A Trabanca se convierte en el museo padronés del patín.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

Guarda los escasos ejemplos de estos singulares elementos de la arquitectura gallega

Ejemplo de patín compartido que se conserva en A Trabanca de Abaixo

Una de las estampas más representativas de Padrón durante gran parte del pasado siglo fue la Casa do Patín de Fondo de Vila con el cruceiro del mismo emplazamiento. Esta singular casa, hoy restaurada y convertida en un establecimiento hotelero, conservaba ese halo propio de la esencia de vida gallega.

Hoy, ésta al igual que la mayoría de las edificaciones padronesas que contaban entre sus elementos arquitectónicos con el clásico patín, bien se han perdido, bien han mudado su esencia original, con rehabilitaciones torticeras.

El patín es un elemento arquitectónico típico de las construcciones tradicionales gallegas, que se compone, caso de los del municipio padronés, de una escalera de piedra con pasamanos también construido en este mismo material, que comunica desde el exterior la primera planta de la vivienda. El patín, en todos los casos en la capital del Sar, acababa en un pequeño descanso cubierto.

Abajo, justo en el ángulo que forma el final de la escalera con el descansillo, se sitúa otra puerta, que en la mayoría de los casos daba acceso a una estancia destinada a guardar provisiones, utensilios de trabajo o animales. Hoy en día, sólo el barrio de A Trabanca guarda ejemplos de estos singulares elementos arquitectónicos sin retocar, convirtiéndose así en un museo vivo de la arquitectura tradicional gallega.

Este barrio, humilde, pero esplendoroso en su día, atesoraba edificaciones de planta baja, humildes, acordes con lo que vivió a lo largo de la historia.

Fue un barrio gremial en la Edad Media (zapateros, canteros, etc.) y conservó esta imagen hasta el bum urbanístico de los años ochenta, que cambió radicalmente su fisonomía.

Hoy, la mayoría de las edificaciones originarias están en ruína o abandonadas. Otras sufrieron cambios bruscos. Y del paisaje pintoresco, grado de protección con el que cuenta este barrio en el PXOM padronés del año 1994, queda realmente poco. Los ejemplos de construcciones que acompañan este artículo y algún otro más que se esconde en las callejuelas de este curioso barrio obrero padronés, salvan el tipo.

Contemplarlos, primero como lo que son, obras arquitectónicas del acervo popular, y segundo, desde la distancia histórica, es sin duda todo un placer.

La rehabilitación de una de estas viviendas con patín tradicional mereció una mención especial en la década de los años 90 por parte del entonces Ateneo Padronés. Hoy, desde el Concello, la edil de Patrimonio, Carmen Lois, aboga por preservar estos elementos que forman parte «de la identidad de un pueblo».

EL CORREO GALLEGO, 26/08/11

Categorías: Cultura

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