Los pimientos de Padrón.
Empleo el plural porque en el mercado aparecen ofertas como Pimiento tipo Padrón, Pemento Padrón o Pimiento de Padrón, o cestas llenas de un producto que se parece al denominado de Padrón, hoy protegido con la denominación de origen Pimientos de Herbón.
«El concepto de denominación de origen se reserva generalmente a los productos que presentan cualidades y caracteres debidos al medio geográfico y obtenidos por sistemas de producción naturales o humanos. Existe, por tanto, un nexo estrecho entre los factores humanos (sistemas de cultivo, procesos de fabricación y conservación…) y los factores naturales (áreas de producción, clima…)». Estas condiciones geográficas, climáticas y edáficas de la zona de Herbón, el aislamiento genético y la conservación de las simientes que se pierde en el tiempo le han dado al pimiento cultivado unas cualidades organolépticas especiales que lo hacen diferente a otras variedades recientemente aparecidas y con el producido en otras zonas.
Esta circunstancia dio origen a ese fruto, donde «su grado óptimo de aceptación es aquel en el que muestran un ligero sabor picante» (según dice en su tesis doctoral Berta Estrada Arias). Unos pican y otros no, es una cualidad que hay que conservar.
Del pimiento de Herbón se ha copiado todo: envases, logotipos e imitación. Desde hace unos años se vienen cultivando como pimientos de Padrón una serie de variedades dulces como el italiano Piperone F-1 Padrón; el obtenido por selección en el centro de experimentación Baixo Miño denominado Entenza y, finalmente, el pimiento del Couto. El Consello Regulador de la D.O., los consumidores y los buenos cultivadores deben velar por la conservación de un fruto conocido mundialmente por lo anteriormente dicho, los demás, a parte de ser un timo, «no saben a nada».
Por Julio Martín. Exagente del Servicio de Extensión Agraria
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