´Me han cogido grandes toros y, sin embargo, casi me mata una vaquilla´ .
Uno de los pases que Emilio Colmenero brindó al público en el coso de Vilarello (Valga), justo antes de que sufriera la cogida que lo mantiene hospitalizado.
«No me ha seccionado la femoral por solo un milímetro, pero tengo el muslo destrozado»
Emilio Colmenero lleva cuatro décadas conviviendo con toros. Puede hacer de empresario o ganadero, e incluso de banderillero o matador. Sabe situarse ante los pitones y cuando pisa el albero demuestra importantes dotes con la muleta y el capote. Sin embargo, el domingo sufrió una cogida. Fue en la capea que se celebra en la playa fluvial de Vilarello, en el Concello de Valga. Como se informaba ayer, en la fiesta se registró un herido por asta de toro. Y cuando cualquiera podía pensar que el afectado había sido una persona poco acostumbrada a tratar con astados, o incluso algún joven irresponsable haciendo locuras en el coso para ganarse al tendido, resulta que no, que el herido fue todo un profesional de los ruedos. Llegó a Valga con la ganadería salmantina Sepúlveda y sus tres vaquillas. Una de ellas fue la que lo embistió y empitonó, motivo por el cual permanece ingresado en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
-Lo primero es preguntarle cómo se encuentra… Dicen que perdió mucha sangre y que todo resultó muy aparatoso y preocupante…
-Estoy bien. Creo que permaneceré ingresado cuatro o cinco días más antes de que me den el alta. Pero afortunadamente puedo contarlo, porque he tenido mucha suerte.
-Ha sido una buena cogida. El pitón se le clavó en el muslo!
-Así es. He tenido una suerte loca porque no me ha seccionado la femoral, por solo un milímetro. De lo contrario puede que no lo contara. Ha sido una cornada limpia que me destrozó el muslo, por eso me han puesto dos drenajes, uno delantero y otro trasero. Los médicos dicen que debo esperar cuatro o cinco días para evitar el riesgo de infección.
-¡Pero su vida ya no corre peligro!
-No, todo parece ya controlado, en cierto modo gracias a la rapidez con la que actuaron los sanitarios y al buen equipo médico que había en la plaza de Valga. Afortunadamente todo va a quedarse en un susto.
-Y habrá tenido muchos a lo largo de su vida y de su carrera vinculada a los toros. ¿A sus cincuenta años, cuánto lleva dedicándose a esto y cuántas veces lo cogieron?
-Claro que he tenido sustos desde que empecé a dedicarme a los toros, cuando solo tenía 10 años, y en todo este tiempo he recibido hasta siete cornadas. Eso es lo más curioso, que he lidiado con grandes toros y me han cogido siete veces, pero sin embargo casi me mata una (vaquilla) enana. Fue un caso de muy mala suerte.
-Es evidente que cuando se trata de animales cualquier cosa puede ocurrir, y más cuando se trata de especies como ésta. Pero usted es un profesional, por eso cabe preguntarle qué ha pasado exactamente.
-Yo creo que fue la cogida más rara que he visto en mi vida, y puedo asegurar que he visto muchas. Lo que ha pasado es que la capea estaba a punto de terminar, y después de haber realizado ya diferentes pases y haber saltado al ruedo en varias ocasiones, tanto para ayudar a todos los que querían participar como para formar parte del espectáculo, se me ocurrió un nuevo modo de animar un poco más al público que permanecía en las gradas. Lo que quise hacer fue saltar por encima de la vaquilla cuando venía hacia mi, pero al hacerlo echó la cara hacia arriba y me cogió de lleno, clavándome el pitón en el muslo. Aunque empecé a sangrar, inmediatamente me di cuenta de que no me había tocado la femoral, ya que de haber sido así habría sangrado mucho más. Yo quería que me llevaran al centro de salud, pero me trajeron al Hospital Clínico. Y aquí estoy, esperando a que me den el alta para irme a casa y seguir con mis toros.
FARO DE VIGO, 02/07/13
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