura que mes tras mes la deriva continúa sin que se aprecie repunte en ningún sector.
La posibilidad de apelar al despido por causas justificadas, que en otras palabras quiere decir que un empresario puede prescindir de un trabajador simplemente argumentando pérdida de ganancias en su empresa, supone que ese despido tenga «un coste cero» para el patrón, mientras que el trabajador pierde los derechos asociados a su antigüedad a cambio de una compensación del Fondo de Garantía Salarial.
El viernes los parados de la comarca se echarán a andar para exigir al gobierno que actúe y que impulse inversiones públicas para favorecer la creación de puestos de trabajo.
También reclaman el establecimiento de un salario de inserción laboral para todos los parados que no reciban otro tipo de prestación. Y es que, tal y como recordaba ayer Bouzas Aboi, son muchos los que están perdiendo sus viviendas al no poder hacer frente al pago de sus hipotecas. En ese sentido, piden además que se promuevan medidas legislativas que eviten que la banca se quede con esas propiedades, así como políticas sociales que faciliten el acceso a la vivienda.
También reclaman una nueva política fiscal que permita reducir el déficit público incrementando los ingresos sin recortar el gasto social, fundamentalmente a través de la recuperación del impuesto sobre el patrimonio de las grandes fortunas e incrementando los tipos impositivos a las rentas más altas. Además, ven necesario aumentar los salarios para incrementar el poder adquisitivo y, en consecuencia, la capacidad de consumo y la actividad productiva.
El viernes los trabajadores de O Salnés y Ullán caminarán desde Vilagarcía a Catoira y de allí a Pontecesures, donde se encontrarán con los que vienen de Pontevedra y Vigo. La siguiente etapa será hasta Milladoiro, desde donde ya el domingo partirán hacia Santiago para participar en una manifestación para la que también habrá autobuses desde O Grove, Cambados y Vilagarcía. ?stos saldrán a las 10, a las 10,15 y a las 10,30, respectivamente.
FARO DE VIGO, 30/06/11
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