Pontecesures se llena con la lamprea y San Lázaro.
Los asistentes consumieron los 300 ejemplares antes de las tres de la tarde, aunque también se saboreó pulpo y churrasco
Pontecesures vivió el mejor ambiente de fiesta posible y demostró que las buenas migas entre la lamprea y San Lázaro son sinónimo de éxito. La fronteriza villa pontevedresa se llenó de gente durante el domingo pues había motivos para todos los gustos; desde los puramente religiosos a los gastronómicos pasando por el paseo de compras por los más de cincuenta chiringuitos de feria. Con todos estos ingredientes,acompañado del buen tiempo y a pesar del cambio de hora, no resulta extraño que a las tres menos cuarto de la tarde se hubieran acabado las 300 lampreas.
Unos 700 «toros» de lamprea se consumieron ayer en Pontecesures antes de las tres de la tarde y ya no quedó más porque los valeiros se habían comprometido a servir 300 ejemplares de mediano y gran tamaño para la fiesta de este año.
A alguno quizás le supo a poco pero la organización quiso llevar todo medido al máximo porque las circunstancias aparentaban menos propicias que en anteriores ocasiones, pues a la crisis económica, hay que sumar que existe una escasez importante de capturas en el Ulla por su poco caudal debido a la sequía de este invierno.
Por ello, el balance del alcalde Luis Angueira no puede ser más que positivo y ayer resaltaba que la última ración se vendió a las 14,45 horas, por el cambiado reloj de verano.
El resultado es consecuencia del esfuerzo realizado por todos, especialmente por la asociación de valeiros, cuyo presidente Antonio Pesado quiso participar ayer en cada detalle.
Angueira resalta que la fiesta salió mucho mejor de lo esperado pues incluso los peces «eran todos de muy buen tamaño». El alcalde, por ello, se atrevió a posar con uno de los ejemplares ??como se observa en la foto?? de 1,3 kilogramos de peso, aproximadamente.
Esa excelente calidad del producto se unió también a los módicos precios que se aplicaron en la fiesta. «Por cinco euros se servían dos porciones de lamprea, con arroz, picatostes y vino tinto», expresaba ayer el regidor.
Además, en la zona portuaria también se instalaron otros puestos para aquellos comensales que querían completar el menú con pulpo a feira o churrasco.
Con todo ello, no es de extrañar que a Pontecesures hayan acudido ayer varios alcaldes de una y otra provincia como los de Rois, Dodro, Rianxo, o Valga, pero tampoco se perdieron la cita gastronómica el secretario xeral de los socialistas gallegos, Manuel «Pachi» Vázquez o la responsable comarcal del BNG, Anxos Riveiro.
Todos ellos participaron a mediodía en el acto de recepción de autoridades y en el pregón a cargo del cocinero alaricano André Arzúa que habló de las propiedades del antiquísimo pez del Ulla, uno de los más exquisitos para unos paladares o repugnantes, para otros.
Tras este acto oficial, las autoridades se desplazaron a la lonja donde pudieron observar cómo se cocina la lamprea, en este caso a la bordalesa, es decir guisado en su propia sangre, con lo que adquiere ese sabor especial.
En esta ocasión, una vez más tampoco ha sido posible que la organización contase con los restaurantes de la localidad que ya llevan años sin participar en la fiesta gastronómica.
Pero lo que sí contribuyó al tremendo ambiente de ayer en Pontecesures fue el San Lázaro, una cita religiosa por la que los vecinos sienten una «gran devoción» desde la Edad Media. Como se sabe es patrón de los leprosos y en la villa existió una especie de sanatorio específico en la rúa Nova.
La onomástica se celebra siempre con el anterior al Domingo de Ramos por lo que el gobierno local ha decidido que a partir de ahora coincida con la Festa da Lamprea, con lo que se garantiza un inmejorable ambiente en la villa en ese día.
FARO DE VIGO, 26/03/12
0 comentarios