Herbón disfruta de mil kilos de pimientos, con frailes o sin ellos.
La fiesta coincidió con la polémica por la marcha de los dos franciscanos
Cientos de personas degustaron los pimientos fritos de Herbón acompañados de pan, música y mucha fiesta.
Misioneros franciscanos del convento de Herbón trajeron a esta parroquia padronesa hace cinco siglos un tesoro más preciado que las joyas o los manuscritos monacales, el pimiento. Quinientos años después parece que no hay vuelta atrás en la marcha de los dos últimos frailes que ocupaban el edificio, pero, como demostraron los vecinos y todos los que se acercaron a la 35 edición de la Festa do Pemento de Herbón, al pimiento ya no hay quien se lo lleve.
Cientos de personas se concentraron en la parroquia de Padrón para disfrutar de pimientos, pan, charanga y fiesta. El tiempo ayudó aunque también pudo restar gente, ya que las playas se llenaron. Gustavo Dios es uno de los asiduos. Recogió uno de los premios de la procesión agrícola, en la que quedó en el décimo puesto. Lleva 34 años acudiendo a esta fiesta gastronómica, «os que teño», y recuerda como en los primeros años se extendía casi durante tres días. Ahora las cosas han cambiado, «e quizais vén máis xente de fóra». Asegura que no es bueno, «que o convento quede só», pero asegura que los requisitos que se pedían para que el convento fuese declarado Bien de Interés Cultural (BIC), «metían á aldea nun compromiso».
Serafín Miguéns, presidente de la comisión de fiestas, atiende a todos los frentes, se despide de las autoridades y organiza la jornada. Unos mil kilos de pimientos donados por toda la parroquia se repartieron entre los asistentes, una vez comprado el correspondiente plato de barro cocido. Mientras Serafín atiende, a su lado aseguran que la marcha de los franciscanos, a la fiesta del pimiento «non lle afecta», pero eso sí, «era mellor que non marcharan, levaban aquí toda a vida».
Además de entregar los premios a los tractores mejor engalanados, los Pementos de Prata al hotel Scala y a Construcciones Márquez, y de nombrar Sabia Pementeira y Xove Pementeira a Rosa Guimarei y Cristina Dios respectivamente; se distinguió a varias personalidades como Cabaleiros e Donas da Orde do Pemento. El honor recayó en el cocinero José Antonio Rivera, chef Rivera; el actor y presentador de Larpeiros, Benigno Campos, quien además se encargó del pregón; en el jefe territorial de Medio Rural, Antonio Manuel Fernández; y en la directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, quien recordó no solo las cualidades de este producto, sino también su singularidad e historia vinculadas a las tierras padronesas.
Para los más pequeños
Fue una jornada gastronómica con especial atención a que disfrutasen los más pequeños: hinchables y un pequeño parque infantil, así como un expositor de queso de tetilla en el que los niños hacían cola para lanzar un pequeño hinchable a una diana y conseguir su premio. La jornada de fiesta se alargó todo el día y se encargaron de cerrarla la orquesta Saudade 73 y el trío Unión y fuerza. Un nuevo éxito en una de las fiestas gastronómicas más antiguas de Galicia, que el año que viene se quedará sin sus ilustres vecinos.
LA VOZ DE GALICIA, 04/08/13
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