Las nasas butrón ya están en el Ulla, a la espera de las primeras lampreas.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

NABU

El colectivo de valeiros «largó» ayer sus aparejos y tiene previsto acudir a «levantarlos» a las tres de la tarde de hoy

Si todo marcha según lo previsto, esta tarde llegarán al puerto de Pontecesures las primeras lampreas de la temporada. Una vez superado el error administrativo que impidió iniciar la campaña el miércoles, ayer por fin se depositaron en el agua las nasas butrón utilizadas para la pesca de tan preciado pez cartilaginoso.

Fueron ocho los barcos que «largaron» sus aparejos en esta primera jornada, y que hoy, entre las tres y las cuatro de la tarde, tienen previsto «levantarlos».

Los restaurantes especializados en la preparación de este parásito marino ya tienen reservadas las primeras y más importantes piezas, que en años anteriores se cotizaron a precios de entre 30 y 70 euros por ejemplar, dependiendo de su tamaño.

Los pescadores encargados de este recurso, que se conocen como valeiros, insisten en que la campaña puede ser buena, ya que después de tantas semanas de lluvia hay una gran cantidad de agua dulce desembocando en las rías y el atlántico, lo cual facilita la orientación de la lamprea en su transitar río arriba hacia los lugares elegidos para el desove.

Los valeiros esperan hasta esta tarde para levantar sus aparejos porque necesitan jugar con el estado de las mareas, es decir, buscan el momento en el cual las corrientes en el río son menos intensas, y por tanto la retirada de la nasas resulta menos dificultosa.

En cuanto empiecen a subir esos aparejos a bordo de las embarcaciones que utilizan los pescadores saldrán de dudas sobre el estado del recurso. Pero a la espera de acontecimientos todos los consultados sostienen que «puede ser un año formidable en cuanto a cantidad de producto y tamaño del mismo, aunque otra cosa muy diferente va a ser el precio que se nos pague, ya que con la crisis cualquier cosa puede suceder».

La lamprea es conocida por muchos como el vampiro del mar, ya que se trata de un parásito externo de otros peces. Su boca en forma de ventosa le permite adherirse a otros peces, como tiburones, bacalaos y muchos más para succionarles sus fluidos y alimentarse.

Es uno de los seres más primarios y menos evolucionados del mundo animal, ya que se le calcula una antigüedad de quinientos millones de años.

Dicen algunos entendidos en la materia que «Arbo y el Ulla (Pontecesures y Padrón) pueden presumir de ostentar el más alto rango de distinción en su explotación comercial y su preparación culinaria». Sobre todo en este primer trimestre del año, cuando la lamprea «está en plenitud de temporada».

Este pez tiene un cuerpo alargado que carece de escamas, de forma cilíndrico, viscoso y liso, con una cola puntiaguda. Puede llegar a medir hasta un metro de largo, aunque la media de los ejemplares adultos se sitúa entre 60 y 90 centímetros.

Nace en los ríos, donde permanece hasta convertirse en adulta. Cuando mide alrededor de 20 centímetros de largo se traslada al mar hasta alcanzar su madurez sexual, y es a partir de ese instante cuando decide volver al río para desovar, y morir.

Presenta en su lomo un color verde con manchas azules, dos aletas pardas con manchas amarillas y una tercera de color azul que rodea la cola. Debajo de sus ojos tiene siete orificios branquiales externos.

A pesar de su poco agraciado aspecto, está considerado uno de los productos estrella de la cocina. Elaborada en su propia sangre (al estilo bordelesa), frita o de cualquier otro modo, la lamprea satisface a los más exigentes paladares, de ahí el alto precio que puede alcanzar.

faro de vigo, 04/01/13


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