Una anciana muere atropellada en la N-550 cuando cruzaba hacia su casa, en Desabanda.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

El cuerpo de la víctima cuando estaba a punto de ser introducido en el coche fúnebre.

m. angueira > valga A.M.O., una vecina de Valga de 77 años de edad se dejó ayer la vida en el asfalto de la carretera N-550, prácticamente a las puertas de su casa. La septuagenaria cruzaba de forma irregular el citado vial en un tramo de tres carriles e insuficientemente iluminado, siendo arrollada por un vehículo cuyo conductor nada pudo hacer para evitar el impacto. El trágico accidente se produjo cerca de las ocho y media de la tarde en el punto kilométrico 87,7 de la carretera nacional, a la altura del lugar de Desabanda (en la parroquia de San Miguel). A una hora en la que ya había anochecido y estaba lloviendo, la anciana se dispuso a cruzar la calzada de izquierda a derecha para dirigirse a su vivienda, que está pegada a la N-550. Iba vestida con ropa oscura y no llevaba ningún elemento reflectante, por lo que el conductor del turismo ­de marca Skoda y matrícula 9761-FBS­ no se percató de su presencia en la calzada prácticamente hasta que ya la había arrollado. Y es que, además, la malograda valguesa cruzaba el vial en una zona de tres carriles y en el que no existe paso de cebra.
El impacto entre el vehículo y la víctima fue fuerte. La mujer quedó tendida sobre el asfalto y falleció casi en el acto, mientras que el turismo implicado en el siniestro sufrió notables daños materiales, con un faro roto, el capó abollado y el cristal de la luna delantera estallado a consecuencia del golpe con el cuerpo de la señora. El conductor del coche residía, además, muy cerca de allí, en SEnín (parroquia de Xanza). Era un hombre de unos 45 años de edad e iniciales R.A.P. que circulaba en dirección a Pontevedra.

La Guardia Civil de Tráfico, que participó en el operativo de emergencias junto a voluntarios de la agrupación de Protección Civil de Valga, le tomó declaración en el interior de una furgoneta para conocer los detalles que pudo explicarles sobre cómo ocurrió el accidente y, además, como en todos los casos de este tipo, le realizaron la prueba de alcoholemia. Todo ello mientras el cuerpo de la víctima mortal permanecía cubierto sobre la calzada a la espera de la llegada de la autoridad judicial para proceder al levantamiento del cadáver. Cuando esto ocurrió, un coche fúnebre trasladó los restos mortales de A.M.O. al Instituto Anatómico Forense de Pontevedra, donde está previsto que se le practique la autopsia antes de que pueda ser velada por sus familiares y amigos y, posteriormente, enterrada.

DIARIO DE AROUSA, 10/11/11


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